CAPITULO XVI

ESMERALDA

Dormía en mi cama, la noche era fresca y fría.

Un ruido seco me despertó, me senté sobresaltada, un silencio sepulcral se escondía en toda mi habitación y casa, no puede deducir si el ruido fue real o había sido un sueño.

Sentada, me tiré sin ganas de nuevo en la cama, acaba de cerrar los ojos cuando otro ruido me espantó. Esta vez estaba segura que lo escuché, poniéndome las sandalias salí de mi habitación con el teléfono en mano usándolo de linterna.

La casa estaba a oscuras, la tenue luz de la luna ayudaba un poco con mi visión.

--¿Papá? – hablé en voz baja. Caminando en silencio llegué a su habitación, no escuchaba ningún ruido.

Tomando valor abrí el picaporte, no había terminado de abrir cuando lo vi tirado en el suelo. Su cabeza tenía una gran herida abierta.

--¡Papá!—grité

No reaccionaba.

Lo primero que hice fue llamar a emergencias, no tenía idea lo que había sucedido solo que necesitaba urgentemente ayuda. En lo que esperaba la ambulancia intenté entender que sucedía, qué era lo que había pasado.

Solamente le hablaba o gritaba más bien.

--¡¡Papá!! ¡¡estarás bien!! – le gritaba, no sabía si me escuchaba, pero hablarle y repetirle que estaría bien era un consuelo para mí.

La ayuda llegó rápido. La espera del tiempo en que llegábamos al hospital fue eterna y a la misma vez borrosa, no podía recordar cómo es que ahora me encontraba en la sala de emergencias.

Los paramédicos solamente dijeron que tenía una conmoción en la cabeza, supuración y sangre perdida fue lo único que logré entender.

Apenas me quedé sola saqué mi móvil para enviar un mensaje, necesitaba a alguien conmigo. En algún otro día habría llamado a mi amiga, pero mis dedos se movieron solos.

Sentí que casi acababa de enviarle mensaje cuando lo vi aparecer en la puerta. Cuando me vio, enseguida se apresuró.

--¿Cómo estás? ¿Qué pasó? – se sentó a lado de mí con urgencia--¿estás bien?

Mi mensaje fue muy breve, simplemente le escribí que estaba en el hospital PSK y que si podía venir.

--Mi papá, no sé que le pasó, lo encontré inconsciente en su habitación con un golpe en la cabeza.

--¿Ya dieron información?

Negué.

Estaba por levantarse cuando habló.

--Tu pierna, está herida – señaló.

Seguí su mirada, no fue hasta que vi la herida que empezó a doler, un vidrio bastante grande estaba incrustado, verlo recordé la escena donde encontré a mi padre, había vidrios rotos en todos lados, hubo un momento que me arrodillé y senté junto a él para sostenerlo mientras esperaba, debió ser que en ese momento me hice daño.

--Necesitas que te revisen—se fue.

No tardó mucho y regresó con un enfermero. El enfermero me dijo que le mostrara, no fue necesario llevarme a otro lugar, ahí mismo con unas pinzas sacó el pedazo de vidrio, media al menos unos 7 centímetros.

--Necesitarás cuatro puntos, estarás bien, vuelvo en un momento.

Marco se encontraba a un costado observando.

--Todavía no hay información de tu padre, tal vez en una hora salga el médico. – él ya se había acercado a preguntar.

Asentí, sin decir mucho, no tocaba otra cosa que esperar.

El mismo enfermero regresó.

--Te haré las puntadas aquí mismo, estamos un poco llenos en urgencias y no es muy grave tu herida.

--Está bien, gracias.

Después de limpiar la herida, lo vi colocar anestesia, espero unos minutos e hizo las puntadas ágilmente, no me quejé, simplemente sentí la fría aguja que traspasaba la piel. Luego de terminar cubrió con una gasa.

--Asegúrate de no mojar la herida y cambiar la gasa con regularidad, puedes tomar algún analgésico si hay dolor.

-- Gracias.

No pude contestar más. Estar todavía a la espera de no saber nada de mi padre me carcomía.

--Si fuera algo grave enseguida habría una noticia. Tranquilízate.—Marco debía de saber exactamente cómo me sentía.

No podía

Él se sentó a dos sillas de distancia y esperó conmigo en silencio. Agradecí mucho que no siguiera consolándome con palabras, lo único que necesitaba es tener una cara conocida a mi alrededor.

Después de poco más de una hora el doctor salió.

--Familiar del señor Mellon

--Soy yo, -- me pare enseguida – soy su hija.—la sombra de Marco se paró junto a mí.

