¿Quieres bailar?

...Vanesa....

La música terminó y ahora sí estaba decidida a irme, pero antes de que pudiera salir alguien sujetó mi mano.

— ¿Quieres bailar?. — Su voz me pareció conocida, ¿dónde la escuché?.

— Lo siento pero ya me voy.

— Vamos, sólo una pieza. — Insistió el. No quise parecer grosera así que acepté. Fuimos a bailar una canción romántica, ¿quién eligió la música para esté evento?. El chico tomó mi cintura y en ése momento sentí que deje de respirar.

— Puedes aflojar un poco tu agarré. — Más que una pregunta era una petición.

— Claro. Lo siento. — Me tomó más suavemente, luego bailamos. Sentía su mirada en mi rostro y eso volvió a dejarme sin aliento.

— ¿No me recuerdas verdad?. — Preguntó de repente.

— Disculpa pero no. — Sabía que lo había visto antes, pero gracias a mi talento, (sarcasmo), de no reconocer el rostro, no se quién es, sólo pude reconocer su voz.

— Qué mala memoria tienes, nos encontramos está mañana en el centro comercial.

— A claro, ahora lo recuerdo.

— Me alegra que me recuerdes.

— ¿Y eso porqué?

— Yo sé porqué. — La música terminó.

— Ya me tengo que ir. — Me aparte un poco, aunque él no se veían con intenciones de soltarme.

— Bailemos otra pieza. Todavía es temprano.

— Lo siento, de verdad me tengo que ir. — El me soltó y salí de la fiesta con el corazón acelerado, no sabía que bailar te ponía el corazón así.

— Hija, ¿que pasó?, pensé que saldrías antes.

— Es que bailé con mi profesor.

— Si querías quedarte me hubieras llamado, yo te iba esperar.

— No quería quedarme. Tengo sueño.

Mi madre no hizo más preguntás, encendió el auto y nos fuimos a casa. Esa noche me dormí pensando en ese chico, no ví su rostro pero su voz era muy bonita.

Al día siguiente me llegó el contrato que debía firmar, mi madre y mi padre también lo leyeron. Mi padre les puso de condición que mi madre me acompañara a cada presentación.

Ellos aceptaron y yo por fin pude firmar el contrato que puede hacer vuelta a ver al 100%.

...Oliver....

Anoche no pude dormir pensando en esa linda chica. Es tan bella y su timidez hace que me sienta más deseoso de tenerla.

— ¿Porqué tienes esa cara?. — Jaiden me despertó de mi trance.

— ¿Qué cara?

—No te enamores. Ella tampoco es de nuestro círculo social.

— ¿De que hablas?

— Sólo con verla me dí cuenta, no se ve cómo las chicas de nuestro entorno.

— Creó que es por esa razón que me gustó tanto. No se ve cómo una chica falsa.

— Lo mismo dijiste de Alexa.

— Basta, no la menciones más, además nadie habló de amor, yo sólo quiero divertirme un rato, luego la dejaré, no cometeré el mismo error que con Alexa.

— Eso esperó.

Mi primo es muy molesto, odió que siempre esté tratando de controlarme. Claro cómo el es el hijo perfecto. Más que un humano parece un robot.

...Un mes después....

...Vanesa....

Mi gira llegó a su fin, estuve viajando por varios lugares de Estados Unidos. Puedo decir que fue el mes más feliz de mi vida. Ahora sólo quiero ir al doctor y pedirle que me operé.

Mi madre agendo una cita con un oftalmólogo, estaba nerviosa y emocionada. No sabía lo que me esperaba en ése lugar. Pero quería escuchar una respuesta positiva.

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