Lauren Santamaría.
Sabía que la sentencia sería en mi contra, por alguna razón, solo 5 años me parecieron bastante poco para lo que esperaba de Joan, sin embargo, estaba asustada de muerte, después de su amenaza me quedaba bastante claro que serían los 5 años más largos de mi vida.
Joan había sido mi primer novio formal, tuve uno que otro antes, pero nada serio, Joan era tan atento y caballeroso, no entiendo lo que pasó entre nosotros, de la noche a la mañana siempre estaba más que ocupado, no venía a visitarme, sin embargo Mia siempre lo defendía diciendo que era un CEO importante y tenía muchas responsabilidades, que era mejor que no lo moleste, claro, ahora entiendo lo que pasaba, mientras yo comprendía a mi trabajador prometido, el infeliz se revolcaba con mi hermana menor.
Cuando entré a la penitenciaría las guardias de recinto me miraban con pena, las entiendo, yo sé que debo tener una cara de pánico que no pueda con ella, aunque no tengo idea de lo que me va a pasar.
* Solo no te veas linda, trata de alejarte de los grupos grandes, busca un grupo tranquilo y pequeño, si no te consideran una rival no te molestaran me dijo la oficial a cargo mientras cortaba mi cabello, aunque ya era corto lo hizo ver un poco feo, entendía lo que hacía, no quería que me vean tan pulcra, y agradecí por eso.
Como era de esperarse, fui el centro de atención ni bien entré, mi cabello rojo era como una flecha fosforescente que me apuntaba, aún así, reuní coraje y no me di por vencida.
Mi compañera de celda era una joven unos años mayor que yo, pero su apodo no me gustó mucho, le decían la carnicera, aunque no quería pensar mucho al respecto, dormir bien era imposible.
Pasaron tres días y parecía que no tendría problemas hasta que mi calvario empezó.
Una noche, entraron a mi celda dos reclusas, sabía quiénes eran, eran grandes y fuertes, me llevaron a un rincón alejado y me dieron una paliza que casi me matan, solo me dijeron el recado y se fueron dejándome ahí tirada y ensangrentada.
* Joan Petry te manda saludos _ solo eso logré escuchar antes de desmayarme.
Me desperté en la enfermería mientras la doctora me miraba con pena, yo solo respiré profundo, parecía que no saldría viva.
Cuando volví a mi celda mi callada y casi ausente compañera me miró y resopló con fastidio, parecía que era una molestia para ella.
* Escúchame bien roja, alguien te odia mucho allá afuera y si el prefecto del penal no te ha defendido eso quiere decir que estas jodida, en una semana cambiarán de prefecto, solo ruega a los cielos que el nuevo no sea un corrupto como el que tenemos ahora, solo sobrevive, no puedo hacer más por ti, yo también quiero vivir _ dijo y se dio la vuelta en su pequeña cama y se durmió, yo solo trataba de buscar una salida, quería morirme, pero no podía dejarme vencer, debía salir y limpiar mi nombre, demostrar la verdad, fui yo la engañada, fui yo a traicionada, a mí me inculparon, no era justo que esté presa y siendo golpeada, eso sí que no.
Dos días después volvió otra paliza, esperaba con ansias el cambio de prefecto, esta vez, tomaron un cable, me flagelaron y golpearon en la espalda hasta que me desmayé de nuevo, el dolor era insoportable, no sé cuánto me golpearon, pero mi espalda estaba destrozada, sentía el dolor intenso al hacer cualquier movimiento.
La Doctora se reunió con mi compañera de celda, la carnicera le dijo unas palabras y ella asintió.
* Lauren, debes quedarte aquí unos días, es mejor que no vuelvas a tu celda, otra paliza más y te van a matar, ¿me entiendes?, no te veas mejor, no mejores el mayor tiempo posible _ me dijo yo solo podía llorar, el mensaje de esas reclusas era el mismo, querían matarme, no querían que salga de la cárcel eso era obvio.
No sé cuánto tiempo pasé ahí, me había dado fiebre así que divagaba entre la realidad y las alucinaciones, solo recuerdo que la carnicera entró a la enfermería y me dio algo, era de metal y lo metió en mi ropa interior, era frío, pero no me importaba mucho, solo trataba de no perder la conciencia.
Esa noche ya estaba más lúcida pero apenas podía moverme y un grupo de 5 reclusas de las grandes invadieron la enfermería sacándome de ahí de los cabellos, yo solo tenía un camisón de hospital y mis calzones, mis heridas aún estaban en carne viva pero no les importó arrastrarme por el piso ensuciando mi espalda ya destrozándola de nuevo.
El dolor volvió con todo, pero no sabía lo que me esperaba, estaba segura de que moriría.
Me lanzaron como un bulto a una celda vacía el final de uno de los pabellones, sé que era uno que estaba casi vacío, cuando apenas podía entender lo que pasaba, entraron 4 hombres, me miran con lujuria y hablan entre ellos como si yo solo fuera un pedazo de carne.
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Comments
Lilia Dos Santos
Que terrible realidad para esta jovencita, víctima de la maldad de su hermana. la indiferencia de sus padres y del poco hombre del esposo. Interesante la novela que me tiene atrapada en su lectura. Espero que esta joven logre todo lo que se propone. pero principalmente sane sus heridas del alma y sea feliz.
2025-03-10
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Ysied Iriza
Al Iguql que Joan el desgraciado pero inmundo ese si el no la hubiera amenazado la historia seria otra tambien debe de pagar xq me imagino que la madre de este tipo debe de estar implicada
2025-02-12
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Lilybell Larrosa
/Sweat//Cry//Toasted/..que dura realidad pasan las reclusas privadas de Libertad. es duro lo que vivió Lauren...por culpa de la mardita de la hermana /Toasted//Cry//Sweat/
2025-03-04
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