--El paciente está bien, sufrió un fuerte golpe en la cabeza, no es nada grave, ha requerido unas puntadas, no es profunda la herida, le haremos una tomografía solo para descartar sangrado interno y por protocolo, ahora mismo está inconsciente, probablemente despierte hasta mañana, váyase a casa, descanse y regrese temprano.

--Si no ha despertado ¿cómo está tan seguro que está bien?

--Es una herida superficial, su pariente estaba bastante ebrio, encontramos altos niveles de alcohol en su sangre, por lo que su caída debió ser un desequilibrio, ahora mismo lo estamos desintoxicando, regrese mañana y le tendremos más noticias. La tomografía se realizará hasta mañana, por lo que ahora no hay mucho qué hacer.

--¿Puedo pasar a verlo?

--Lo siento, pero no admitimos visitas en urgencias en este hospital después del horario, regrese mañana.—el médico dio la medio vuelta y se fue.

--Mi papá no bebe—comenté.

Solo Marco me escuchó. No dijo nada, permaneció callado.

Mi padre no solía beber, hace poco había bebido con su padre de Marco, pero no era algo que hacía con frecuencia, nunca llegaba a tal grado.

--¿Qué quieres hacer?—preguntó --¿Te quedarás?

--Mi casa está a unos veinte minutos de aquí, ¿y si pasa algo?

Permaneció callado por un momento.

--Si quieres puedes venir a mi departamento, está a unas cuadras. – propuso – si pasa algo en menos de cinco minutos estamos aquí.

Me pareció bien, fui con la recepcionista para asegurarme que tenga bien anotado mi número, incluso hice que hiciera una llamada simulada, la vi torcer la boca, no me iría hasta asegurarme, una vez que estuve satisfecha regresé con Marco.

--Vamos.

Se levantó de un salto.

Cuando estuvimos en el estacionamiento preguntó

--¿Entonces? ¿A mi apartamento?

--Si.

Condujo despacio, y tal como dijo llegamos demasiado rápido.

Su auto entró a un estacionamiento subterráneo, el guardia lo dejó pasar al instante. El edificio no parecía ser muy lujoso a comparación de la casa de sus padres, sin embargo, debía ser costoso solo por la zona.

Al bajar del automóvil caminamos hasta un ascensor.

Puso un número y escaneo su huella dactilar, el ascensor subió.

Fue rápido, sonó el popular sonido del ascensor y las puertas se abrieron, directamente entramos a su departamento. Mi primera impresión es que era bastante modesto, a simple vista no parecía haber nada fuera de lugar, era espacioso, y bastante amplio, tal vez todo un piso únicamente para él, unos cuadros que parecían ser parte de alguna colección colgaban de las paredes, se veía limpio y el ambiente era bastante agradable.

--Debes estar cansada—seguí sus pasos pues parecía guiarme. – si necesitas algo de la cocina solamente tómalo, hay un baño aquí—señalo una puerta – y en la habitación—caminó hacia una puerta negra y amplia abriéndola, el concepto de la habitación era distinta al resto de la casa, lleno de colores cálidos y colores fríos a la vez, un muy buen gusto. Era lo único de la casa que parecía tener un sello personal, todo lo demás era bastante simple, como si una persona no habitará – aquí está el otro baño, -- caminó por la habitación para mostrarme – aquí hay agua—abrió una gaveta que funcionaba como nevera.– ponte cómoda.

Lo vi abrir el armario, pero no quise mirarlo más, podría parecer que husmeaba.

--Ten—me ofreció una playera y un pants -- tu ropa está manchada, puedes usar esto. Usa el baño con confianza, yo dormiré en la sala.

--¿Estás seguro? – no es que quisiera que duerma conmigo, pero se sentía mal que me diera su cama y él se durmiera en un lugar incómodo.

--si, se convierte en cama, no te preocupes. Duerme bien., si necesitas algo despiértame.

--Gracias.

Sonrió, en todo el trayecto no lo había visto sonreír, eso, ver su sonrisa enseguida me hizo sonreír y olvidarme por unos segundos porque estaba aquí.

Después salió cerrando la puerta.

Después de cambiarme y recostarme, cerré los ojos ya era tarde y me sorprendió el hecho de que tenga sueño, fue muy fácil conciliarlo casi sin darme cuenta.

Pareció ser que dormí solo unos minutos, cuando abrí los ojos de nuevo miré el reloj, había pasado más de cuatro horas, eran las cinco de la mañana, me levanté para cambiarme e irme al hospital, quería estar ahí a primera hora.

