CAPITULO I

ÉL

Toda la vida me he sentido incompleto.

.....................................................

Magia.

Era lo que sentía en estos momentos. Era algo inexplicable. Tal vez solo era que nunca en mi vida había visto un recital en vivo, nunca creí que ver bailar a personas desconocidas podría hacerme sentir algo. Pero… no eran todos, era una. Cuando ella bailó no pude apartar la vista de su delicada silueta. Era como si todo alrededor ya no existiera, en el momento en que me fijé en ella, nada de lo de alrededor era relevante. Pudiese caerse el techo y yo seguiría aquí en el mismo lugar, mirándola.

–¿Quién eres? – susurré en medio de la ovación del público. Todos se levantaron de su asiento para aplaudir.

–Te has quedado encantado, ¿verdad? —mi padre me miró en sabiendas.

Me había arrastrado hasta este lugar. Tenía otra cosa, que en su momento era un mejor plan, tuve que postergarlo para estar aquí. Mi padre siempre quería traerme, pero me rehusaba. Nunca creí que estos eventos fueran mi estilo. Infortunadamente o afortunadamente mi madre también estaba ocupada hoy y no podía cancelar su compromiso, así que me vi obligado sin opción. No quería que él viniera sin compañía, no tenía corazón para eso.

Ahora, le agradecía. Había visto un Ángel descender del cielo.

–¿Cómo te llamas? —seguía hablando en voz baja.

Mi padre me escuchó aún con el ruido de la gente alrededor.

Me extendió un folleto.

Mirando hacia abajo, lo tomé. Era el volante que incluía los nombres de cada acto. Al final se leía los nombres de cada colaborador, el director, el coreógrafo, los músicos, los encargados de la escenografía, maquillaje, vestuario, todo. Y al final de todo eso los nombres del elenco, lo que me importaba. ¿Cómo sabría cuál era el suyo? No fue la bailarina principal, pero sin duda se había robado el protagónico con ese pequeño solo.

Entre todos los nombres uno era el que resaltaba a mis ojos, mi mente se fijó en uno, leyéndolo varias veces, como si esas sílabas en conjunto las supiera de memoria.

Esmeralda.

No había modo de saber si era correcto, llámalo instinto, pero lo sabía con certeza.

–Te veo en casa. – le dije a mi padre mientras buscaba salir entre la multitud.

La función ya había terminado, necesitaba salir y buscar esa puerta donde los bailarines saldrían.

Tenía una asombrosa necesidad de conocerla.

Esperé durante más de una hora. Pensé que no saldrían o que ya se habrían ido.

Pero no… la espera valió la pena.

La puerta pesada se abrió. Ella salió con dos mochilas bastantes pesadas, lo suponía por la manera en que luchaba por sostenerlas. Como pudo, cerró de nuevo la puerta con sus pies. No tenía un plan, solo quería hablarle, teniéndola de frente, mis piernas ya no respondían. Todo mi cuerpo había perdido conexión con mi cerebro.

–¿Te quedarás ahí, viéndome como un acosador o me ayudarás?

Me tomó cuatro segundos en darme cuenta de que era a mí a quien se dirigía. Escuchar su voz por primera vez era como oír esa canción que cambiaría tu vida.

Mis piernas se movieron, me acerqué con prisa ayudándola con sus dos bolsas.

–Gracias. – caminó esperando que la siguiera.

A distancia quitó el seguro de un auto deportivo, de todos los autos estacionados nunca imaginé que este fuera el suyo.

–Mételo en el asiento de atrás. – Lo hice. – No tenía ninguna intención en hablarte, pero ya que estás aquí… – se giró para mirarme. Se paró en seco totalmente extrañada. Por varios segundos ambos nos miramos directamente. Simplemente me perdí.  Jamás en vida había visto unos ojos tan preciosos como los suyos, no podía, no quería apartar la vista de ellos. – No te conozco. —dijo después.

–No.

–¿Por qué tomaste mis cosas?

–Tú me lo pediste – ordenaste, pensé.

–No te vi bien, creí que eras otra persona. – Escaneo mi cuerpo con nerviosismo – lo siento.

