CAPÍTULO 12

Así pasaron los días, Elizabeth a veces llegaba con Dorian, pero la mayoría de las veces llegaba sola, Dorian le había enseñado a usar la computadora y a navegar en internet durante el mes que estuvo sin estudiar, pero en realidad para ella nada de eso tecnológico podía competir con un hermoso paseo por el jardín o con disfrutar una deliciosa taza de té con su padre, o simplemente conversar con alguien especial como Dorian.

Aunque en la tarde siempre la llamaba su amigo el mudo, ella únicamente sentía la respiración de la persona e incluso había aprendido a descifrar cuando su amigo sonreía por alguna ocurrencia que ella decía, pero él escuchaba atentamente su voz, como si se alimentara de ella, cuando se despedían ella le regalaba un beso y colgaba la llamada.

Al pasar los meses Elizabeth había culminado satisfactoriamente su semestre gracias a la ayuda que Dorian le daba, pero ella lo sentía distante incluso en la universidad no coincidía con él ni siquiera en el receso que era general para todos los estudiantes.

Ella empezó a sentir que él la evadía, por lo que decidió darle más espacio aún, ella comenzó a cenar en su habitación y cuando lo escuchaba llegar se encerraba en su habitación, sabía que ella en ese Pent House no era más que una huésped.

Un día en la mañana la llamó su amigo el mudo, y ella decidió desahogarse con él:

__sabes amigo, Dorian ha estado muy distante conmigo hay oportunidades donde siento que le molesta mi presencia, he tratado de darle espacio, sé que él estaba acostumbrado a vivir solo, pero eso fue solo un año, hemos vivido juntos desde siempre y a veces somos dos extraños, he decidido averiguar cómo conseguir un dormitorio en la fraternidad para chicas, tal vez ya he abusado mucho de la hospitalidad de la familia real, es hora de empezar a vivir como una simple mortal, como me corresponde, en ese momento su amigo rompió el silencio y solo dijo un rotundo

__NO _ y colgó la llamada.

Esa tarde Dorian llegó muy molesto, ella no entendía por qué él estaba así, solo la veía con mala cara y negaba con la cabeza.

__ ¿Qué te ocurre Dorian?, ¿qué te hicieron cielo?, ¿por qué estás así?

__ Nada, nada, tranquila vamos a cenar, te invito unas pizzas, jalándola por el brazo hacia la puerta.

Ella por primera vez sintió miedo de Dorian, incluso más del que en algún momento sintió por las molestias del Rey Sapo, solo caminó y lo acompañó, durante la cena él la veía fijamente a los ojos con una mirada acusadora, ella estaba muy incómoda por lo que le dijo:

__ Me puedes decir ¿qué demonios te pasa Dorian?, ¿por qué me miras así?, yo siempre he sido buena contigo e incluso cuando sentí que no me querías cerca, trate de convertirme en invisible para ti, te has vuelto una persona desagradable siempre con mala cara y a veces me respondes con malas palabras, ¡eres peor que el Rey Sapo!, grito Elizabeth, con una mirada desafiante.

Él solo permaneció en silencio, observándola con una mirada acusadora, por lo que ella se levantó de la silla, tomó el refresco y se lo volteó a Dorian en la cabeza, sin decir más salió corriendo del lugar.

Dorian se levantó muy molesto y le dijo al guardaespaldas que la siguiera, que no la perdiera de vista. Luego pagó la cuenta y salió del restaurante furioso delante la vista de todos los presentes quienes reían al ver tan cómica escena.

Elizabeth caminó por largo rato y se sentó en un parque a llorar, ya había empezado a oscurecer, pero ella no deseaba volver al Pent House, no quería tropezarse con Dorian, era duro para ella darse cuenta de su verdadera personalidad y sin duda ella no estaba enamorada de esa bestia con la que ahora vivía, ella había entregado su corazón a un Dorian imaginario que se había quedado en el reino, pensó que el Rey sapo tenía razón en que la ciudad cambiaba a la gente, afortunadamente con el Rey Sapo había ocurrido lo contrario a Dorian, él al parecer la odiaba cuando estaban en el reino y después que regreso de la ciudad hasta le declaró su amor. Pero Dorian la amaba en el reino y la odiaba en la ciudad, los príncipes están de manicomio, definitivamente.

Ya había oscurecido cuando sintió que alguien se paró detrás de ella y tocó su hombro, era el guardaespaldas, que la había estado siguiendo desde la distancia, pero al recibir una llamada con varios gritos del príncipe Arthur decidió llevarla de regreso al Pent House.

Cuando ella llegó al Pent House, Dorian no estaba ella solo se fue a su habitación y cerró la puerta con seguro.

Al día siguiente fue a la universidad y estaba muy arrepentida de lo que hizo a Dorian, en verdad él se había comportado como un idiota, pero ella no debió humillarlo en público, por lo que decidió buscarlo para pedirle una disculpa.

Después de buscarlo por largo rato, lo encontró rodeado de varios compañeros, ella conocía a algunos de vista, así que los saludo.

__ ¿Qué necesitas Elizabeth?, pregunto Dorian con expresión de molestia.

__ solo quería invitarte a tomar un café, necesito que hablemos, estoy en mi receso.

__ Ok, vamos dijo este tomando su morral y caminando junto a ella, pero sin cambiar su expresión de fastidio más aún caminaba rápido dejándola a ella atrás.

__ No entiendo Dorian ¿qué te hice para que hayas cambiado conmigo de esa manera? Por favor nos conocemos desde niño, puedes decirme con confianza lo que te ocurre y si está en mis manos ayudarte créeme que lo haré.

__ ¿Puedes desaparecer de mi vista y de mi vida, no verdad?, he tenido miles de problemas con mi novia por andar de niñero tuyo al igual que con mis amigos, el mejor lugar para hacer fiestas es mi Pent House, pero desde que llegaste todo cambió, todos tienen razón eres una maldita molestia.

Elizabeth solo bajó la cabeza y comenzó a llorar, sentía que su corazón se había roto en mil pedazos ¿cómo es posible que Dorian su superhéroe de la infancia la tratara de esa manera?, ella pensó que él se alegraba de tenerla cerca, por lo menos como hermanos o como amigos, jamás pensó en convertirse en alguien tan despreciable para él.

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