T2. 4: Buscando a Karol.

El señor Rodríguez, esposo de Amanda y padre de Max. Caminaba a prisa, aunque la casa de Brenda no estuviese tan lejos, si que tenía un buen recorrido a pie.

Max estaba asustado y preocupado por su hermana, aún así supo mantener la calma y no romper en llanto, después de todo era un niño de siete años y lo normal fuese que empezará a llorar. Amanda agradeció al cielo por lo valiente y fuerte que era su hijo, porque si tuviese a alguien llorando por querer saber dónde estaba su hija, hace mucho que no podría siquiera caminar debido a que perdería fuerzas y también le llegarían dudas. ¿Puedo recuperar a mi hija? Eran preguntas las cuales se mantenían presente en mente de la rizada y esbelta mujer. Más en su esposo era lo contrario, dentro de el eran pensamientos agradables y valientes "Tengo que salvarla, no importa cuánto me cueste" y luego de caminar alrededor de treinta minutos llegaron dónde Brenda.

La bruja estaba limpiando el patio junto a su gato quién solamente la observa recoger cajones y hojas secas, que estaban esparcidas por el patio.

–¡Brenda! –La mujer vestida de negro vuelve su vista en dirección donde se escuchó nombrar. Viendo a así a los tres parecidos a muertos que vivos, el hombre con su camisa arrugada y corbata sin nudo, su amiga con el maquillaje escurrido por toda la cara y el niño con una mirada sombría e infeliz. –¡Se la llevaron, Brenda se llevaron a mi niña! –Y parece ser que aquello era la última gota de fuerza en ella y cae rendida de rodillas por lo que su esposo va a su ayuda. Y no pasan tantos segundos y el estrés hace función en ella, cayendo así desmayada en brazos de su esposo.

–Entren. Afuera hace frío. –Invita a la familia a entrar. El hombre sostiene a su esposa en brazos y el niño los sigue a pasos lentos y automáticos. –Hamlet, encárgate de terminar con el patio. –El gato al igual que su vestimenta, negro. Mira a la mujer de mala manera y entra dentro con toda intención de desobedecer la orden. Cuando llega a la puerta, está hace el sonido característica de ella y el gato no puede cruzar más allá de ella porque siente que sus piernas son aprisionadas por una fuerza invisible. –Odio hablar tanto Hamlet. –Esa misma fuerza envía a Hamlet y este cae parado dentro de la gran olla en el patio. –Termina rápido si no quieres ver tus tripas en mi nueva pócima.

Hamlet a regañadientes se transforma en un humano y toma la escoba para seguir limpiando. –Pensé que solamente era un gato hablador. –El hombre deja de observar a Hamlet y pone su atención en Brenda. Ella niega un par de veces con la cabeza y abre la puerta la cuál emite el ruido anterior.

–Es mi subordinado, asistente mejor dicho. Lo convertí en gato como castigo por dañar una pócima que me tomó diez años hacer. –El hombre asiente y sigue a la bruja.

En la sala acuestan a Amanda y Max se sienta en un sillón frente a su madre y su padre empieza a explicar la situación a Brenda.

–No sé tanto, pero cuando llegué a casa ya mi esposa estaba llorando por la desaparición de Karol. Y parece ser que la persona en raptarla ha sido un espíritu.

–Te equivocas, los espíritus no raptan a nadie, más bien no pueden raptar a nadie. Quién se la llevó es un demonio. –Aclara ella. –Puedo buscarla, sin embargo no afirmo poder encontrarle.

–Entiendo.

–En el mundo invisible habitan almas condenas y demonios. Algunos de ellos pasan a este mundo a través de portales, y así también los de este mundo pueden cruzar cuando son aceptados como uno más de allá. –El hombre hace una expresión confusa. –Lo que quiero decir es que para el mundo invisible somos parecidos a la almas condenas, personas con el don son de acá y también de allá. Karol y yo estamos entre dos mundos ¿Entiendes? –El hombre asiente más confundido que antes. –Hacer un contrato con un demonio no te hace ser inmortal y esas cosas, algunos demonios solamente están ahí para absorber tu alma, te dan algo de ayuda a cambio tú pagas con tu alma.

–Es decir que esas personas que hacen el contrato son condenados al infierno. –La mujer asiente.

–Aunque escuché que los que siguen a Kristo saben cómo romper ese contrato. Sin embargo a mí no me importa ir al infierno. –Dice ella bostezando un poco. –¿Quieren algo de comer? Iré a preparar algo.

–¿Cómo quieres que comamos en esta situación? –El mira la mujer de una manera extraña.

–No creo que a Karol le agrade el hecho de que se descuidaran por su culpa. –El hombre asiente y ella entra en la cocina. –Por cierto James, está bien llorar cuando sientes no poder resolver algo. Eso funciona para soltar un poco de estrés. "Tampoco creo que la mantenga tanto en ese mundo, después de todo aún está viva y permanecer mucho tiempo allá solamente le hará morir y eso no beneficia en nada al demonio que desea poseer su alma"

Comienza a preparar algo con los ingredientes que tiene en la cocina. "Pronto tengo que ir a hacer las compras"

–Ya terminé. –Entra el gato por la ventana de la cocina. –Me costó mucho limpiar ese caldero. –Dice mientras sube y se acuesta en la meseta.

–Hamlet. ¿Quieres ir de visita al mundo invisible? –El gato se levanta alarmado.

–Por favor no. Señora Brenda, ese lugar es horrible ¡No me envíe allá por favor!

–Cállate. Irás quieras o no. –Sentenció. Y el gato solamente empezó a lamentarse por como sería su fin, porque en ningún momento piensa poder ir y regresar vivo de ese lugar.

*

Hola aquí Alex. Un saludo para todos. Hace mucho quería firmar el contrato, pero había cositas por arreglar. Sin embargo por fin lo hice y agradecería bastante sus apoyos, con lo que puedan, dando me gusta y dejando sus comentarios.

Gracias por seguir está historia y espero poder seguir escribiendo otras historias tan bonitas como esta.

Bye.

Aquí se despide Alex ☺️.

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