–No importa, ¿Cuál es tu nombre? —quería confirmarlo.

–No suelo hablar con extraños.

–Yo tampoco, por eso quiero saber tu nombre. Te vi bailar, debo decirte que fue magia, nunca había sentido tantas emociones solamente por ver a alguien bailar, no puedo irme sin saber tu nombre.

–¿Entendiste la danza? —preguntó curiosa.

–No lo sé, solo sé que tú no bailas, vuelas. – Sonrió un poco, la primera media sonrisa que le conocí. Mis piernas casi flaquean. ¿Si esto sucedía con solo un pequeño gesto, qué pasaría si me sonriera por completo? – Me llamo Marco—extendí mi mano como saludo.

Ella se quedó mirando, debatiéndose en sí debería cogerla o no. No lo hizo.

–Tengo una fiesta a la que asistir, no tengo tiempo.

–¡Qué casualidad! Yo también tengo una fiesta, puede que nos veamos pronto, ¿Por qué no mejor ahorramos la espera y nos conocemos de una vez?

–No. Lo siento, pero no me gusta conocer gente.

–Tú fuiste quien le habló a un desconocido. – recordé.

–Te confundí—se defendió.

–Confusión o no, ahora deseo conocerte.

Se quedó pasmada por mis palabras, tal vez fui muy directo, justo ahora así lo sentía. No era mentira. Tenía un raro presentimiento que a partir de ahora mi mundo giraría a su alrededor.

–¿Sabes que el mundo no es máquina de deseos? ¿A caso me ves con cara de genio? – no pude hacer otra cosa que no sea sonreír. Me encantaba. Cada vez más.

–Deseo tener una salida contigo. ¿Qué tal si vamos a comer algo? Donde tú quieras, tú eliges.

La vi negar primero, luego... pareció pensarlo.

–Está bien, Solo porque no he comido nada desde el desayuno. No suelo aceptar nada de extraños.

–Ya sabes mi nombre, la única extraña aquí, eres tú.

–¿Dónde está tu coche? – ignoró por completo mi indirecta. – ¿Dónde está?

Oh no. Si no lo mencionaba lo olvidaba. Había llegado con mi padre por lo que no traía auto.

–¿Podemos ir en el tuyo? – pregunté con vergüenza.

Rodó los ojos.

–Solo querías subir a mi auto, ¿verdad?

–No, vine con mi padre – quería explicarle más, pero interrumpió.

–Yo conduzco.

–De acuerdo.

Ella subió primero sin esperarme, tardé en armarme totalmente de valor y entrar. Al estar en un lugar cerrado su aroma llenó el aire, brevemente cerré los ojos deleitándome, un aroma único. No me di cuenta de mi comportamiento hasta que abrí los ojos y ella me miraba totalmente extrañada, me removí nervioso. Debería pensar que era un loco. Rogaba porque no se arrepintiera de llevarme con ella. Lanzándome otra mirada con recelo empezó a conducir.

Debía admitir que no tenía gran habilidad en la conducción, lo cual era un gran pecado si conducía este auto.

–Estás invadiendo el carril de al lado. – Advertí.

–Tenías alto, te lo volaste. – dije más adelante.

–Nada venía. —se excusó.

La miré de perfil. Era hermosa, algún defecto debía de tener, y era este. Aunque, la hacía mucho más encantadora. No podría llamarlo como defecto.

–Vas muy rápido.

–¿Tienes miedo? – me miró con burla.

–Mira el frente. – dije alarmado cuando me miró.

Sonrió orgullosa.

–Nunca he chocado.

–Ha sido un milagro – justo terminaba esa oración y un auto chocó con otro, había sido nuestra culpa.

–¿Ves? Ellos manejan peor. – no comprendí si lo decía en serio o era sarcástica.

Gracias a Dios llegamos a nuestro destino, ilesos.

–¿Qué te parece este? – había parado en un restaurante.

–Excelente, tengo un amigo aquí.

Estrechó su mirada. Sabía que quería hacérmela difícil. El restaurante que escogió era absurdamente caro.

