Capitulo 2: Orden

El verdadero orden fue revelado ante ellos y fue una sorpresa.

--¿Y en dónde esta Saturno?. Fue la primera pregunta que hizo Plutón

--Está conmigo en un lugar un tanto alejado de aquí. Menciono el patriarca con una leve sonrisa

--¿Por qué con usted y no con nosotros?. Pregunto Mercurio.

--Es simple, por seguridad.

--Aún sigo sin entender. Reprochó Mercurio.

--Lo entenderán en unos tres años cuando la vean, por el momento sólo les debo decir...Saturno no debe salir al mundo ahora, y tampoco se debe regar por ahí que el primer guardián no es Júpiter.

--¿Por qué no?. Pregunto Vesta.

--Porque ella saldrá al mundo cuando realmente lo amerite, será la séptima guardiana y espero que así se quede. No quiero crear un caos en el mundo mágico por algo así.

--Entendido. El primero en acatar la orden fue Júpiter, quien con una mirada vacía asintió.

--También los he reunido aquí para llevarlos a sus habitaciones, es hora de que se hospeden en su nuevo hogar.

El Patriarca se dio la vuelta y ellos lo siguieron como si nada, al caminar y subir varios pisos arriba por fin habían llegado, sin embargo recibieron otra sorpresa.

--¿Qué significa esto?. Pregunto Vesta viendo la cantidad de puertas que se encontraban al rededor de ella, totalmente iguales.

--Esas son sus habitaciones, Vesta. Sé que será algo confuso al principio, pero, es por seguridad de ustedes mismos.

--¿Puede explicarnos mejor? Pregunto Tierra.

--Ustedes harán misiones muy peligrosas, se meterán en territorios  enemigos, por lo que tendrán enemigos, estas puertas es para mantenerlos a salvo de quien se quiera filtrar y robar información de ustedes mismos, sus habitaciones son única para cada uno de ustedes y sus habilidades y magia, así que, no importa si confunden sus habitaciones si llegan muy tarde una misión, no pasará nada, la habitación es capaz de aceptar sólo el poder del guardián, si llega a entrar un intruso a parte de ustedes, la habitación se encargará.

--¿Qué...Les pasará?. Pregunto Plutón tragando un gran buche de saliva.

--Los eliminará. Menciono el Patriarca con una leve sonrisa y con una voz tan relajada.

Todo estaba totalmente construido para ellos, desde su ropa para dormir hasta su uniforme. Todo fue hecho con cuidado. Al entrar a sus habitaciones cada uno miro alrededor, y encontró en su escritorio, un archivo, por lo que el Patriarca los esperaba afuera, y todos salieron con su archivo en la mano.

--¿Qué es esto?. Pregunto Venus.

--Ábranlo y léanlo con cuidado, esa será su primera clase...Descubrirse así mismos.

Fue así como ellos entraron a sus habitaciones y leyeron el archivo.

Júpiter: 

Habilidad: Aire y Rayo

Magia: Solar

Arma: Espada Relámpago

Rango: Sin determinar 

Mercurio: 

Habilidad: Niebla y plasma

Magia: Lunar

Arma: Cuchillas venenosas 

Rango: Alfa

Tierra:

Habilidad: Tierra y Metal.

Magia: Lunar

Arma: Acha de las profundidades

Rango: Beta dominante

Plutón: 

Habilidad: Portales y plantas

Magia: Solar

Arma: Látigo abrasador

Rango: Gamma

Venus::

Habilidad: Control mental y ondas

Magia: Lunar

Arma: Tiara supersónica

Rango: Alfa

Vesta:

Habilidad: Fuerza descomunal e ilusión 

Magia: Solar

Arma: Guantes de Ígor

Rango: Beta dominante.

Luego de leer los archivos los guardianes fueron llegado uno por uno a donde les decía el final del archivo. Salón de reuniones 

Al estar todos sentados, el patriarca se puso de pie y se coloco en frente de ellos.

--Ya que todos han leído sobre sus habilidades y su tipo de magia, creo que están listos para hacer sus preguntas.

