capitulo 7: “diversión"

Los primeros rayos del sol tocan el rostro de Sebastián.

Al ver que le incomodaba la luz completa del nuevo día, decide levantarse. Malhumorado se sienta y se queda observando la ventana. Chasquea la lengua al ver que esto fue obra de Julieta, pues él solo mantiene sus persianas cerradas para que esto no sucediera y pudiera dormir más...

Con tan solo ver la luz de este radiante día, le causa dolor en sus ojos tan azules. Luego de pensar como tratar hoy a su enfermera, se da un baño y al salir a ponerse ropa, en sus ojos coloca una venda de color negro para minimizar la claridad que le molesta. Haciéndole Lucir muy diferente.

Julieta pasa nuevamente a la habitación sin pedir permiso. Con medicamentos en bandeja para administrarle al joven.

— oye... ¿Nadie te enseñó a tocar?— preguntó él, con indiferencia.

Julieta no se doblega ante esa pregunta y le responde colocando la bandeja en la mesa.

— que hipocresía de tu parte. Te recuerdo que alguien entró a mi habitación sin permi-...— la chica se queda con las palabras en la boca al ver su nuevo estilo...— ¿Como?... ¿Ahora te quieres hacer el interesante?

Sebastián coloca un dedo en sus labios, con sonrisa maliciosa veía a través de la delgada tela a Julieta.

— solamente prepárate para lo que te vendrá conmigo el resto de tu estadía.

Ella levanta una ceja y pregunta con sarcasmo.

— ¿Debería tomarlo como una amenaza?... Aún así, debo de darte la inyección antes de que se pasé la hora...

En el brazo izquierdo, Julieta levanta la manga de Sebastián hasta el hombro. Una vez que la chica termina su proceso, antes de despegar su mano, Sebastián la toma en el aire. Toma de sorpresa a Julieta este acto tan suave y delicado.

— ¿Que haces?— preguntó ella cual seriedad había en su hablar.

Él le responde con una ligera sonrisa acariciando la mano de ella.

— jamás siento las inyecciones por tus manos... Ni siquiera el toque de la aguja...

En ese momento, Julieta iba a retirar su mano con algo de asco, sin embargo, la criada Lucy hace un sonido con su garganta en toda la entrada de la habitación avisando su llegada. Se queda un poco tensa al ver la escena diferente. Ambos se quedan viendo a la sirvienta que había captado su atención.

Julieta de inmediato se libera del agarre de Sebastián pues se podría malinterpretar las cosas que no eran. En eso, la criada Lucy informa desviando la mirada.

— el señor Iván a llegado...

— ah!... Mi hermano, vamos Julieta...

— ¡¿Vamos?!

Tomada de la muñeca, Julieta es arrastrada por Sebastián...

Creí tener la tolerancia para tenerlo al lado, pero esto es demasiado, ahora mismo quisiera deshacerme de su agarre, aún así, eso le demostrará que va ganando. Respiraba lentamente. Sé que en algún momento él se cansará de fingir interés sobre mí y yo... No caeré en su encantos.

En la sala de estar, Iván se encontraba de pié, dándole la espalda a las dos personas que acababan de llegar. El elegante hombre se da medio la vuelta con el rostro más serio de lo normal.

— Sebastián... ¿Acaso sabes en qué problema me metiste con la clínica privada de nuestra familia?

Con una sonrisa desvergonzada, dice.

— ah, sobre eso... Fue un error mío. Pido disculpa por eso.

Iván al ver el extraño comportamiento de su hermano menor, rápidamente ve que tiene una mano sobre la muñeca de Julieta y está vez, se le ve más unido. Iván sube la mirada hacia la enfermera, ella lo nota eh intenta quitar la mano, pero el albino apreta un poco más evitando eso. En la mente de Julieta solo había un pensar...

¡Suéltame, bastardo!

Sebastián jala un poco más a Julieta y le dice contento a su hermano.

— Iván... Creo que me había equivocado con ella, al conocerla un poco más me ha llamado la atención y quiero que se quedé.

El joven Sebastián coloca su brazo en los hombros de la chica, eh intenta hacer un gesto muy desagradable para Julieta...

— ¡No soy un perro para que digas eso!..¡Tengo novio, así que apártate de mí, Sebastián!...

Él se ríe porque sabía que ella no le gustaba para nada eso. Sin embargo, Iván llama a Julieta y con un gesto de su cabeza le dice...

— sígueme... Tenemos que hablar.

— ¿Eh?— en ese momento, por fin es soltada. Solo da unos pasos para luego ver encima de su hombro a Sebastián...

El joven parecía divertido y con las manos dentro de sus bolsillos le dice a Julieta.

— anda... Te esperaré.

Ella solo entrecierra los ojos hacia él para después mirar al frente y seguir a Iván. Luego de que ambos se fueran, el albino saca una sonrisa llena de malicia...

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