Capitulo uno. Reyna Buenavista.

Reyna Buenavista, es la segunda hija del señor Constancio Buenavista su hijo Rogelio Buenavista.

A la edad de 10 años la pequeña ya estaba preparada para muchas, cosas su madre la señora Josefina Ramírez era muy refinada , culta. Le enseñó modales adecuados a Reina desde pequeña para lucir en sociedad de ese entonces. Sabía leer ,sumar, restar y resolver problemas, a sus cinco años de edad. Bordar, cocinar, tocar el piano, cantar, bailar a sus ocho cumplidos. Actividades que pocas señoritas de su edad realizaba pues ellas tenían muchos sirvientes.

Le enseñó cómo administrar la hacienda, ayudándole la pequeña a realizar los registros contables de la producción ganadera, los forrajes, las semillas y otros negocios menores como la tienda de raya y el tinacal.

A pesar de ser muy pequeña era muy inteligente al igual que su madre le enseñó a detalle cada actividad, en lo que más se esmero fue; en sus modales, su vestimenta se veía la diferencia entre ellas y las demás chicas de su edad, además ella no era pretenciosa caprichosa .

Cómo interviene en las actividades de la producción de la hacienda convivía discretamente con los peones de lugar, los trataba como personas, no como empleados. Cuando podía los ayudaba, incluso a escondidas enseñaba a los niños a leer y escribir.

La educación de su hermano, Rogelio un año mayor que Reina, estuvo a cargo de su padre quién le enseñó también desde pequeño administrar la hacienda en su totalidad.

El señor Constancio Buenavista era muy alto, pelo rubio, ojos azules y un cuerpo bien formado, muy guapo ,al igual que sus hijos y su bella esposa. Compartían estos rasgos físicos, en lo que único que se diferenciaban, es que ellos eran personas caritativas y de buen corazón mientras que su padre era la persona más altanera, arrogante, narcisista y pretenciosa de la región. Su dinero y el poder le daban la "razón" en todo lo que hacía. Siempre era custodiado por un grupo de 5 peones de confianza o gañanes que hacían todo tipo de trabajo para el señor Buenavista, como el de castigar a los que no "obedecen" , ellos le hacen el trabajo sucio.

A esta edad, los pequeños ya estaban preparados para administrar cualquier cosa y multiplicar su valor eran unos visionarios natos.

Atendidos por muchos sirvientes, Constancio y su familia cenaban.

Constancio.- Cariño, nos han invitado al cumpleaños de mi querido amigo Arturo Monsiváis , te manda saludos su esposa Catalina, su hijo Cristian está del tamaño de nuestra Reinita, me contó que quería ser militar jajaja , ni el se lo cree.

Josefina.- Muy bien, tendré que ir a la capital para comprar unos atuendos para todos y regalos para Catalina y sus hijos también.

Seguían cenando.

Constancio.- No te preocupes yo traje lo necesario, hasta el regalo de mi amigo; le compré unas armas y suficiente en municiones jaja, además de unos vinos importados.

Josefina.- Bien gracias amor, por pensar en nosotros.

Constancio.- Saldremos por la mañana y nos quedaremos en su hacienda este fin de semana .

Josefina.- Bien mandaré a que nos hagan el equipaje.

Tal como lo previo el jefe de la familia salieron en la mañana.

El sol comenzaba a salir, dando destellos matizados entre amarillo y naranja fundiéndose con el intenso azul del cielo, armonizados por el canto de los pajaritos.

El camino era en parte de terracería y otro pedregoso, lo enmarca, una enorme fila de árboles que lo delimitan y a su vez separa las verdes parcelas, con los diferentes forrajes crecientes .

El automóvil que tenía el señor Constancio, era lo único en muchas hectáreas a la redonda y solo lo utilizaban cuando salen de "fiesta" a presumir con los otros hacendados o también cuando tenían algo urgente que hacer en la capital.

Aquí en la hacienda, se transportaban en carretas o principalmente a caballo los cuales ellos tenían los más hermosos ejemplares de la región.

Llegaron por la tarde a la hacienda vecina.

Arturo Monsiváis.- Bienvenidos, amigo, un gusto verte.

Dándole un abrazo a su amigo y saludando a Josefina besándole la mano, mientras se quitaba la elegante sombrero, saludo de mano a la pequeña Reina y a Rogelio quienes contestan educadamente.

Catalina.- Amiga. ¿Cómo éstas?.

Se abrazan, igual salúda al señor Constancio y a los niños.

Los hacen pasar y les muestran sus habitaciones, siempre era lo mismo cuando se visitaban, eran amigos de toda la vida, se retiran a sus habitaciones para ducharse cambiarse y bajar a comer.

El extenso y elegante comedor ya estaba servido con diversos platillos y postres.

Comen, conversando amenamente la dos familias .

Arturo.- Constancio, creo que ya es hora de hacerle saber a la familia las nuevas.

Constancio.- Así es .

Arturo.- Cristian ven acá, junto a nosotros.

Constancio.- Tú también mi querida Reina.

Se levantan los niños, van junto a sus padres.

Arturo.- Mi amigo y yo hemos acordado que cuando cumplan la mayoría de edad , ustedes dos se casaran.

Reina.- ¿Que?

Cristian.- ¿Porqué?

Arturo.- Porqué, así lo decidimos, es oficial ustedes están comprometidos.

Constancio.- Sí ya está decidido .

Enojada la señora de Buenavista, pero en pose de dama.

Josefina.- Son unos niños, aún no saben nada de la vida.

Constancio.- Ya lo decidí y no hay vuelta de hoja .

Catalina.- No es tan malo, somos amigos y seremos familia en unos años.

Las hermanas de Cristian se pusieron contentas.

Angélica.- Bien. Eres muy bonita.

Valeria.- Además eres nuestra amiga .

La comida concluyó, faltaban muchos años, para ese importante evento, así que muchas cosas podrían pasar .

Al día siguiente la celebración en todo lo alto aunque solo fueran unos niños. Se reunieron a ellos las familias más importantes de la región .

Arturo Monsiváis era uno de los más ricos del estado , al igual que Constancio y con este matrimonio pactado, lo serían aún más.

De ahí en adelante se frecuentaron más, entre estas dos familias.

Se cerraron muchos negocios que acapararon estos dos personajes.

La noticia corrió como pólvora despertando la envidia entre otras destacadas familias de sociedad en el estado que competían con ellos.

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