Me apresuré para bajar y abrirle la puerta, pero ya lo había hecho. Intenté hacer lo mismo con la puerta del restaurante adelantándome.

–Joven – dijo el guardia.

–Hola, ¿está mi amigo Fred? – dije casualmente – el guardia me miró extrañado. —puedes decirle que necesito un favor, quiero comer aquí con mi amiga.

El guardia nos miró. Y entendió claramente lo que quería decir.

–Por supuesto, pase por aquí, tenemos reservado una mesa especial para los amigos de los cocineros. – nos guio a una buena mesa. – en un momento le traen el menú.

–Vaya... No sabía que los amigos de los cocineros eran tan bienvenidos.

En realidad, era uno de los restaurantes de mi padre. No quería que supiera que me la había dejado fácil. Quería que supiera que por ella sería capaz de todo, era un tanto ridículo cuando no llevaba ni una hora de conocerla.

–Yo conozco el dueño de este restaurante – comentó.

Casi me atragantó con el agua que bebía.

–¿De verdad?

–Sí.

–¿De dónde lo conoces?

El mesero llegó interrumpiendo dejando dos cartas.

–¿Qué desean de beber? —preguntó con elegancia el camarero.

– Tráeme el vino más caro que tenga. – dijo sin titubear. – ¿crees que tu amigo tenga problemas? – dijo con fingida

inocencia.

–No. – el mesero me conocía. Por lo que se fue sin decir nada.

–¿Cuánto de descuento reciben los amigos? – preguntó curiosa.

–Deja que eso sea mi preocupación. Tú pide lo que quieras.

Asintió ojeando el menú.

Pidió los cuatro platillos más caros, esta chica quería dejarme en la ruina.

Lo que si, no se contuvo, parecía que en verdad no había comido en días. No hablamos mucho durante la comida. Yo quería hablar, conocerla, pero ella estaba demasiado concentrada en su plato. Después de tanto intentar me resigné a solo verla. No sé por qué, pero sentía que cada vez que la miraba ya la conocía, era como un déjà vu constante, interminable.

–¿Alguna vez nos hemos conocido antes? – no aguanté en preguntar.

Ella se detuvo, mirándome.

–No lo creo, lo recordaría.

¿Qué significaba? ¿Qué soy alguien digno de recordar? ¿Qué, a partir de aquí, jamás me olvidaría? Sentía igual.

–Veo que te gustan los autos deportivos –comenté.

–En realidad, es de mi exnovio.

"exnovio”, repetí en mi mente.

–¿Y todavía lo conservas?

–Fue un regalo, créeme que se lo he querido devolver, pero se niega. Es muy orgulloso.

Tiene un exnovio ¿Hacía cuánto tiempo terminó su relación? ¿Habría sido importante? Quería hacerle todas esas preguntas, sin embargo, acababa de conocerla y sería bastante grosero hacerlo.

–¿Con él me confundiste? – me atreví a preguntar un momento después, noté que al mencionarlo disminuyó su forma de comer.

–Si – admitió. – pensé que eras él, tienen bastantes similitudes. Te pareces a él.

¿Me parezco a él? Eso me enojaba bastante.

–En absoluto. – mostré mi desagrado – Te aseguro que jamás conocerás a alguien mejor que yo.

–Bueno… la verdad no te conozco.

–Podrías hacerlo – sugerí.

–No gracias, tengo suficiente con él. No necesito un gemelo.

Me irritó su comentario. ¿Gemelo?

–Terminé. —limpió su boca con una servilleta y se paró lista para marcharse.

–Espera. – me paré poniéndome frente a ella. – ¿bailamos?

Ella miró alrededor.

–Nadie baila. No es un restaurante para que la gente baile.

–Hay música—señalé a los cuatro músicos que tocaban – ¿por qué hay música si no es para bailar? – le extendí mi mano.

