Te trato como te comportas

Estoy en el casino, en la oficina, revisando documentos y entra Reinaldo medio ebrio como casi todos los días.

—Logan, necesito dinero—Me dice nada más entra, ni saluda.

—¿Para qué?—Respondo sin mirarlo.

—Necesito está cantidad —Me dice acercando un papel con la exagerada cantidad de dinero.

Abro mis ojos a más no poder—¡Tanto dinero!, ¿para qué lo necesitas?

—Hermano, debo un dinero, como tú no me dejas acercarme al patrimonio —Me dice con fastidio.

—Y cuál crees tú, qué será el motivo por el que no te dejo utilizar el dinero de la familia —Le digo con aburrimiento.

—Ya sé que no confías en mí—Dice ofendido.

—Como voy a confiar si lo único que haces es gastar sin medir consecuencias, Reinaldo, tú no eres ningún jovencito, tienes 30 años, ya deberías sentar cabeza, dentro de poco te vas a casar y vas a tener un hijo seguramente por qué de lo contrario no tendrás la herencia.

—Eso no es tu problema, me tienes que dar el dinero y punto, todo esto también es mío—Me dice alterado.

—No me hables así, me respetas por un carajo—Le digo muy molesto.

—Entonces déjame usar nuestro dinero, sin tener que pedirte como si fueras mi papá.

—Si fueras responsable te aseguro que lo hiciera—Le digo con la mirada encendida sobre la de él—Me gustaría que cuando el abogado me declare el heredero tener algo que heredera, por lo menos—Digo fijo en él para ver su reacción.

Él frunce, el ceño—Ya sabemos quién se quedará con todo—Dice con aires de ganador.

—La última palabra no se ha dicho—Digo recostando mi espalda en la silla, relajándome.

—Ya sabemos que quien se casará seré yo dentro de un mes—Dice victorioso—Todos saben que la tonta de Kitty te rechazó—Me dice en burla.

—Si eso ya lo saben todos, el tonto de Logan que su novia le rechazó la propuesta de matrimonio, pero tengo una mala noticia para ti—Coloco mis manos en el escritorio—¡Ya me case!

—¿Que tú qué?—Dice casi en medio de un infarto—Kitty no ha hecho alarde de su matrimonio—Dice visiblemente tenso.

—Pues la novia no es Kitty—Digo levantándome de la silla, meto mis manos en los bolsillos como de costumbre.

—Y entonces quien es la infortunada—Dice con ironía.

—Ya la conocerás, todo a su debido tiempo—Digo con media sonrisa, él no se esperaba esto.

—¿Qué trampa es, está para quitarme lo que es mío?, tu novia te rechazó, ¿de dónde la sacaste?

—Lo siento hermano, pero el testamento no dice con quién debo casarme, tampoco dice cuánto tiempo de novio debemos tener para hacerlo.

—Eso es falso, no hay testigos de tal cosa, si no hay testigos eso es una mentira—Dice furioso parándose frente a mí.

—Mira mi dedo—Le digo señalando mi mano—Además no es a ti a quien debo demostrarle nada, es a los abogados—Le digo con cinismo.

—Pues yo voy a impugnar tal cosa, no estoy de acuerdo y nunca Logan nunca te vas a quedar con lo que es mío—Escupe furioso dejando salir un poco de su saliva al gritar.

Me limpio la cara y el saco, con asco—No me importa lo que tú hagas cásate y después veremos quién tiene un hijo primero, el primero que lo haga será el vencedor.

—Eres un miserable, razón tienen todos al decir que tú me tratas como a un imbécil.

—¡Te trato como te comportas!, si te comportas como un hombre de verdad, así te trataré—Me acercó al escritorio, abro el cajón con la llave, saco un cheque, escribo la cantidad que me ha pedido y se lo dejo a un lado.

—Espero que administres bien el dinero hermano, por qué no voy a estar manteniendo tus vicios, y tampoco dándole gusto a tus amiguitas—hago un ademán con la mano para que se retire.

Él mira el cheque, lo toma y se lo guarda en la chaqueta—Voy a adelantar mi boda, y te advierto que no quiero juegos—Dice antes de dar la vuelta y salir de la oficina.

