CAPITULO XV

Apagué la luz de mi oficina, ya era tarde, planeaba salir más temprano hoy y cenar con Esmeralda, pero ya que no nos vimos preferí quedarme un rato más. Casi estaba por llegar a mi apartamento cuando recibí una llamada.

--¡Hey! ¡Cuánto tiempo!-- gritó la voz.

--¡Hey! – contesté de vuelta-- ¿estás en la ciudad?

--¡Sí! Ven, te espero en el lugar de siempre.

Giré mi volante.

--Estoy contigo en unos minutos.

Hacía bastante tiempo que no visitaba estos sitios, tal vez ya tenía más de un año.

--¡Aquí! -- gritó Lucien.

Caminé a su encuentro, estaba rodeado de amigos y mujeres, era un chico bastante popular.

---¡Miren quién se nos une! ¡Marco!—uno de sus amigos me palmeó la espalda.

Saludándolos a todos, bebimos unos tragos mientras platicábamos con alegría de nuestras vidas, Lucien era el que tenía la mayor atención hoy, hablaba hasta por los codos, contando todas sus aventuras en el extranjero.

--¡Oh no! Invitaste a tu novia—dijo Lucien para mí.

Miré hacia donde miraba y vi a Helena con sus tres amigas de siempre, se acercaban con coquetería hasta nuestro punto. Lucien sabía perfectamente que no era mi novia, pero ya la etiquetó como tal.

--¡Lucien! ¡Qué milagro!—las cuatro chicas lo saludaron.

Lucien las saludó de vuelta con educación y sin emoción.

--¡Amor ¿podemos hablar?—preguntó Helena.

Primero la escuché, pero no me cayó el veinte que a mí se dirigía, luego recordé que sus amigas estaban aquí y se suponía que era su novio.

--¡Por supuesto!

Lucien no sabía de este acuerdo y se sorprendió demasiado al verme irme con ella.

-¿Qué pasó?—pregunté una vez estando a distancia.

--Hoy te fuiste y me dejaste sola.

--Lo siento, tenía que irme—dije disculpándome.

Mi tarde había estado cardíaca, fui a la universidad de Esmeralda para verla, casi acababa de despedirme cuando Helena apareció con sus amigas creyendo que fui por ella. Quedé en una situación realmente embarazosa donde no pude salir. Olvidé por completo que era la misma universidad donde Helena estudiaba, así que huí rápido de esa escena. Todo el tiempo tuve el corazón al mil, porque si Esmeralda me veía, ¿qué explicación le daría? Aunque Helena no era realmente mi novia, no era algo que fácilmente pudiera explicar.

--No hemos podido tomar la foto que me prometiste.

--Cambié de opinión, nada de fotos. – ahora que consideré la posibilidad de que Helena y Esmeralda se conocieran, una foto era muy peligrosa.

--¡Pero necesito postear algo de nosotros!

– Como te dije antes, me gusta una chica y ya no puedo seguir haciendo esto. Explícales a tus amigas que terminamos. Es más, dile que tú me dejaste, puedes contar cualquier historia, pero ya no podemos seguir con esto.

Helena solo me observó.

--¿Quién es? ¿La conozco?

-- No importa si la conoces o no, tú y yo no salimos realmente, así que no tiene relevancia.

--¿Soy tu amiga no?

Dudé en responder porque no la consideraba mi amiga, pero se me hizo de mala educación decir que no, así que confirmé con la cabeza que sí lo era.

--Entonces debes decirme quién es.

--Lo sabrás cuando la presente -- mi teléfono sonó con una notificación, no le tomé importancia, -- únicamente acuérdate de lo que te dije, no puedo seguir fingiendo que soy tu novio. Si necesitas otra cosa y puedo ayudarte, lo haré, gracias por entender. – me fui después sin esperar respuesta.

Lucien me abrazó en cuanto regresé.

--¿En serio te enrollaste con ella? ¿Qué hay de la chica que me contaste?

--No. – le expliqué que en realidad no éramos nada y solamente le hacía un favor. -- Y la chica, bueno… Ya somos algo así como …?

--¿De verdad? – miró su reloj—como que ya te habías tardado ¿no? Me contaste de ella hace como tres meses y apenas son “como amigos".

Le golpeé el pecho.

--Ella es especial, no podía acercarme solamente así.

--¿Así? ¿Por qué? No me has dicho mucho de ella, únicamente que es la más hermosa que hayas visto y que parece que te has enamorado y bla, bla.

--Acaba de salir de una relación—dije sin especificar que andaba de novia con mi hermano—bueno, cuando la conocí ya no estaba dentro de la relación, pero ya sabes, no quería solamente aparecerme en su vida, no sabía si esa relación fue importante y quería esperar.

--¿Y?

Mi teléfono volvió a vibrar. Sacándolo de mi bolsillo, miré la pantalla. Su nombre iluminaba mi pantalla.

--Tengo que irme.—dije sin dar explicación.

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