¿Porqué eres así conmigo?

Vanesa se pone manos a la obra, prepara pollo a la barbacoa al horno.

— Está delicioso. — Cometa Michael al probar la comida.

— Gracias. — Dice Vanesa y prepara una charola con comida.

— ¿Para que es eso?

— Para tú hermano.

— No le lleves. El no merece comer tú comida.

— Jaiden también es un ser humano y le da hambre. No podemos dejarlo sin comer.

— Si podemos.

— Michael.

— El es malo conmigo.

— No por eso le vamos a negar la oportunidad de comer. — Vanesa sube la comida y toca la puerta de Jaiden.

— ¿Quién es?

— Soy yo.

— ¿Qué quieres?

— Te traje la cena.

— Yo no te la pedí.

Vanesa abre la puerta.

— ¿Porqué entraste?, nunca dije que ...

— Aquí está la comida, si la quieres comer bien y si no también, al menos no me queda el remordimiento de haberte dejado sin comer. — Dejá la bandera sobre una mesa. — Si quieres más en la cocina hay suficiente.

— Cómo si cocinaras tan rico para que yo quiera más.

— Se que estás acostumbrado a la comida de tu cheff pero el no está, y creó que es mejor comer esto a dormite sin cenar. — Termina de decir eso y sale de la habitación.

Jaiden no quiere comer la comida pero ve que tiene buen aspecto. La prueba y le encanta.

— No cocina tan mal. — Se dice para si mismo y come más. Su plato pronto queda vacío y aunque quiere bajar por más su orgullo no lo deja.

Vanesa está desesperada porqué el padre de Michael no regresa. Lo llama.

— Buenas noches señor. ¿Ya casi llega?

— Lo siento Vanesa pero el camino está bloqueado por un árbol. Me es imposible llegar. Ahora estoy en un hotel. ¿Puedes quedarte a dormir con Michael por favor.?

— Está bien. — Vanesa corta la llamada y le marca a su madre. Le avisa que no volverá a la casa. Su madre le hace un largo interrogatorio y al ver que todo está bien le deja quedarse.

Más tarde a Vanesa le da sed y se levanta para tomar un poco de agua, la jarra de la habitación está vacía así que no le queda de otra que ir a la cocina.

Ahí se encuentra a Jaiden, el se avergüenza porqué lo encuentra calentando la comida en el microondas.

— ¿Qué estás haciendo?. — Pregunta Vanesa.

— Es mi casa, puedo hacer lo que yo quiera. — Responde de forma grosera.

Vanesa no le dice nada, saca la comida del microondas, toma un sartén y calienta la comida en la estufa.

— Si la calientas en el microondas perderá su sabor, es mejor aquí. — Dice con amabilidad y calienta la comida para el. Jaiden se sorprende con éso. Cuándo la comida está caliente ella la pone en un plato.

— Aquí tienes. Ya puedes comer. — Le pone el plato en la mesa.

— ¿Porqué eres así conmigo?

— ¿Así cómo?. — Pregunta confundida.

— No es tú obligación atenderme, ¿porqué lo haces?

Vanesa sonríe.

— Porqué quiero. — Vanesa está a punto de ir por agua pero Jaiden la detiene.

— Siéntate. — Le dice el, Vanesa se sorprende.

— ¿Porqué?

Jaiden quiere compañía pero no sé atreve a decirlo.

— Tal vez me dé más hambre y voy a necesitar que calientes más comida para mí.

Vanesa sonríe.

— Está bien. — Se sienta y espera a que el cene. — Me alegra que te haya gustado.

— No me gustó, sólo tengo hambre eso es todo. — Vanesa ignora el mal humor de Jaiden y se levanta.

— ¿A dónde vas?. — La detiene el tomando su mano.

— Sólo quiero un vaso con agua.

Jaiden le pasa un vaso que está a su lado y le sirve agua.

— Toma.

— Gracias.

El sigue comiendo y cuándo por fin termina se levanta de la mesa.

— Buenas noches. — Le dice Vanesa. El la ignora y entra a su habitación. — ¿Porqué será siempre tan secó?. — Se pregunta ella.

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