Cuando abrí la puerta de la habitación la sala de estar se encontraba justo en frente y Marco también estaba despierto, trabajando en su portátil.

--Buenos días—habló antes de que pudiera decir algo.

--¿dormiste?—pregunté preocupada, no parecía haber dormido mucho, su aspecto se veía totalmente despierto y despabilado, como si fuera totalmente nocturno.

--No mucho. – dijo con sinceridad – hoy tengo la revisión de un prototipo y todavía ajusto detalles.

Me acerqué para mirar interesada.

--¿qué haces exactamente?

Miró su computador y explicó

--Actualmente cuando alguien hace una llamada solo puedes escucharlo o verlo a través de una pantalla, la compañía de mi padre sacó hace dos años un proyector real, que te permite ver a la persona con la que hablas, mi hermano lo sacó a la venta antes de tiempo, todavía no estaba totalmente listo, pero estaba desesperado por una nueva idea que desarrollar para salvar sus malas decisiones, así que lo lanzaron y así lo han vendido, pero eso no era toda la idea, mi hermano no quiso escucharme en ese momento, así que por eso y otras situaciones me independice.

Todavía trabajo en el programa beta, y si logro convencer a los inversionistas, pues será seguro que en un año pueda lanzar mi idea completa.

--¿Y cuál es? – la forma en que miraba cuando hablaba del tema se podría notar lo entusiasmado que estaba.

--Muchas veces tenemos un ser querido lejos de nosotros, y las llamadas es lo único que nos acercan, así que esta tecnología no solo proyectará, sino que te dará una imagen tridimensional, podrás ser capaz de convivir casi tangiblemente con esa persona, incluso que esta persona se mueva alrededor de tu espacio, obviamente hay limitantes, uno de ellos es el tacto, pero estoy trabajando en un sensor de olores e incluso de clima, que tú y la otra persona puedan percibir el espacio del uno y del otro, puedan escuchar no solo tu voz, sino el viento soplar, que puedan oler el tipo de perfume que llevan, que puedan sentir el aroma a lluvia si es un día lluvioso, o el frío aire si es invierno, estoy buscando a hacer más real ese contacto con esa persona lejana.

--¿es eso posible?

Su sonrisa fue ancha.

--Si, la prueba beta es un éxito, pero aún no es perfecto, si todo sale bien, podré producir esto en masa, y estoy seguro que será un éxito.

--Creo que es una idea muy loca, en el buen sentido—dije rápido – me encanta. No entiendo por qué Damián no quiso escucharte, es fantástico

-- Necesitaba algo para darle a mi padre, no podía esperar para que desarrollara todo, así que únicamente se apuró en hacer el holograma.

--¿Y tu padre estuvo de acuerdo?

--Mi padre no sabe toda la idea, y pues Damián se llevó todo el crédito.

--Si le contaste a tu hermano de esto, ¿no consideras que pueda hacer lo mismo y plagiar?

--No, todos los científicos que conocían el proyecto están conmigo, el tubo que contratar otros, y bueno… Su producto aunque es bueno tiene varias fallas, fallas que nosotros no tuvimos ni en nuestro primer prototipo así que no me preocupa.

--Tienes bastante confianza.

--Si, -- miró mi ropa –¿iras a cambiarte antes? Tu ropa está manchada.—se refería a si iría a mi casa antes.

--No tengo tiempo – me levanté del sofá

--¿Por qué no unas una playera mía? ¿No desayunarás algo? – pregunto al ver que estaba dispuesta a irme. Ignore por completo su primera pregunta, me parecía algo demasiado íntimo que me prestara su ropa para salir.

--No tengo tiempo – repetí – no es necesario que me acompañes – dije al ver que se levantaba y tomaba sus llaves—caminaré, me servirá para despejar mi mente y tú tienes cosas que hacer.

--Todavía está oscuro ahí afuera, déjame llevarte.

--No, gracias por ayudarme anoche, -- de pronto me dio ansiedad despedirme de él, me acerqué apresurada poniéndome de puntillas para alcanzar su mejilla, en un momento de torpeza por alcanzarlo, tomé su cuello para impulsarme y llegar, mis labios quedaron impregnados a mitad de la comisura de sus labios, intenté alejarme, pero su mano se había agarrado con fuerza en mi cintura impidiendo que me moviera.—lo siento, apunté mal, yo… quería besarte la mejilla.

Sin decir palabra y solo mirándome giro ligeramente su rostro para mostrarme bien su mejilla

--Inténtalo de nuevo.

Dudé por una milésima de segundo, y al siguiente mis labios toparon con su suave mejilla, di un paso hacia atrás todavía con la sensación de su piel.