--¿Cómo está tan seguro de que esas habilidades nos pertenecen? ¿Cómo consiguió esa información?. Pregunto Tierra.

--Esa era la pregunta que esperaba. Pues encontré todas las respuestas que buscaba en una aldea muy lejos de aquí, y ese archivo es tan verídico como cierto, porque vino de una fuente muy confiable.

Fue así que el patriarca dio la orden de que alguien atravesara la puerta del salón de reuniones. Dejando ver a un hombre de orbes café claro, tan alto y un cabello rizado color avellano. El general Erick quien sujetaba entre sus manos una misteriosa caja, se colocó en frente de los guardianes mirando a cada uno de ellos, fue así que su mirada se postró durante varios segundo en una sola guardiana, Plutón, quién rápidamente desvío la mirada al suelo, pues era demasiado tímida.

--Un gusto volver a verlos, guardianes. Dijo el general Erick con una leve sonrisa.

--El gusto es nuestro, general. Respondió Vesta con una sonrisa de lado a lado.

--¿Qué es eso que lleva en sus manos, general?. Pregunto Venus.

--Esto, bueno, en resumen será la respuesta a todas su preguntas.

Todos se notaban intrigados en la caja, por lo que no le quitaban los ojos de encima. Así que Patriarca inmediatamente asintió con su cabeza e hizo que el general Erick por fin abriera la caja.

Fue así que al abrirla un ser enorme salió de esa pequeña caja, dejándolos estupefactos.

Por fin puedo verlos.

Esa voz hizo un gran eco entre sus oídos, ya que no era la primera vez que la escuchaban, pues ese ente, fue quien causo todo esto.

Sé que mi voz les resulta familiar, pues fui yo quien los llamó, fui yo quien les dio esos poderes. Lastimosamente mi magia no fue lo suficientemente fuerte para poder despertar a los doce.

--¡¿Doce!?. Grito Vesta colocando sus manos en su boca luego de haber escuchado hasta su propio eco en la sala.

Sí, es como mencioné, Vesta. Ustedes son doce, no siete, pero como he estado dormido durante muchísimo tiempo mi poder no fue suficiente para despertar al resto. Por lo cual los otros cinco guardianes despertaran con el tiempo que ellos necesiten. 

--¿Pero por qué nosotros? ¿Por qué no alguien más?. Pregunto Júpiter viendo a ese ente a los ojos.

Porque debían ser ustedes.

--Eso no responde a mi pregunta. Reprochó Júpiter.

--¿Eso también tiene que ver con que borraran nuestra existencia en nuestro mundo?. Pregunto enojado Mercurio.

Eso fue por seguridad. 

--¿¡Seguridad de qué?! ¡¿Qué necesidad había?!. Mercurio alzó la voz debido a la ira acumulada que sentía en ese momento, pues tiene una buena razón para estarlo. 

He existido durante más de tres mil años, no suelo cometer los mismos errores, es por eso, que esta medida fue necesaria para este nuevo inicio, créeme, con el tiempo entenderás porqué fue necesaria hacer esto.

--¿Por qué dice esto? Lo dice como si tuviera mucha experiencia con nosotros. Menciono Plutón.

Porque ustedes no son los primeros guardianes que han existido en el mundo mágico. 

Esa frase basto para ponerlos a todos los pelos de punta y que se miraran entre sí, pues estaban  confundidos.

--¿Qué. Qué que quiere decir con eso?. Pregunto con los ojos abiertos en par en par Vesta.

Antes de decirles todo, permítanme presentarme. Mi nombre es Tarmiel. Soy quién guarda cada poder de los antiguos guardianes. Cuando un guardián muere, su poder regresa a mi, hasta encontrar a un nuevo portador con las mismas condiciones para poder poseer ese poder. Como ya les había mencionado, tengo más de tres mil años, fui creado con la única función de proteger y resguardar sus habilidades.

