CAPÍTULO 10

Elizabeth entró al palacio y fue directo a buscar a Arthur, al llegar a la puerta de su habitación, pudo oír su llanto y sus lamentos, no se atrevió a tocar, fue a buscar a su padre, había tomado una decisión y debía comunicárselo lo antes posible.

__ Hija, ¿Cómo que te vas mañana mismo? , ¿porqué la prisa?, solo falta un mes

__Lo siento padre, no quiero estar un día más aquí, apóyame por favor solicítale al Rey que arreglé todo para viajar mañana a primera hora.

__Responde algo ¿esto tiene que ver,con el interés amoroso que ha mostrado el joven Arthur por ti?

Ella asintió con la cabeza y le respondió:

__Lo siento padre, yo no puedo amarlo y él está sufriendo por eso, creo que convivir un mes con él, lo lastimaria más, hemos estado cinco años separado y solo hemos compartidos dos días, creo que le será más fácil olvidarme si me voy de una vez.

__ Entiendo hija, es una lástima era tu oportunidad de casarte con alguien que siempre te ha amado. Pero en el corazón no se manda, prepara todo sales mañana mismo, no creo que el Rey ponga objeción alguna.

Durante el resto del día, Arthur no salió de su habitación, tenía mucho dolor de cabeza después de haber llorado mucho, el mayordomo, le llevó la cena y él le solicito un analgésico, al tomarse la pastilla se quedó profundamente dormido.

Por su parte, el Rey estaba contrariado, sabía que Arthur no le perdonaría haber apoyado a Elizabeth en este viaje, pero si el joven la conocía bien, sabía que ella se iría en contra de la voluntad de todos, apoyarla y hacerla llegar a salvo al lado de Dorian era la mejor manera de cuidar de ella.

Sin embargo su padre, no estaba de acuerdo con ocultarle a su hijo la decisión de su pronta partida, por lo que fue a la habitación de Arthur, pero este se encontraba profundamente dormido, por más que el Rey trató de despertarlo, dormía como roca y roncaba como oso.

__ Con razón la chica huye, si su habitación está al lado de ésta, con tus ronquidos espantas a cualquiera, _ dijo el Rey, mientras sonreía y cubría con una manta a su hijo.

Al día siguiente, Elizabeth se levantó de madrugada y se despidió de su padre, éste le dio una tarjeta de banco, donde estaba todo el dinero ahorrado para sus estudios, aunque el Rey Felipe, se encargaría de todos los gastos, el consejero David conocía a su hija, ser independiente era una de sus principales virtudes, ella lo abrazo, hizo una reverencia al Rey y se marchó, su nana que en un principio se había acordado que la acompañaría, se enfermó y el médico no autorizo el viaje.

A las dos horas aproximadamente, se despertó Arthur al ver a su padre con una botella de whisky y dos vasos en la mesa de su habitación se sorprendió.

__ ¿Qué paso mi viejo?, ¿por qué tomando tan temprano, eso no le hace bien a tu salud?

El rey sintió calidez en su corazón, hacia tantos años que no escuchaba a su hijo llamarlo con tanta familiaridad

__Nunca es temprano para ahogar una pena de amor, _ dijo el rey tomándose un trago.

__ ¿Cómo qué pena de amor, de que estas hablando?, _ dijo el joven parándose y quitándole la botella su padre para evitar que siguiera bebiendo.

__ De la tuya, hijo. Elizabeth se marchó muy temprano a la Capital y por más que intenté despertarte anoche e incluso esta mañana para que te despidieras de ella, dormías profundamente.

__ maldita sea, dijo Arthur tomando el otro vaso y sirviéndose un trago de whisky.

Su padre sonrió, por haber acertado que su hijo necesitaría un trago al recibir esta noticia. Sin más le pregunto:

__ ¿Cuál es tu plan? ¿Por qué obligarla a regresar queda descartado?

__ No lo sé padre, jamás me imagine que mi pequeña saltamontes quisiera huir de mí y abandonarme sin siquiera permitirme demostrarle mi amor. Ella dice que ama a Dorian.

__ Si lo sé, pero está más que claro que él solo siente por ella un cariño de hermana, no pensarás ver a tu hermano como un rival, ¿verdad?

__ Por su puesto que no, además por lo que se él tiene una relación con una hermosa modelo en la ciudad, ojala mi saltamontes sepa manejar esa desilusión, pienso que darle espacio y tiempo, esa será mi mejor arma, pero debo estar visitándola, no puedo dejar que alguien más conquiste su corazón.

Así ellos siguieron charlando y tomando whisky.

Mientras tanto Elizabeth, estaba muy emocionada, no había permitido que le avisaran a Dorian, quería sorprenderlo, llegaron al aeropuerto y después de seis horas de vuelo, aterrizaron en la ciudad donde ya el coche la estaba esperando para llevarla al Pent House.

Cuando tocó el timbre del Pent House, Dorian abrió la puerta y se sorprendió de verla. Ella saltó a sus brazos y él giro con ella encima.

__ ¿Pero qué haces aquí? Te esperaba en un mes.

__ Pasaron algunas cosas que anticiparon mis planes, _ ella no quería hablarle de los sentimientos de Arthur hacia ella, no quería que él la rechazara por no lastimar a su hermano.

__ Bueno igual me alegra que estés aquí, vamos te mostrare tu habitación, descansa y mañana vas conmigo a la universidad para que la conozcas, Elizabeth aquí soy un simple mortal, es decir somos chicos ricos y nada más, así que debes ser discreta.

__ ok entiendo, bueno en realidad yo no tengo nada que esconder, soy una simple mortal.

__ No hables así, eres la próxima princesa del Reino de Berona _ dijo Dorian, sin saber que esas palabras que él decía a manera de burla insinuando una relación entre ella y el Rey Sapo, serian mal interpretadas por el frágil corazón de Elizabeth, quien suspiro de amor al escuchar lo que ella entendió como una declaración de amor.

Después de cenar, conversaron un rato, mientras disfrutaban de la hermosa ciudad que brillaba con todo su esplendor, inmediatamente Dorian le entregó un celular a Elizabeth, le explicaba las funciones y como debía usarlo, en el reino solo la familia real y los nobles de alta jerarquía tenían celulares, la familia real siempre había impedido que la tecnología llegara al reino.

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