capitulo 6: “el comienzo de todo"

Al frente de una habitación del hospital, Diego, el director, toca la puerta, no hubo respuesta, así que la abre con cuidado y mira aún lado para ver a la madre de Julieta dormir.

“al parecer se quedó dormida en la espera de la respuesta. Cada vez es más seguido que se queda en ese estado"

Pensó él que se acercaba a ella a un lado de la cama, Sol era una mujer hermosa, cabellos negros, ojos castaños claros y una piel delicada, sin embargo, el desgaste de esta enfermedad la a dejado en un estado agotador. Aún así, sigue siendo encantadora. Él hombre aprovecha para ver el estado de su salud y no pudo evitar hacer una mueca, pues al parecer, Sol no está mejorando ni con la medicina de Iván. En eso, una voz hace sobresaltar a Diego.

— directo... ¿Como sigo?— preguntó la mujer que se sienta con lentitud.

— Sol...— se aclara la garganta y desvían con otra pregunta— ¿Dime cómo te has sentido?

— igualmente de cansada. Pero eso no es lo que me preocupa, tengo rato que no veo a Julieta, ¿Donde esta?

— ella ahora está en un trabajo temporal, pero antes de irse me dijo que te visitaría pronto.

— ya veo...— se toca la frente y aunque saca una ligera sonrisa, su tono deja mucho que pensar—... Últimamente me he quedado dormida por mucho más tiempo. Tengo miedo en no poder despertar y ya no ver más a mi querida Julieta.

Diego no pudo evitar sentir algo de empatía, así que le coloca una mano en el hombro.

— no pienses así, Julieta está haciendo todo lo posible para sanar de tu enfermedad, eh igual yo.

Ella saca una sonrisa al recordar el reflejo de su hija.

— es cierto, confío en mi hija... Agradezco su apoyo, director, desde que llegué aquí hace un año, no me agradaba la idea de quedarme internada hasta sanarme por completo, pero veo que estaba equivocada, han sido tan amable conmigo en este tiempo...

Diego saca una calidad sonrisa, sin embargo, su teléfono suena, era del trabajo. Sol sonríe y le dice.

— ya hizo suficiente conmigo, siga con su trabajo.

— vendré más tarde.

Al salir de su habitación, la mujer dejó su dulce sonrisa, suspira con cansancio y piensa...

“¿Cuanto tiempo me queda?... No mucho supongo... Mi querida Julieta, Porqué el destino tiene que ser así... Tan cruel"

Las horas transcurren y con la caída de la tarde, la noche llega. En la mansión, la chica Julieta estaba decidida en quedarse, pues no piensa dejar en paz aquel hombre que toma las decisiones como si él fuera el único hombre en la tierra. Así que ella hacia su deber para atender a su paciencia.

Yo preparaba los remedios que son altamente delicados para Sebastián, un mal cálculo sobre ellos causaría una reacción a su cuerpo que tal vez lo llevaría a la muerte, tan tentador pero a la vez mi ruina... Soy experta en este tipo de tratamiento, así que solamente me equivocare si yo quiero y no puedo por mi madre...

Julieta daba sus pasos hacia la recámara de Sebastián, mientras que el joven usaba su teléfono acostado en su cama con la oscuridad de su habitación.

— espero que ya se haya ido esa mujer, no la soporto...— en ese instante, Julieta abre la puerta y pasa sin ningún problema con la bandeja de medicina, cuando Sebastián ve la figura de aquella mujer su cel se le cae directo al rostro con gran impacto...

Claramente le dolió pues se escuchaba ligeras quejas. Julieta prende la luz y el se cubre los ojos de inmediato.

— ¡Tú!... ¡¿Aún aquí?!

— si... ¿Algún problema?

Sebastián se frota los ojos y le réplica.

— por supuesto, te di una oportunidad de que te fueras, ayudando a tu madre... Tenía todo resuelto para que te marcharas de aquí.

— rechacé tu oferta, no me conoces lo suficiente para saber lo que realmente quiero. Además, el asunto de mi madre es con Iván.

De manera hostil pero sería pregunta.

— entonces... ¿Que es lo que realmente quieres para que te vayas?

— hacer mi trabajo. Y como tú cuidadora estaré a tu lado. Ya hablé con Iván y me dio el total permiso sobre ti.

Su cara de desagrado es lo mejor, sabía que no le gustaría la idea de que yo me quedé a su lado, tampoco a mi... Entonces ¿Por qué lo hago?... Porque me divierte verlo sufrir. A la vez que preparaba la inyección, siento su voz pesada en mis hombros.

— bien... Dos pueden jugar con ésto.

Al darme la vuelta, Sebastián se había levantado de la cama y estaba a solo centímetros cerca de mí. Se sube la manga del brazo izquierdo y con una ligera sonrisa me dice.

— será algo interesante pasar tiempo a tu lado... Julieta.

Me sorprendió oír mi nombre de sus labios con ese tono sarcástico, de inmediato supe lo que pasaba, él intenta hacer lo mismo que yo, incomodarme con su presencia hasta hartarme y hacer que me vaya... Bien, esta vez, no perderé contra ti.

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