Dudó por un instante, temerosa, la cogió. Nuestras manos hicieron un clic, ambos sentimos la descarga eléctrica, quiso retirar su mano enseguida, fui más rápido, no dejándola hacerlo. Me miró sorprendida, agachó la mirada y dejó que la guiase a un espacio libre donde pudiésemos bailar. Frente a frente me acerqué a ella con paciencia, mirando completamente su reacción, con delicadeza posicioné mi mano en su cintura. Solo este acto de

tocarla, traía una absoluta paz en mi interior. Ella se acercó no tan próxima como hubiese querido, pero lo suficiente. Su mano en mi hombro y la otra por arriba de mi pecho. Esta cercanía era pacífica, como si un día la hubiese perdido, como si se me hubiese escapado de las manos y toda la vida la había estado buscando desesperadamente y hoy por fin sentía ese gran alivio de haberla recuperado. Rozando un poco de su piel, sosteniéndola cerca, mi cuerpo gritaba como si hubiese estado incompleto y ahora con ella… todo se completaba. Todo tenía sentido.

Era algo sumamente inexplicable y raro, una gran mezcla de miedo y locura se removió en mi interior, no dejándome pensar con claridad.

Esta chica que estaba frente a mi era una desconocida. Fui guiado a ella solamente con verle de lejos como si todo mi yo gritara que no podría, que no podía dejar que se escape, tenía que conocerla, era algo urgente, sin pospuestas, era una locura. No sabía nada de su historia, sin embargo, en mi interior tenía un buen presentimiento. Era ella. La chica que siempre había buscado para estar toda la vida, era absurdo decirlo o pensarlo cuando hacía minutos empezamos a hablar, pero mientras bailamos todos estos pensamientos de quererla, de tenerla siempre, retumbaban como si no hubiera opción. Mi corazón había elegido sin preguntar. Es ella.

–Eres tú.

–¿Dijiste algo? – preguntó, las palabras salieron de mis labios sin pensar.

–Yo… te conozco.

–Ya te he dicho que no – y era verdad, también estaba seguro de que jamás en la vida nos habíamos encontrado, esta era la primera vez, sin embargo, la conocía.  No sé cómo, pero lo hacía. – si decir que nos conocemos es tu forma de ligar, quiero decirte que no funciona.

–No. Yo no te coqueteo. En verdad te lo digo, te conozco.

Ella se detuvo mirándome a los ojos, por cinco largos segundos su mirada brillante pareció reconocer algo en la mía, rápidamente la apartó.

Mis manos y mi cuerpo entero sufrieron un escalofrío de pérdida. Ella se alejó.

– ¿Te vas? – la había alcanzado hasta nuestra mesa de antes. Ya había agarrado su bolso.

–¿Quieres que te lleve a casa? – preguntó molesta. Primero me sorprendió lo rápido que cambió su humor.

– ¿Me das tu número de teléfono? – segundo, intenté conseguir más.

– No.

Su fuerte negativa era ajeno a mí. No estaba acostumbrado a ser rechazado. En menos de un segundo me dejó desconcertado que cuando me di cuenta ya había salido del restaurante

–¡Espera, no te vayas!, dime tu nombre al menos – grité tratando de alcanzarla.

Ella ya estaba arriba de su auto, prendió el motor ignorándome.

Se fue.

Qué chica tan fascinante. Por lo menos tenía un lugar donde buscarla. El fin de semana próximo abría otra función.

Esperaría.

Más populares

Comments

Milcaris

Milcaris

Yessi volviendo a leer para recordar pero es difícil no sentir nostalgia.

