capitulo 18: “detrás de la sonrisa está el miedo"

Una vez arreglados para el evento, la recién pareja son llevado a otra residencia no muy lejanas. Al llegar a dicho lugar, ambos son recibidos con mucho gozo, el lugar era el triple de grande que la mansión que Julieta estaba, pues está es la casa principal de la familia Black. Muchos de los invitados se encontraba sorprendidos, pues el joven Sebastián, quién no se le veía con ninguna mujer pues el no quería, ahora iba con una. Los invitados murmuraban, mientras que la pareja pasaba

“¿Quien es ella?"

“nunca la he visto en nuestra sociedad"

“no la veo nada atractiva, tiene esa cicatriz que la hace ver...

— que la hace ver más hermosa, señora Mónica...— dijo Sebastián afincado su voz y con su sonrisa al lado de esa mujer elegante, que claramente, el albino había escuchado ese comentario.

La mujer aclara la garganta y afirma.

— pues mi hija es todo un encanto. No entiendo porque que la rechazó y está con ella, se ve claro que ella es de clase baja, además, esa fea marca en el rostro...

Julieta sabe que algunos como ellos solo se preocupan por el estatus y dinero, así que piensa que lo más sensato es ignorar a esta chusma. Pero Sebastián si no se queda cállado y no permitirán que hablen así se ella en su fiesta.

— oh! Es una lastima que piense así. Fue su hija quién ya no siguió en contacto conmigo cuando recién se enteró de mí enfermedad... Eh?... ¿Como fue que me dijo?... Ah!, “lo siento, pero no sé si una relación contigo sea lo correcto, pues en cualquier momento te podrías morír"... Fueron las misma palabra que su encantadora hija me dijo, es una pena que ella no haya venido.

— ¡¿Que?!... Eso... ¡No creo que ella...!

— si me disculpa, me marcho con mi pareja.

Ahora el centro de atención era esa mujer, que quedó algo rallada por la pequeña mentira que Sebastián dijo que todo el mundo le creyó.

Sebastián toma una copa de champagne, pero Julieta se lo quita de la mano antes de que le diera un sorbo.

— nada de alcohol, recuerda que estás en tratamiento.

— ah, me atrapaste... Oye, oye... Quiero que ya conozca a mi familia, así podremos irnos a la mansión antes.

— ¿Para qué?...— Julieta le da un sorbo a la champagne, y Sebastián se le acerca al oído diciéndole una cosa que la hace escupir el líquido por el comentario que le ofreció. Con rubor en sus mejillas ella lo veía de reojo...— eres un atrevido, Sebastián black.

— ¿No debería serlo?— preguntó él, con su sonrisa habitual.

En eso, llega Iván con dos señores que a simple vista se veía muy impresionantes.

— Julieta, ellos son nuestros padres.

— así que eres tú quien le ha devuelto lo pendejo a mi hijo...— dijo el señor con gran seriedad.

— ¿Eh?— miró Julieta con algo de sorpresa por la declaración.

— por favor, Erik— la mujer se dirige a julieta con una sonrisa— disculpa a mi esposo, simplemente está más que feliz de ver a nuestro hijo cómo era antes. En fin, estamos agradecidos por tus servicios, sabemos que lo has cuidado muy bien, muchas gracias, Julieta.

— ¿No están en desacuerdo con que yo salga con su hijo?

— por supuesto que no, Iván ya nos ha dicho quién eres y no le vemos nada de malo, al contrario, tú le has devuelto los ánimos para seguir adelante, y mañana se que esos exámenes saldrán bien para nuestro hijo.

La chica había caído en gracia con los padres de Sebastián, así que por un buen rato se quedaron charlando. Luego de un tiempo, la joven saca un bostezo, hoy había sido un día algo agotador y llena de sorpresas.

— ¿Ya te quieres ir?— preguntó Sebastián.

— ¿Y tú?

— al regresar haré lo que te susurré al oído.

Julieta de una se sonrojo, pero dice.

— está bien. Si es contigo, será algo que disfrutaré.

Esta vez, el albino era quien se había ruborizado. Luego recobra los sentidos y de la mano se llevó a Julieta para despedirse de sus familiares, que con gusto, había conocido a la pareja del joven Sebastián.

Nuevamente habían llegado a la mansión, y el cansancio que había entre ambos se había ido y remplazado por los besos que se daban mientras que iban de camino a la recámara de él.

Cuando los dos tocan la habitación, se detienen entre el acto que estaba apunto de comenzar. Solamente julieta se encontraba en la orilla de la cama, a la vez que Sebastián se agacha y de rodilla iba él.

— Julieta... No te voy a engañar, tengo miedo...

— ¿Que?... ¿Por qué?— luego de que ella preguntará eso, Sebastián la abraza, pues siente que con hacer eso, su dolor se calma un poco.

— morír pronto de haberte conocido sería algo injusto y si mañana, el chequeo dice que los tratamiento que he recibido no han funcionado... No habrá nada más que pueda detener el cáncer.

— no piense eso, por favor... Sebastián, no te rindas aún, no después de haber conocido lo que sentíamos. Prométeme que solo pensaras en un futuro con ambos, nada más eso...

— Como le prometí a tu madre de cuidarte. Contigo prometo amarte y haré que sientas los mismos está noche.

El albino solo sube un poco más su cuerpo para robar los labios de aquella chica, que poco a poco, ambos van cayendo al colchón, entre esos besos que iban subiendo de tono...

***Este trabajo esta bajo contratado con NovelToon y la piratería, como la reimpresión sin permiso, están estrictamente prohibidas.***

***¡Descarga NovelToon para disfrutar de una mejor experiencia de lectura!***