Sólo respóndeme

Oliver estacionó el auto y bajé.

— Gracias por traerme.

— Un placer. — Caminé unos pasos cuando el me detuvo. — No me dijiste si había alguien.

— Ya debo irme.

— Sólo respóndeme y te soltaré.

Dudé un momento pero luego pensé que no había nada malo en mi respuesta.

— No hay nadie.

— Genial. — Me dió un beso en la mejilla. — Nos vemos. — Subió a su auto y se marchó.

— ¿Quién era ese chico?. — En cuánto crucé la puerta mi madre me interrogó.

— ¿Estaba espiando?

— Sólo me asomé para ver si ya venías.

— Estaba espiando.

— Bien, lo admito, pero tú dime quién es el.

— El es amigo del hijo del dueño de la casa dónde trabajó.

— ¿Qué?. — creó que ni yo entendí lo que dije.

— Es oliver, me lo encontré en el lugar dónde trabajó, es amigo de Jaiden.

— ¿Y quién es jaiden?

— El hijo del señor Robert.

— ¿Y porqué te trajo?

— Porqué me vió caminando y se ofreció.

— Resultó ser muy amable.

— Pues sí.

— Hija ten cuidado con esa gente.

— No entiendo.

— A ése chico le gustas, pero sólo para pasar el rato, por favor no te ilusiones con nadie de clase alta.

— No pensaba hacerlo.

— Lo sé. pero el va insistir. Te hará creer que eres lo más importante y cuándo consiga lo que quiere te dejará. Es lo que hacen siempre.

— Mamá, ¿porqué hablas así?

— Sólo quiero prevenirte. Por favor no salgas con el.

— Está bien. No saldré con el.

...Días después....

Mi madre es adivina, Oliver si me invitó a salir pero lo rechacé.

Le dije a mi madre que no saldría con el y pienso cumplir mi palabra.

— Estás mejorando mucho. Freó que pronto me vas a superar. — le dije a Michael mientras prácticabamos.

— No creó, tú eres demasiado buena.

— Buenas tardes. — Entró Oliver.

— Buenas tardes.

— ¿Qué quieres?. — habló Michael enojado.

— Vine a verla.

— Ya la viste ahora vete. — Esté niño es más celoso que mi propio novio, digo, su tuviera uno.

— ¿Podemos hablar un minuto?

— No pueden. — Intervino Michael.

— No me iré si no habló con ella.

— Nólo es un minuto. — De dije a Michael.

— bueno. Pero no te pases de listo con mi hermana.

Todavía no me acostumbró a que me llamé así.

— ¿Porqué te dice hermana?. — Preguntó oliver cuándo salimos.

— Dice que le caigo mejor que Jaiden, creó que es por eso.

— Quién no los conociera pensaría que si son hermanos, se parecen un poco.

— ¿Enserio?.

Qué malo es no poder ver bien, cualquiera podría engañarme y yo ni cuenta.

— Si. Supongo que no lo has notado.

— La verdad no.

— No importa, no te traje para hablar de eso.

— Sí me vas a invitar a salir de una vez te digo que no.

— ¿Porqué?, ¿no te gustó?. — Sujetó mis manos.

Tendría que ver bien para saber eso.

— Lo siento pero no. — Me alejé de el.

...Jaiden....

Parece que lo rechazaron otra vez. Sonreí desde mi balcón. Bajé a la sala y me encontré a la niña despidiéndose de mi padre y hermano.

— Te veré mañana a las 3. — Le dijo ella al bastardo.

— Hasta mañana.

Me fuí al jardín, no quería lidiar con mi padre. Oliver estaba sentado en el césped. Yo preferí continuar de pie, no me gusta sentarme si no es en una cómoda silla.

— ¿Qué pasó?, ¿te volvió a rechazar?

— ¿Tu qué crees?

— Debo admitir que esa chica me sorprende.

— ¿Porqué se resiste a mis encantos?

— No. Me sorprende porque es más inteligente y astuta de lo que pensé.

— No entiendo lo que quieres decir.

— Te explicó. Se está dando a desear para que tú te encapriches con ella, tal vez hasta planea una boda y tú ni sabes.

— No lo creó. No parece ese tipo de chica, además me dijo claro que no le gustó.

— Tiene buen gusto.

— Deja de burlarte.

— Mejor deja de perseguirla igual no va funcionar.

Lo deje reflexiónando, aunque algo me dice que no me hará caso en absoluto. sólo esperó que no terminé igual que con Alexa.

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