--De nuevo gracias. – no lo miré otra vez y pedí el elevador. Impaciente lo esperé, era bochornosa la situación para mí, sentía toda mi cara y cuerpo caliente.

--Esmeralda – justo cuando habló el sonido del elevador lo ahogó.

--Te veo luego—dije apurada, miré hacia el suelo hasta que las puertas se cerraron perdiéndolo de vista.

Todo mi cuerpo se sentía como si hubiera corrido un maratón completo. Agitado, sudado, caliente y a punto de colapsarme. Las puertas se abrieron en el estacionamiento, era bastante temprano y aun así había movimiento, un hombre bastante joven esperaba el elevador, se hizo a un lado para dejarme salir.

--Gracias—mascullé.

--Buen día—dijo, en cambio – ¿me das tu número?

Me sorprendí de lo directo que fue. Que tuve que mirar a mi alrededor si era a mí a quien hablaba.

No respondí, y solo seguí caminando.

Tarde solamente unos quince minutos en llegar al hospital, cuando entré lo primero que hice fue preguntar por mi padre.

--Todavía no tenemos información, espere un momento, le hablaremos.

Sin más por hacer me senté en un lugar vacío. Era bastante temprano y aun así el hospital no se veía menos lleno. Muchos esperaban por sus familiares, escuchaba como las conversaciones se iban formulando a mi alrededor entre los presentes haciéndome una idea de las historias de cada persona.

--Te traje algo para que comas – una bolsa Blanca de plástico se colocó frente a mí, Marco la sostenía. – come.

No pareció ser una sugerencia sino una orden.

Tome la bolsa. Dentro había un mitin de chocolate, un sándwich y una botella de agua.

--No sé si bebes café, así que te traje un late, un americano y chocolate con leche. – sostenía una charola con cuatro vasos.

--Gracias, pero no bebo café ni chocolate. – no era que no me gustara, es que no podía, mi dieta era algo estricta – ahora estoy en medio de una producción y no puedo ingerir ciertas bebidas—dije para suavizar el rechazo, tomé el sándwich y el agua.

--¿Quieres que te traiga un jugo?

--No, tampoco tomo jugos, contiene mucha azúcar—dije con una sonrisa de lo siento.

Él se comió el muffin y los vasos de café y chocolate lo regaló a las personas que estaban cerca.

--¿Por qué no te quedaste a terminar tu trabajo? – pregunté.

--Tranquila, ya está resuelto solo eran dos detalles y ahora está bien.

Esperó conmigo por más de una hora, el médico salió a darme buenas noticias; mi papá estaba bien, un poco deshidratado por la bebida, pero ya estaba recuperado, al parecer el golpe no era nada grave, esperamos veinte minutos más y lo dieron de alta. Marco me acompañó en todo momento.

--Si necesitas algo, llámame.--- dijo cuando llegamos a mi casa.

--Gracias, pero estaré bien. No iré a la universidad—de todas maneras ya era algo tarde aunque me alistara llegaría a tercera clase y no me gustaba para nada la idea de dejar solamente a mi papá.

--Si necesitas salir, llámame mi reunión es en unos minutos y debe durar más de dos horas así que estaré libre el resto del día.

--Gracias, te llamó si lo necesito.— miré de reojo a mi padre que se había sentado en el sofá.-- ¿cómo lo ves? – pregunté.

--Creo que ahora está avergonzado—dijo Marco, le había contado todo, desde que la extraña situación de encontrarlo llorando – pero en general, bien.

Asentí.

Marco se acercó a mi padre para despedirse.

--Gracias, muchacho – escuché decir a mi padre.

Después Marco se reunió en la puerta conmigo.

--Regreso a traerte el almuerzo.— acercándose tomó mi mejilla con delicadeza, plantó un beso en mi otra mejilla. – gracias por pensar en mí en esta situación.

--Fuiste mi segunda opción—dije en tono de broma.

Él sonrió.

--Y la última que tendrás.

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Comments

Gaby Reyes

Gaby Reyes

gracias ame cada capítulo gracias de verdad

2023-05-25

0

Milcaris

Milcaris

Hermoso aunque deseo más de ellos se que todo es con calma...
Gracias Yessi por seguir aquí y darnos estos capítulos 💕👏🏻🌟🌺

2023-05-25

0

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1 PROLOGO
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3 CAPITULO II
4 CAPITULO III
5 CAPITULO IV
6 CAPITULO V
7 CAPITULO VI
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43 CAPITULO XLII
44 CAPITULO XLIII
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47 CAPITULO XLVI
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52 CAPITULO LI
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