Y sí. tengo los mismos años que posee el Codex, eso porque fuimos creados al mismo tiempo. Con la única función de luchar contra el mal, para prevenir la destrucción del mundo mágico. Mi poder sólo es necesitado cuando el mundo mágico este a punto de ser destruido, por lo que esta vez, ese suceso no estaba nada lejos, es por eso que intervine, pero como dije, estuve dormido por más de treinta siglos esta vez, así que no tuve la fuerza suficiente para poder despertar a los doce de un golpe, sino a siete de ustedes...Pero, veo seis.

El patriarca miro con una sonrisa a Tarmiel y le respondió amablemente.

--Es la guardiana Saturno.

Sólo basto con esa frase para que Tarmiel entendiera porqué ella no estaba ahí con el resto, pues, Tarmiel cometió un error, que aún no sería mencionado al resto de los guardianes, pues aún no estaban preparados para recibir tal información.

Luego de esa leve intervención, Tarmiel vio los ojos de aquel pequeño de 10 años, que no evitó hacer un gesto de dolor, pero fue por un leve instante, pues su mirada volvió a ser la misma otra vez.

Si su existencia fue borrada del resto, créanme que no lo hice por gusto, experimente hace varios siglos, con otros guardianes el no acudir ante esta decisión, y termino...Entre todos muertos y casi todo el mundo mágico destruido.

Fue así que los ojos de los guardianes se abrieron en par en par, incluso los del general Erick.

Espero que ese argumento aclarare tu duda, Mercurio.

Mercurio no respondió ante aquello, sino que permaneció con su puño cerrado. Como si aceptara esta injusticia.

No tengan dudas de que ustedes mismos derrotaron a la oscuridad, pues es normal que no recuerden mucho de la batalla, ya que, por ser el primer despertar de esa manera tan abruptas, sus memorias sólo tienen fragmentos de ella, ya que sus poder tuvieron el control completo de su cuerpo, y sí, a veces eso puede suceder. Ya que sus habilidades pueden tener vida propia. 

Cada palabra que pronunciaba Tarmiel era impactante para todos ellos, sin embargo, no sabían que expresión más colocar a toda esa avalancha de emociones que sentían en ese momento. Debido a la conmoción Tarmiel se estaba desvaneciendo ya, pues su poder se agotaba, y eso es porque Tarmiel sólo es una energía, es un ente lleno de energía cálida.

Seré todo oídos para ustedes, pueden acudir a mi si necesitan aclarar más dudas, sin embargo, mi tiempo se ha agotado...Dormiré tal vez unos años.

--¿Por qué tanto? Pregunto Venus.

Porque desde que los desperté no he podido descansar, he estado despierto todo este tiempo porque soy quien los mantiene estables, apenas yo me duerma sentirán cómo su poder se desborda nuevamente, serán inestables. Es por esa razón que le di un artefacto al Patriarca para que lo usen y se los quite cuando estén listos para usar su poder, así no habrán accidentes.

Tarmiel desaprecia cada vez más. Sin embargo antes de irse se acercó al oído de Júpiter y le susurro

Sé un buen Capitán. Aren. 

Y fue así que Tarmiel desapareció, dejando estupefacto a Júpiter, quien no había escuchado su nombre hace meses...

Luego de que Tarmiel se fuera, los guardianes sintieron como su cuerpo estaba actuando de manera extraña, como si en algún momento fueran a estallar de tanta mana que tenían entre sus manos. Sin embargo el Patriarca invocó aquel rarefacto que Tarmiel le había dejado.

Y rápidamente con ayuda del general les coloco a cada uno de ellos en sus muñecas una pulsera quien absorbió todo este exceso de mana.

--Esto los ayudara temporalmente, es por eso que deben darse prisa y entrenar todos los días para que puedan usar su magia sin lastimarse así mismo y a los demás. Dijo el patriarca viendo a cada uno de ellos.

Estando en el suelo todos, sólo asintieron con una mirada de agotamiento, por lo que al levantarse sólo se inclinaron ante él y se fueron yendo uno por uno, hasta quedar en el salón sólo el Patriarca Y Júpiter.

Pues aquí empezaba una nueva conversación.

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