capitulo 15: “pasado"

— tome asiento, joven...— pidió la mujer cortésmente—... Entonces, tu pasado desea conocer ¿No?

— es solo por diversión y curiosidad. Para hacerlo más interesante... ¿Podría decirme quién fui en mi vida pasada?... Por mi belleza, debí de ser un hermoso príncipe.

Sebastián sube su vista a la de Julieta y éste le guiña el ojo en modo de broma.

Para nada era una broma, Sebastián, en verdad fuiste un príncipe en tu vida anterior... Pero, si está adivina puede ver en el tiempo, tal vez, sepa el como te volviste tan malo cuando te rechacé.

Segundo después de que la mujer tomara la mano del albino, afirma lo siguiente.

— de hecho, fuiste un gran príncipe.

— ah!... ¿Lo ves Julieta?

— un príncipe del un reino donde el frio y hielo eran el ambiente, pero eso era normal para tí y tú pueblo en ese entonces. Eras un heredero al trono perfecto, amable, guapo eh inteligente, tenías un buen futuro, no obstante, todo cambió por el amor...

Me asombre, de hecho, Dimitri, osea Sebastián, vivían en el reino de Diamond, donde los habitantes prácticamente vivían con el invierno los 364 días del año. Esta podría ser mi oportunidad de conocer la verdad.

La adivina cambia su tono a uno melancólico.

— pero... Un desamor rompió tú corazón. La mujer que amabas te había rechazado y solo ofreció su amistad a cambio. Tu no la podías ver de esa forma y como resultado de eso, vendiste tu corazón a un ser oscuro para no sentir más ese dolor que ocupabas aquí— la mujer pone la mano en el pecho de Sebastián, en su corazón—... Luego de eso, dejaste de ser tú, el mal se había apoderado de tu conciencia y perdiste uso y razón, vengándote de la mujer que te rechazó... Tú no querías, pero ya no podías hacer nada, ya que la maldad se había apoderado de tu cuerpo y alma.

Los ojos de Julieta estaban en blanco. Y Sebastián, solo veía con curiosidad con la boca un poco abierta, pues no sabía si era verdad o mentira, más bien, parecía un cuento para él...

— ¿Que pasó luego?— preguntó él albino.

— te convertiste en un dictador cuando le cortaste la cabeza a esa mujer. Te apoderaste de su reino, eh hiciste sufrir a su pueblo... Y en los últimos días de tu vida, cuando eras un anciano, moriste en tu recámara, mucho te llegaron a considerar el peor humano por lo cruel que habías llegado ser... Un villano.

Las personas que se encontraba alrededor, se quedaban viendo a Sebastián. Mucho piensan que la adivina solo es una farsante, pero otros saben que no es así. El albino se ríe para cortar la tensión que había.

— fue divertido escuchar ese lindo cuento, que si alguna duda, es grandioso cuando “el villano gana"... ¿No es así, Julie-...

Sebastián veía el rostro pálido de la chica, de inmediato se coloca de pié y la toma de los hombros preocupado...

Todo fue mi culpa... Realmente Dimitri no se volvió loco porque quiso, si no porque el mismo dolor de su corazón lo hizo llegar al tal extremo de volverse cruel, la oscuridad en su ser lo había puesto como el villano. Ahora lo entiendo perfectamente, esa vez que vi sus ojos, parecían poseídos, pero estaba cegada de la ira que jamás indagué. Si hubiese sabido que llegaría a pasar de esa manera, tal vez le hubiera dado una oportunidad de conocerlo y...

— ¡Julieta!— gritó suavemente Sebastián.

La chica nuevamente recupera su sentidos.

— Sebastián...

No podía verlo a los ojos, la culpa no me deja estar cerca de él. Así que me alejé lo más rápido que pude de su lado, podía escuchar como me seguía y pedía que me detuviera. Hasta que por fin logra tomar mi muñeca y me hace detener, pero yo le daba la espalda.

— Julieta... ¿Dime qué te pasa?... ¿Fue por lo que dijo esa mujer que te pusiste de esa manera?

—....

— ¡Por favor, responde!

Ahora comprendía todo, el cáncer de su corazón se debe a que en su pasado hizo un pacto para cambiarlo y no sentir más dolor y como secuela, en su presente vive está enfermedad... Todo es mi culpa... Yo-...

Y en un segundo, Sebastián jala de mi brazo para verle el rostro, pero gracias a eso, ambos nos tropezamos y caemos fuera del sendero, en la grama para ser exactos.

Sebastián se encontraba encima de mí debido a la torpe caída que tuvimos. Ambos nos veíamos con los sentimientos encontrados, hasta que el suspira y me dice tan suave.

— Julieta... Déjame serte sincero, al principio te odié, no me importaba nadie ni la ayuda que deseaban darme, sí, quería que te fueras de mi vida, y sí, fingí en que me interesabas, pero esa mentira se volvió realidad, y al final, luego de conocer a tu madre vi muchas cosas que estaba equivocado... Te lo volveré a preguntar... ¿Podrías perdóname por haber sido tan malo contigo al principio?

Sebastián acariciaba mi mejilla, del lado donde esta la cicatriz que tanto le repugnaba. Yo puse mi mano en su rostro, esa ligera sonrisa ahora me causaba nervios pero en el buen sentido...

Si el se está disculpando por sus errores. Yo deseo hacer lo mismo, y haré lo que no hice esa vez por insegura, le daré la oportunidad.

— Sebastián... La acepto. Pero si tú aceptas las mías.

Él me miró extrañado, y pregunta.

— ¿Por qué?... No recuerdo que me hayas hecho algo malo.

— pero yo sí...

Y como mi mano estaba detrás de su cabeza, aproveché lo cerca que estábamos y acerque su rostro al mío al punto de que nuestro labios se unieran. Veía los ojos tan impresionado de Sebastián por el gesto, le tomó de imprevisto, sin embargo, el agarra los movimientos de nuestro labios y me toma aferrándome en sus brazos.

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