capitulo 14: “cita"

Miro el reloj... 2:34 am. No eh podido dormir desde que me dijo eso, además, tampoco me dirigió la palabra en la noche. Esa vez que se estaba disculpando, me preguntó.

“¿Podría perdoname?"

Y yo le contesté con mi perturbate silencio ya que no sabía que respónderle. Así que el me dijo.

“esta bien... Si es tu decisión, la respetaré, pero ya tomé la mía"

Y desde ahí, ya no hemos hablado. ¿Que hago?... No estaba preparada para llegar a sentir esto por él, solamente iba a esperar ese día en el que la luz de sus ojos se apagaran, pero ya no quiero, no se porque me dolió ver ese momento en el que se disculpaba, sonaba tan sincero que le creí y aún le sigo creyendo...

— Aaah, ¡¿Por qué a mí me pasa esta cosas?!

En la mañana siguiente, después de darle el medicamento a Sebastián. Yo aún sigo guardando mis palabras. Estaba apunto de salir, cuando él me dice...

— Julieta... Nuestra cita es hoy.

Ah, es cierto... Tengo que cumplir la parte del trato.

— ¿A que hora?

— te esperaré en el centro de la ciudad, en la entrada del parque Ávila, a las 9:30.

— ¿No nos iremos juntos?

— es una cita, se supone que no...— respondió él, con su sonrisa habitual.

— de acuerdo.

En el lugar acordado era donde esperaba Julieta, sentada en uno de los bancos del parque. La chica inquieta se encontraba sin saber el motivo de la ansiedad.

Solo es una cita por un trato con Sebastián ¿Por qué me siento tan nerviosa?

Julieta entre la multitud de personas veía en busca de Sebastián.

Entre eso, él ya la había encontrado. A una distancia considerable para que ella no lo viera, era perfecta para la vista del albino. Sebastián podía apreciar la belleza natural de la chica, que al principio le causó desagrado, ahora era todo lo contrario.

— Julieta...— la chica voltea a verlo y eh ahí, Sebastián al lado del banco.

Siendo el mismo, con una sonrisa pregunta.

— ¿Que tal me veo?— en espera de la respuesta, las mujeres de paso se quedaban viendo al encantador chico.

— igual que siempre.

— vaya, público difícil. Será un problema en esta cita... Pero no me rendiré. Vamos...

Tomando la mano de Julieta, la hace levantar de su asiento de imprevisto. Y mientras que caminaban, Sebastián entrelaza sus dedos con lo de ella, como una pareja y aunque sea de mentira, parecían tan genuinos.

Al estar agarrada de la mano con Sebastián de esta manera, mi corazón levemente empieza a palpitar de forma rápida, no es la primera vez que lo hace, pero está vez se siente diferente. Además, en el momento en el que me preguntó cómo se veía, no fui sincera y mentí, de hecho, hoy luce demasiado bien... Pero aún no me siento lista de olvidar todo, no es fácil...

— y... ¿Que se supone que hagamos?— preguntó Sebastián sin dejar de caminar.

— ¿A que te refieres?

— yo jamás he estado en una cita...

— ¿Ah?— me detuve eh hice que dejáramos de caminar, aún teníamos las manos juntas...— ¿Como?... ¿Jamás has salido con una chica?

— suena difícil de creer ¿Verdad?... Pero es cierto, mucho antes de la enfermedad estaba centrado en otras metas y conseguir pareja no pasaba por mi mente.

— pero pensé...

— ¿Pensaste que tendría una fila de mujeres detrás de mí?... Todas y cada una de ellas se fueron cuando se enteraron que estaba enfermo. Nunca tuve la oportunidad de salir con una...

— Sebastián... Yo-...— mi teléfono suena y veo que era Iván. En eso, Sebastián suelta mi mano y dice...

— contestá...

Luego de darme un poco de espacio, yo contesto la llamada.

— ¿Donde estan?— preguntó con un tono de preocupado— ¿Por qué no me habías dicho nada?

— Iván, calmate...— suspiré y le aclaré— éstoy en una cita con él, con Sebastián.

— ¡¿Que?!... No-...— en eso, Sebastián toma mi celular y responde por mi.

— ¡Sebastián!— él se coloca un dedo en sus labios con una pequeña sonrisa.

— hermano, ahora mismo estoy saliendo con una mujer, no sea descortés y no arruines mi momento, es lo único que te pido... Déjame disfrutar de este día antes de mañana.

Iván le responde.

— está bien... Solo no cometas nada imprudente, mañana tiene la cita con el hospital... Pero, si estás siendo feliz, adelante... Luego hablaré con Julieta.

— ella no tiene la culpa. Solo trata de cuidarme...

— está bien, nos vemos mañana. — al terminar la llamada, me entrega el celular.

— ¿Que te dijo?

— nada malo... Entonces... ¿Retomamos donde nos quedamos?

— caminemos a ver qué encontramos, no soy una experta en esto de la cita tampoco...

Ambos tomamos caminó, el ambiente se volvió un poco intenso. Aunque yo sí salí con otras personas, eran muy poco y menos seguido. Sin darme cuenta, Sebastián toma nuevamente mi mano y nos detenemos.

— oye... ¿Que es eso?— señaló a un grupo pequeño de personas a un lado de la vereda del parque.

— ¿Hum?... La multitud no nos deja ver... También me ha llamado la curiosidad, vamos...— con fuerza apretaba su mano y lo guíe detrás de mí.

Apartaba con permiso a las personas, eh ahí, una mujer no mayor de cuarenta sentada en el piso, al estilo hippie era su vestimenta. La mujer tenía la mano de un chico que estaba sentado al frente de ella, era como si le estuviera diciendo una premonición o algo parecido. El chico se sorprendió al escuchar lo que ella le había dicho, luego quita su mano rápidamente con miedo y aclara en voz alta.

— Eso es mentira... Yo no seré así.

— es lo que vi en tu futuro. Deja los juegos de azar ahora que tienes tiempo, de lo contrario, te llevará a la miseria y será un don nadie sin vida.

— estás loca...

El chico se levanta y se aleja de ahí con velocidad. La mujer suspira y aclara a medio susurro.

— me pidió que le dijera su futuro y eso fue lo que hice...— ella sube la vista a una pareja en peculiar, sin embargo, dice lo de siempre después de terminar una consulta— ¿Quien es el siguiente?... Pasado, el ahora y el futuro es lo que le puedo decir, pero solo uno tienen que escoger...

Sebastián le murmura a Julieta.

— ¿Quieres intentarlo?

— prefiero no hacerlo, saber de mí futuro es algo que no me gustaría meterme.

— ¿Y tú pasado?

— si te lo dijera no me lo creerías...

— entonces, yo quiero intentarlo... Acompañame.

Al mirarlo a esos ojos tan azules, mi sentidos desean hacerlo. Asentí y esta vez, era él quien me guiaba tomando mi mano.

— señora... Quiero ser el próximo...— declaró el albino con una sonrisa, agarrando la mano de su acompañante.

— y bien... ¿Que es lo que deseas saber?

— solo uno ¿Eh?... Estoy de acuerdo contigo Julieta, el futuro es algo incierto que no sería conveniente saber, así que eligió que me digas mi pasado.

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