Capítulo 12 – Preguntas Incomodas

Salimos del edificio en el auto de Peter, el cual era hermoso, de verdad que el día de ayer tenía un velo en los ojos que no me dejo ver muchas cosas, es verdad eso de que el dolor ciega.

Veo que llegamos al cementerio y nos dirigimos a donde se encuentra ahora mi madre, cuando llegamos al lugar ya tenía una lápida, era de mármol negro con letras doradas y tenía a un lado la fotografía de mi madre.

Vi que él fue inmediatamente al auto, creo que olvidó algo, mientras estoy detallando la lápida veo que está a mi lado con unas rosas blancas, las coloca en el florero que tiene allí y me dice que esa era la sorpresa, no le parecía justo que mi madre no tuviera una lápida digna y la mandó a hacer ayer mismo y hoy la instalaron.

En respuesta le di un mega abrazo y estuve a punto de besarlo, pero al estar frente a frente di un paso atrás, no quise ligar las cosas y él lo notó por lo que me dijo que me esperaba en el auto hasta que estuviera lista para irnos.

Pasé un rato allí y fui al auto, me monté y en el auto rodamos un poco más cuando se detuvo y con una sonrisa encantadora me dijo que si lo quería acompañar, me dio curiosidad y me bajé con él.

Iba a llevar flores a sus padres, quitó las que tenían que estaban muertas y colocó unas nuevas, hizo un minuto de silencio y me dijo para irnos.

Íbamos en el auto en un silencio horrible hasta que él lo rompió con algunas preguntas incomodas.

-¿La relación entre Sebastián y tu iba más allá de la relación tío sobrina? – soltó sin dejar de mirar al frente.

-Yo le tenía mucho aprecio y nunca supe exactamente que sentí por mi – le respondí con la mayor sinceridad que pude.

-¿Porqué no quieres hablar con el? –

-No he sabido de él en muchos años y no quiero que me llame solo por lastima, tu y yo hemos estado en el mismo lugar el que se distanció fue él – le respondí molesta.

-Además de a Sebastián ¿has querido a otra persona como pareja? – dijo casi en un susurro.

Me puse pálida y casi sentí que dejaba de respirar, voltee la cara poco a poco, no podía ser que alguien se diera cuenta de eso y si era así sería solo él o alguien más lo sabría, yo dejé la relación de él y yo como un capricho infantil, ahora estaba Peter preguntando esas cosas y me estaba removiendo ese pasado sin saberlo.

-¿Por qué dices eso? – fue lo único que pude decir.

-Porque siempre me pareció que ustedes dos no se trataban como tío y sobrina, siempre me pareció que había algo más, tenemos años conociéndonos y nunca me has contado nada de algún novio o por lo menos alguien que te gustara, así que mi teoría ha estado tomando fuerza desde entonces, desde esa vez que me besaste para llamar su atención más nunca intentaste nada conmigo, no es que yo sea el hombre más irresistible de mundo pero si soy bastante atractivo.

-No he encontrado a ningún hombre que llene mis expectativas y no quiero tener una pareja, me siento bien sola como estoy hasta ahora – le dije con tristeza.

-No estás sola ya te lo dije, me tienes a mí, tienes a nana y aunque no quieras hablar con él, puedo decirte que se preocupa por ti – me dijo como si se le rompiera algo dentro por decir esas cosas.

-De igual manera no quiero hablar con él y no tengo planes de estar con ningún hombre en el próximo milenio, me da miedo estar tan enamorada de un hombre que le haga daño y yo no me dé cuenta como le sucedió a mi madre con mi padre – dije con una profunda tristeza.

Seguimos en silencio hasta que llegamos a un restaurant que quedaba en una zona exclusiva de la ciudad y estaba en un área montañosa que daba vista a toda la ciudad.

-¿Tú crees que me dejen entrar así vestida allí? – le pregunté incrédula.

-Si no te dejan entrar los acusaré con el dueño -  me regaló un guiño una gran sonrisa que lo hacía ver como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

Llegamos a la entrada y lo único que escuchaba era señor Peter pase por aquí, señor Peter esto, señor Peter aquello y era algo un poco incomodo.

-O comes muy seguido aquí o eres amigo intimo del dueño -  le dije bajito.

-Yo soy el dueño – me respondió como si fuera un secreto.

Me sorprendí con esa respuesta, de verdad que hay muchas cosas de este hombre tan maravilloso que tengo al lado, aunque pude notar como algunas chicas le coquetean y hasta vi a una guiñarle un ojo, no hay respeto.

Creo que se dio cuenta porque me sonrió y me dio un beso en la mejilla, acercándose a mi oído.

-Deja los celos, en este momento soy solo tuyo – me dijo divertido.

-Yo no estoy celosa ¿cómo crees? Tu eres mi amigo y entre amigos no puede haber celos –dije a la defensiva.

Lo único que pude escuchar después fue su risa que casi que se escuchó en todo el lugar, algunas personas voltearon a vernos y él se veía despreocupado, no le importaba nada la gente alrededor.

Comimos algo liviano ya que mi apetito no era el mejor y nos fuimos a su casa, cuando llegamos no vi a nana por ningún lado, lo que me extrañó mucho y Pit me dijo para ver televisión un rato.

Vimos algo de acción ya que mi humor no estaba como para ver películas románticas, me llevó a una habitación en donde había almohadones y cojines, así como un sofá gigante y una televisión mucho más grande, parecía la pantalla de un cine y en una esquina pude ver una máquina de cotufas, me sentía como cuando mi mamá me llevaba al cine.

-¿Qué te parece si nos ponemos cómodos y regresamos aquí? – le pregunté.

Suelo quedarme dormida al ver películas y no quería amanecer en jeans, o tener que cambiarme medio dormida amaneciendo con la ropa al revés, ya me ha pasado.

Aceptó mi solicitud y así hicimos, fui y di una ducha rápida para ponerme mis pijamas de ositos, en realidad el mono era rosado con ositos marrones y una camiseta rosa, así como mis medias de oso marrón, se que se va a morir de la risa pero no sé porque metí eso en el bolso.

Lo sabía, en lo que me vio soltó esa risa que se escucha a diez cuadras y lo peor es que se acercó a mí, me soltó el cabello y me hizo dos trenzas, para completar la humillación me tomó unas fotos, porque no se complació con una me tomo muchas y hasta la puso de forndo de pantalla en el celular, eso no se vale.

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