ESMERALDA
“Te veo en la entrada”
Hacía un rato que había leído el mensaje, lo leía y releía y no comprendía, o más bien no quería hacerle caso. Semanas trascurrieron desde que terminamos y todavía insistía en verme, tal parece que había sido un grave error empezar algo con él.
Me levanté de mi silla, revisé mi maquillaje antes de ponerme una chamarra para cubrir mi atuendo. Salí a su encuentro.
—¿Qué pasa? — pregunté al ver su sombra.
—Te he estado llamando por días y me has ignorado.
—Tal parece que el que ha venido a rogar es otro.
Su mandíbula se tensó.
—No juegues conmigo.
—No lo hago. Te he dicho que se acabó.
—No lo entiendo, no me has dado un porqué.
—¿De verdad? — casi reí — ¡no fue suficiente que casi me obligaras!
—Te leí mal, pero… no volverá a suceder. — estudie sus palabras.
Ese momento fue terrible, incontables veces le dije que no, y solo hizo de oídos sordos.
—Claro, no volverá a suceder. — me giraba lista para irme.
—¡Ey! — me jaló hacia él, — ¿no me extrañas? — su mano había acunado mi rostro y la otra se posicionaba
fuertemente en mi cintura.
—La verdad no, — siempre había sido muy directa con mis palabras, esa era una de las razones por las que no tenía muchos amigos. — ahora, si me disculpas, tengo que bailar. — lo empujé apartándome.
—Mi hermano está interesado en ti —ya me encaminaba cuando escupió de la nada.
—No conozco a tu hermano.
—Pues el sí. Te ha estado vigilando, ha venido a cada función solo para verte.
¿Se estaría refiriendo a Marco? No sabía con certeza que fuera su hermano, lo había supuesto, pero nunca me he atrevido a confirmarlo. Era cierto que desde que lo confundí en el estacionamiento no había dejado de verlo entre el público. Pero se equivocaba, él solo venía como espectador, si estaría interesado, ¿no ya se habría acercado? Varias veces había deseado que lo hiciera, me lo imaginaba mientras salía, que él aparecía de la nada y me hablara, pero nada había sucedido. Esperaba con ansias poder mirar hacia el público y ver sus oscuros ojos negros.
—Entonces, he estado con el hermano equivocado. — Hizo una fea mueca. — no tengo tiempo para ti Damián, estoy segura de que Jazmín te extraña más. — Jazmín era el nombre de la chica con la que se mensajeaba mientras estábamos juntos, no tenía vergüenza a venir a pedirme perdón.
Entré sin esperar respuesta. Esperaba que fuera mi último encuentro con él, aunque lo dudaba. Justo en pocos minutos tenía que enfrentarme a otro par de ojos negros.
Desde muy pequeña, el color negro había sido mi favorito. Las tonalidades oscuras me daban una extraña seguridad. Era gracioso como muchos, si no la mayoría de los pequeños le temen a la oscuridad, imaginándose cuantiosos monstruos que viven en ella, conmigo fue diferente, cuando llegaba la noche no dejaba que ninguna luz se filtrara en mi habitación, la oscuridad absoluta me traía paz, no ver siquiera mi propia mano al moverla frente a mí y solo mirar profunda oscuridad, eso me reconfortaba.
Cuando era pequeña, en vez de colorear con todos los colores del arcoíris prefería usar solo el negro, mi padre se alarmó y varios profesores le recomendaron ver a un psicólogo. Le preocupaba que el hecho de no tener a mi madre era lo que influía por mi favoritismo al color negro. Creían que era una especie de trauma subconsciente. Pero no había nada de malo, nada negativo, al contrario, el color negro me tranquilizaba.
Casi toda mi vida había soñado con unos ojos negros, por mucho tiempo creí que eran los ojos de mi madre, hasta que mi padre me dijo lo contrario.
—Tienes los ojos de tu madre — comentó una vez que había bebido de más.
No le gustaba hablar de ella. Nunca lo hacía, era un tema demasiado tabú. Podía hablar de cualquier cosa con él, menos de mi madre. Ella nos había hecho mucho daño a los dos, más a él que a mí. Nunca la conocí así que, no podía decir mucho, en cambio, él, era el amor de su vida, de eso estaba segura, el mismo lo dijo esa vez que se tomó más copas de vino de lo que normalmente bebía. Eran la pareja perfecta, ambos se amaban, se casaron y luego esperaron con muchas ansias a su hija, la niña nació, pero la madre los abandonó a los pocos días, sin ninguna carta ni despedida, simplemente se fue con su maleta. Mi padre no tuvo más opción que cuidarme solo. Le agradecía infinitamente que él tampoco me abandonara. Los dos éramos bastante unidos y nunca lo cambiaria por tener una vida diferente.
Ese mismo color negro lo reconocí en los ojos de Damián, eran oscuros y me deslumbré por ellos. Soy una romántica, he leído muchísimas novelas sobre almas gemelas y me ideaba que estos ojos que me acosaban en sueños eran los ojos que de alguna manera tenía que encontrar, lo encontré primero en Damián. Poco a poco me di cuenta de que su oscuridad no era absoluta. No eran los ojos, sin embargo, era lo más parecido. Por días, meses, traté de engañarme en que los había encontrado. No. No podías engañar tu corazón. Soporté que pisoteara mi orgullo al enterarme de que se veía con otra, soporte sus vagas disculpas, la gota que derramó el vaso fue cuando intentó estar conmigo. No quise y casi me obligó, si su padre no hubiese llegado ese día, no sé qué habría sucedido, era mucho más fuerte y grande que yo, incluso me llevaba cinco años de edad. Había sido una tonta. Un poco de paz no era suficiente para poder soportar todo eso. Esto era algo que a nadie le había contado, ni a mi padre, solamente el padre de Damián lo sabía.
Ahora me encontraba con otro problema. Otra oscuridad. No quería que por descubrirla me perdiera a mi misma, esta vez tendría cuidado.
No me cegaría ese color insondable. Otra vez no. Si lo hiciera ¿Qué perdería esta vez?
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Updated 77 Episodes
Comments
Arlette Garcia
Ya no habrá más actualizaciones? Hace mucho espero y nada :(
2023-05-13
0
SANDRA SALINAS SEPULVEDA
más capítulos por favor 😃😃, amé esta novela
2022-11-02
1
Milcaris
Arriesgarte, solo ganarías esta vez.
No me gusta para nada Damián 😤
2022-11-01
3