Suspiro con pesadez, y paso mis dedos por la sien haciendo presión en ella, por el dolor de cabeza que mi hermano me causa con sus estupideces.

Él siempre ha sido un derrochador, siempre mi papá lo consintió, siempre fui yo quien tuvo que ayudar en los negocios, aunque de pequeño este mundo no me gustó, Pero al ir entrando, este me atrapó, supongo que es lo que sienten los adictos, cuando entran al mundo de los vicios, claro no es que me guste el juego, solo me gusta el dinero.

Sé que Reinaldo no se va a quedar tranquilo, ahora que sabe que estoy casado va a querer buscar cualquier falló a esto para apelar, pero él lo único que tiene que hacer es, casarse, embarazar a la mujer y listo, eso es todo así obtendrá la herencia, mi hermano es tan irresponsable que a veces pienso que lo están asesorando, ¿Pero quién es?, y ¿por qué lo ayuda?

Solo espero que mi hermano no se esté metiendo en problemas con alguien y después pierda todo por no reflexionar las cosas.

Cómo todas las noches que el casino abre, me voy a dar una ronda por el lugar viendo que todo esté bien, y saludando algunos clientes que vienen de otros lugares.

Mi padre quiso incursionar en el mundo de los casinos cuando tenía apenas 25 años él junto con dos amigos, decidieron un día invertir todo el dinero que tenían haciéndose socios del pequeño establecimiento, tenía un amigo abogado quien fue el que se encargó de sacar todos los permisos legales, comenzaron con algo pequeño, juegos de azar, algunas máquinas, con el tiempo su negocio fue creciendo tanto que mi padre decidió abrir otro casino dónde solo él fuera el propietario, entonces tenía este y el suyo, uno de los socios se volvió adicto a los juegos tanto que le vendió su sociedad a mi padre, el otro socio como su negocio daba buenos frutos le gustaba gastar a manos llenas, tenía muchas mujeres, y se dedicaba solo a despilfarrar su dinero, es algo como mi hermano, se dejan llevar por qué tienen dinero y se dedican solo a malgastar, un día se quedó sin nada derrotado y tuvo que vender su sociedad a mi padre.

Así fue como él se hizo dueño de los dos casinos, aunque estos le consumían su tiempo no quiso vender ninguno de los dos, fui yo quien menos disfruto de mi padre, por qué todo esto empezó cuando mi madre estaba embarazada, bueno mi hermano tampoco gozo de las atenciones de mi padre.

Al cumplir los 18 años mi padre comenzó a traerme aquí, para qué comenzará a empaparme de todo el negocio, fue difícil para mí, al principio aprendí mucho de mi padre, él estaba rodeado de todo esto, aquí hay lujuria, vicios de todo tipo, mujeres que se te lanzan encima porque quieren tu dinero o solo para pagar alguna deuda que tengan en el casino, aquí conocí a Kitty una noche.

Ella llegó destilando aires de diosa, con su cabello rojizo, caminaba como si estuviera montada en una nube que la transportaba, desde el momento que la vi no pude quitar mi mirada de ella, su cuerpo sensual, sus movimientos de cadera, quedé flechado de inmediato, ella no sé a qué vino ese día, lo más cierto es que termine invitando una copa, y después de un par de horas estábamos desnudos en mi oficina teniendo sexo como un par de salvajes, tal vez fue esa forma de ser de ella lo que me atrajo, esa forma tan desinhibida de hacer el amor, a ella no le importa dónde, lo que le importa es satisfacer sus instintos o satisfacer los míos, por dos largos años mantuvimos una relación dónde el sexo era lo primordial, a lo mejor ella siempre me trató como su juguete sexual y fui yo quien creyó que ella sería mi esposa si sé lo pedía, pero el día que me rechazó sentí tanto dolor, que sentí como si una venda cayó de mis ojos, y desde ese día me dije que si ella quería sexo solamente, pues solo eso tendría de mí, no voy a permitir que ninguna mujer juegue con mis sentimientos, ni la misma kitty se va a volver a burlar de mí.

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