Ira 2.

Llegó un nuevo año, las cosas en la hacienda marchaban bien, Carmina era una buena administradora y sabía llevar las riendas.

Janeth y Alondra se instalaron en la casa, Camila dejó la universidad y también se quedó, ellas le habían declarado la guerra a su madre, si bien el señor Antonio no dejó ni un grano de maíz a sus hijos, las había nombrado como vigilantes de su hermano y de su herencia.

Antonio dejó a Carmina como su heredera mayoritaria, el setenta por ciento de sus bienes eran para ella y el otro treinta era para Samuel.

A las hijas las excluyó con la excusa de que ahora que eran mujeres casadas, pues le correspondía al marido mantenerlas.

Claro que ese testamento no lo aceptaban del todo, pues creían que Antonio amaba tanto a su madre, que se dejó convencer por ella de dejar fuera a sus propias hijas.

__Señora, tiene una llamada.

María tenía el rostro desencajado.

__Gracias nana.

Carmina se encerró en el despacho.

__Diga ?.

__Señora Vásquez, lamento tener malas noticias, pero el padre Esteban me dijo que es urgente que viaje a la ciudad, el niño está muy mal, no hay avances en su recuperación y el padre cree que quizá usted pueda lograr que despierte.

Un nudo gigante se le formó en la garganta. En medio de su lucha por mantener las lágrimas a raya, se dio cuenta de que alguien más estaba escuchando su llamada y eso la enfureció.

__Madre, permítame solo un segundo por favor.

__Claro que si señora Vázquez, respire y vuelva a llamar.

La llamada se colgó y Carmina fue hasta la biblioteca.

__¿Cómo te atreves a escuchar mis llamadas ?.

__¿De qué te escondes Carmina?, es mi hermano quién está muy mal ¿no es así ?.

Janeth era de las cuatro hijas, quién más odiaba a su madre, el rencor no la dejaba ver que había pasado los mejores años de su vida fuera de la hacienda y que había sido todo por su bien.

__No voy a tolerar esto, es mi casa y son mis reglas.

Carmina salió de la biblioteca y llamó a Miguel, el capataz.

__Quiero que corten el servicio telefónico, cancela el contrato de internet y que corten también las cuentas de los celulares menos el mío, que sea todo hoy.

Miguel salió hasta la oficina del contador de Carmina, le dio instrucciones y pronto la hacienda dejó de estar enlazada a la red.

Carmina volvió a llamar ahora desde su celular.

__Madre, una disculpa, tengo mucho que procesar, tengo un vuelo para mañana a primera hora, gracias por avisar.

La hacienda se volvió una batalla campal.

__Mamá, si de verdad estás pensando que con esto nos vamos a ir, te equivocas, esta también es nuestra casa, es el trabajo de papá y no vamos a dejar que tú deshonres a nuestro amado papá, por qué a él si lo amamos.

Alondra estaba furiosa.

__Bien, me da gusto que quieran cuidar el patrimonio de su amado padre, entonces trabajen por ello, a partir de mañana van a tener que pagar sus cuentas, ya no tendrán dinero de mí, si ahorraron pues les va a servir de mucho en lo que encuentran trabajo, no voy a seguir depositando dinero a gente adulta que no hace nada por ganarse el pan de cada día, hay mucho que pagar y resulta que solo yo trabajo...por cierto dile a tu marido que llamaron del club de golf, dijeron que tiene dos mensualidades vencidas...

__¡¡No puedes hacer eso!!, ese dinero nos pertenece, papá asignó una cantidad cada mes y no tienes derecho a quitármelo.

__Si puedo cariño, porque ahora todo esto es mío....

Alondra desconocía a su madre, todo el mundo decía que era una mala persona, que era cruel y despiadada, pero que siempre se mostraba gentil frente a su padre.

Recordar cuando la obligó a ir a la ciudad cuando solo tenía doce años le dolía mucho.

Solo era una niña y la mujer que se supone debía cuidarla, amarla, protegerla, la alejó de su vida sin mayor remordimiento encerrándola en un internado de monjas.

Casi nunca la visitaba y cuando lo hacía se limitaba a hablar con las monjas y medio abrazarla. Luego también fue Janeth y finalmente Camila, con Romina fue diferente, a la hermana menor la mandó a Europa, alejándola de todos y sin permitir que nadie la pueda ver.

Lo que Alondra nunca entendió, era el amor tan ciego que Romina le tenía a Carmina.

__Tenemos que hacer algo con esa mujer.

Las palabras de Janeth la sacaron de su trance.

__Si, pero ¿qué?.

__Voy a llamar a la tía Florencia, igual va a servir para que Julia ya no se sienta tan desamparada, mamá no quiere ver ni en pintura a Florencia y ella seguro que también la odia por haberle quitado a su única hija.__Dijo Alondra.

__Necesitamos un abogado, hay que quitarle la custodia de nuestro hermano, nadie sabe dónde está y esa llamada me dejó desconcertada, ella le hizo algo, quizá Samuel vio algo el día que papá murió y por eso desapareció...__Lo último le sacó lágrimas a las hermanas, las unía el dolor pero también un pecado mortal.

La ira invadía su mente, tanto que conspirar en contra de su madre se había vuelto un reto.

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