Capítulo 15 - Mudanza

Desde hace siete días he estado trayendo cosas desde mi antiguo departamento al nuevo, cambié el color de mi habitación a un hermoso color salmón traje mi cama, la de aquí no me gustaba mucho y adoro mi colchón que es bastante cómodo.

He cambiado una que otra cosa, aunque me molesté un poco con ese rubio cabeza dura ya que le dijo a nana que limpiara mi departamento, se lo agradezco en el alma pero era algo que debería haber hecho yo.

Además, no sé si le dije o me leyó el pensamiento pero ayer cuando llegué a casa había una linda mesa con dos sillas plegables en el balcón, lo cual me encantó.

El también ha aportado unas cuantas cosas para mejorar el departamento y se lo agradezco muchísimo.

Desde que volví a ver a Peter nos hemos hecho muy cercanos, en ocasiones lo acompaño a algunos eventos y así he conocido a un montón de personas que se que no veré más nunca, en algunos me aburro como una ostra y otros han sido más entretenidos, el problema surge cuando son entre semana y al día siguiente tengo que trabajar.

Hace unos días comenzó un jefe nuevo y ha sido una auténtica tortura, es el hijo consentido del jefe y no sabe nada de lo que se hace aquí pero tampoco se deja ayudar.

Es muy prepotente y grosero, pero trato de llevar la fiesta en paz.

Ya hoy es viernes y anoche salí con Peter por lo que casi no he dormido, al parecer mi jefe hoy amaneció con el apellido atravesado y me ha tenido de un lado a otro pidiendo informe tras informe para luego solo irse sin siquiera un gracias.

Salgo de la oficina y recibo un mensaje de Peter diciéndome que debía viajar urgente por algo de negocios, por lo que me dirijo a casa.

Estoy en casa en esos momentos en que se supone que estas viendo la televisión pero tus pensamientos están en otro lugar y me llega otro mensaje de Peter con el número de Sebastián.

Estoy acompañada con una copa de vino y me digo a mi misma ¿Por qué no?

Así que tomo mi teléfono y marco cada uno de los números que me envió mi rubio, repica una vez, repica otra vez y al tercer repique escucho esa maravillosa y masculina voz.

📱Sebastián: ¿aló?

📱Carolina:…

📱Sebastián: si no vas a hablar ¿para que llamas?

📱Carolina: ¿que dices cuando no sabes que decir?

Me tome otro trago de vino para darme valor y puse escuchar el silencio al otro lado.

📱Carolina: ¿Cómo has estado?

📱Sebastián: te he extrañado mucho

📱Carolina: yo también y he aprendido a vivir así con ese espacio que dejaste vacío

📱Sebastián: no vayas a empezar

📱Carolina: entonces ¿para que querías que te llamara?

📱Sebastián: solo quería saber como estabas y quería darte el pésame por lo de tu mamá, a mi me afectó mucho lo de su muerte

📱Carolina: cada día me siento mejor

📱Sebastián: disculpa por no despedirme de ti cuando me fui

📱Carolina: no te preocupes, hay situaciones para las que se necesita valor y no todos los tenemos

📱Sebastián: ¿puedo guardar tu número y llamarte en otra oportunidad?

📱Carolina: si guárdalo aunque se que no llamaras

Nos despedimos y siento que fue la llamada más incómoda de mi vida, por lo que termine de tomar mi copa de vino y me fui a dormir.

Los días fueron pasando y mi relación con mi jefe no era la mejor, mientras que Sebastián me enviaba algunos mensajes casi todos los días y eso me hacía sentir muy bien.

Un martes en la tarde estaba metida en mi trabajo revisando algunas cifras cuando escucho un grito en la oficina de mi jefe, me llamaba a gritos el muy imbécil.

Me levanté tranquilamente y respiré dos veces antes de entrar a la oficina de ese orangután.

-¿me llamó? – le dije con una sonrisa fingida

-además de todo tonta ¿no creo que no haya escuchado cuando dije su nombre – me dijo alterado

-Yo solo escuche a un hombre grosero gritando como niño chiquito cuando se le cae el dulce – le dije con la mayor tranquilidad del mundo

-Te estás pasando – me gritó y en ese momento salió el demonio que hay en mi

-Yo espero que sea la última vez que usted me grita porque si sabe gritar yo también, no sea abusador y respete – se lo dije con un grito

Pude escuchar un silencio ensordecedor en toda la oficina, creo que nadie respiraba, ni una sola tecla se presionó en ese momento.

Me di media vuelta y me fui a mi escritorio.

Al rato me llamaron de recursos humanos diciéndome que estaba despedida y debía abandonar la empresa, pero primero debía pasar a buscar mi liquidación.

Recogí mis cosas y al salir me despedí de todas mis amigas con una sonrisa en el rostro, parecía en miss en pleno desfile lo que me faltaba era la corona.

Antes de apagar la computadora borre todos los informes que había hecho y borre la papelera, ahora que vuelva a hacer todo mi trabajo.

Ya me iba cuando me devolví y le despedí de él.

-Adiós Sr. García espero que algún día aprenda como tratar a la gente – le dije y me fui.

Pase por recursos humanos pata retirar mi liquidación y obviamente me hicieron firmar un montón de documentos.

Fui directo a cobrar mi cheque, de ahí fui a a dejar mis cosas en el departamento y me dirigí a la empresa de mi rubio, él salió y su sorpresa fue grande cuando me vio, por lo que me abrazo y me dio un beso.

Yo le respondí aún no se ni porque pero me sentí muy bien con él en ese momento.

Fuimos a su casa y le conté lo que había sucedido, el estaba muy molesto y tomó el teléfono, pude notar que se alejaba y llamaba por teléfono a alguien, lo único que escuché fue saca toda nuestra inversión de allí.

-¿Que hiciste? – le pregunté

-Nadie se mete contigo y se queda como si nada – me dijo muy molesto

-No me respondiste –

-Le voy a enseñar a ese imbécil que puede quedar sin dinero y vamos a ver como grita otros sin tener poder – una chispa de maldad brillaba en sus ojos

Desde ese momento esa empresa fue en picada y mi maravilloso jefe tuvo que rogarle a mi rubio por ayuda y este le pidió una disculpa formal para mi, la cual se negó a dar y aun esta buscando un inversionista.

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