2025-03-04

1

Emily Celis ʚïɞ

Emily Celis ʚïɞ

🥰🥰

2022-11-01

0

Milcaris

Milcaris

🤗😭😍

2022-11-01

0

Total
Capítulos
1 PROLOGO
2 CAPITULO I
3 CAPITULO II
4 CAPITULO III
5 CAPITULO IV
6 CAPITULO V
7 CAPITULO VI
8 CAPITULO VII
9 CAPITULO VIII
10 CAPITULO IX
11 CAPITULO X
12 CAPITULO XI
13 CAPITULO XII
14 CAPITULO XIII
15 CAPITULO IV
16 CAPITULO XV
17 CAPITULO XVI
18 CAPITULO XVII
19 CAPITULO XVIII
20 CAPITULO XIX
21 CAPITULO XX
22 CAPITULO XXI
23 CAPITULO XXII
24 CAPITULO XXIII
25 CAPITULO XXIV
26 CAPITULO XXV
27 CAPÍTULO XXVI
28 CAPITULO XXVII
29 CAPITULO XXVIII
30 CAPITULO XXIX
31 CAPITULO XXX
32 CAPITULO XXXI
33 CAPITULO XXXII
34 CAPITULO XXXIII
35 CAPITULO XXXIV
36 CAPITULO XXXV
37 CAPITULO XXXVI
38 CAPITULO XXXVII
39 CAPITULO XXXVIII
40 CAPITULO XXXIX
41 CAPITULO XL
42 CAPITULO XLI
43 CAPITULO XLII
44 CAPITULO XLIII
45 CAPITULO XLIV
46 CAPITULO XLV
47 CAPITULO XLVI
48 CAPITULO XLVII
49 CAPITULO XLVIII
50 CAPITULO XLIX
51 CAPITULO L
52 CAPITULO LI
53 CAPÍTULO LII
54 CAPITULO LIII
55 CAPITULO LIV
56 CAPITULO LV
57 CAPITULO LVI
58 CAPITULO LVII
59 CAPITULO LVIII
60 Capitulo LIX
61 Capitulo LX
62 Capitulo LXI
63 Capitulo LXII
64 LXIII
65 CAPITULO LXIV
66 CAPITULO LXV
67 Capitulo LXVI
68 Capitulo LXVII
69 Capitulo LXVIII
70 Cqpitulo LXIX
71 LXX
72 Capitulo LXXI
73 Capitulo LXXII
74 Capitulo LXXIII
75 LXXIV
76 Capitulo LXXV
77 Capitulo LXXVI
Capítulos

Updated 77 Episodes

1
PROLOGO
2
CAPITULO I
3
CAPITULO II
4
CAPITULO III
5
CAPITULO IV
6
CAPITULO V
7
CAPITULO VI
8
CAPITULO VII
9
CAPITULO VIII
10
CAPITULO IX
11
CAPITULO X
12
CAPITULO XI
13
CAPITULO XII
14
CAPITULO XIII
15
CAPITULO IV
16
CAPITULO XV
17
CAPITULO XVI
18
CAPITULO XVII
19
CAPITULO XVIII
20
CAPITULO XIX
21
CAPITULO XX
22
CAPITULO XXI
23
CAPITULO XXII
24
CAPITULO XXIII
25
CAPITULO XXIV
26
CAPITULO XXV
27
CAPÍTULO XXVI
28
CAPITULO XXVII
29
CAPITULO XXVIII
30
CAPITULO XXIX
31
CAPITULO XXX
32
CAPITULO XXXI
33
CAPITULO XXXII
34
CAPITULO XXXIII
35
CAPITULO XXXIV
36
CAPITULO XXXV
37
CAPITULO XXXVI
38
CAPITULO XXXVII
39
CAPITULO XXXVIII
40
CAPITULO XXXIX
41
CAPITULO XL
42
CAPITULO XLI
43
CAPITULO XLII
44
CAPITULO XLIII
45
CAPITULO XLIV
46
CAPITULO XLV
47
CAPITULO XLVI
48
CAPITULO XLVII
49
CAPITULO XLVIII
50
CAPITULO XLIX
51
CAPITULO L
52
CAPITULO LI
53
CAPÍTULO LII
54
CAPITULO LIII
55
CAPITULO LIV
56
CAPITULO LV
57
CAPITULO LVI
58
CAPITULO LVII
59
CAPITULO LVIII
60
Capitulo LIX
61
Capitulo LX
62
Capitulo LXI
63
Capitulo LXII
64
LXIII
65
CAPITULO LXIV
66
CAPITULO LXV
67
Capitulo LXVI
68
Capitulo LXVII
69
Capitulo LXVIII
70
Cqpitulo LXIX
71
LXX
72
Capitulo LXXI
73
Capitulo LXXII
74
Capitulo LXXIII
75
LXXIV
76
Capitulo LXXV
77
Capitulo LXXVI

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play