ESMERALDA
Tenia miedo. Justo ahora que lo tenia frente a mi un miedo irreconocible me inundaba. Lo peor es que no sabia a qué le temía. Era extraño cuando toda mi vida haya soñado con el y ahora que estaba frente a mi el miedo era el que no me dejaba actuar.
Sentí que nuestro contacto visual tardó mucho, por más que lo intentaba mi cabeza no reaccionaba. Fue el telón cuando se cerró que hizo que cortara el contacto visual. No había podido sacarlo de mi mente. Día y noche pensaba en él y lo único que sabía era su nombre, bueno… y ahora sabía que tenía un hermano.
Las personas a mi alrededor empezaron a moverse regresando a los camerinos.
--Esmeralda. ¡vamos!.
Por fin me moví de la línea. Después de quitarme el espeso maquillaje y ponerme ropa cómoda salí en busca de mi padre.
Lo encontré hablando con el director y mi profesor de baile.
--Hija. – me abrazó por los hombros.
--Ha sido una buena presentación. Estoy seguro que próximamente recibirás noticias nuestras.
--Gracias.
--Tenga – el director le ofreció una tarjeta a mi padre – cuando termine su universidad, hábleme, arreglaré una audición en Bolshoi.
--Muchas gracias.
--Si hija es muy talentosa.
El director dio una última mirada de aprobación y se despidió, el profesor le siguió.
Mi padre me miró de frente.
--Lo has hecho muy bien, te invito a comer.
--Iré rápido por mis cosas.-- dije emocionada.
Regresé a los camerinos para recoger mis bolsos donde traía mi vestuario y maquillaje. Al salir, busqué con la mirada a mi padre, ya no estaba dentro del teatro. Caminé en dirección del estacionamiento, muchas veces lo veía ahí.
Cuando lo visualice no estaba solo. Me acerqué despacio no queriendo llegar. A unos diez metros me vio de reojo, su compañía también.
--Hija – llamó desde su posición -- acércate. – al llegar, siguió – saluda al señor Lennox .
--¿Cómo está?—ya lo conocía de antes, era amigo de mi padre de hace años.
--Muy bien, has estado increíble, en cada presentación estuviste mejor que en la anterior.
--Gracias.
--El es mi hijo – dijo mirando hacia su derecha.
Mis ojos no se movieron, no quería tener que mirarlo y menos tan de cerca.
--Hola – lo único que miré de él fue su mano extendida como saludo. Esta vez no podía rechazarlo, nuestros padres observaban. – me llamo Marco.
--Hola – dije sin mirarlo. Hablé antes de tocarlo y lo hice bien porque después de sentir su piel la electricidad que sentí antes cuando bailamos volvió a surgir. Los dos segundos que duró nuestro apretón fueron los más largos que haya sentido en mi vida. Incluso después de bajar mi mano aún sentía esa sensación de calidez.
--Ahora mismo vamos a comer algo ¿quieren venir? – mi padre fue amable al invitarlos. Lo miré alarmada. Esta salida era de los dos. Sabia que me costaba un poco relacionarme con más personas alrededor. Vio mi expresión. Cogió mi mano apretándola. --¿Qué dicen?
--Bueno…-- el señor Lennox estaba apunto de declinar la oferta, estaba segura.
--Nos parece perfecto—interrumpió su hijo.
Su padre lo miró y aceptó.
--Le llamaré a mi mujer. – se excusó un momento.
--Marco, me comentaron que igual te gusta la danza – dijo mi padre.
--En realidad, hace poco le empecé a agarrar el gusto.
--¿A si? ¿Y como es que de repente te ha interesado?
--Bueno… debo admitir que he estado viniendo a cada función solo por una chica.
--¿Es tu novia?
--No, todavía no.
¿Lo decía por mi?. No sabía si me miraba, no creía que fuera tan valiente como para hacerlo y evidenciarse ante mi padre si as fuera. Sea como sea mariposas con grandes alas empezaron a aletear. Mi loca imaginación ya había dado por sentado que esa referencia era para mí. Era guapo, alto, cabello oscuro, sus ojos a distancia brillaban, ¿de cerca? No había querido mirarlo directamente para comprobar que tanto. Las pocas sonrisas que le había visto eran de otro mundo, y su cuerpo… creo que toda chica estaría encantada con solo verlo, era arte.
Su padre llegó justo a tiempo, el rubor de mis mejillas empezaban a calentar toda mi cara.
--Vamos, te seguimos.
Los cuatro caminamos con dirección a nuestros autos, yo y mi padre juntos y por lo que vi, Marco y su padre cada quien iba en su propio auto. Ambos conducían autos de lujo. Marco debía ser un chico mimado como su hermano. Era el menor, se ganaba ese derecho por ley. Su madre debería de consentirlo a mil. Esto me daba nuevas inseguridades. Aunque no sabia porqué si apenas lo conocía y ni amigos éramos. Tal parece que mi mente se empezaba a hacer ideas y suposiciones locas.
***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***
Updated 77 Episodes
Comments
Milcaris
El amor ya tocó el corazón de Esmeralda 💞
2022-11-02
0