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-Claro que no lo sabias como podrías, es tu primer día, lo que me resulta extraño es que estás hasta esta hora, me pareció que tu trabajo del día de hoy no era tan pesado, pero te encuentro aquí o estás buscando excusas para no ir a casa-

Eva lo miro con una mirada desafiante

-me disculpara, pero recién termine mi trabajo puede verificarlo si gusta, también hay cámaras, y no lo puedo esperar para la cena porque para eso tengo que estar en la casa ¿verdad?ahora es imposible a menos que me tele transporte-

-bueno, bueno si tiene sentido lo que dices, pero ya empezó a refrescar aquí así vamos a casa-

Se sacó el abrigo que tenía puesto para ponérselo a ella, porque se podía notar que se veía con sus mejillas coloradas,

-señor ¿no es su abrigo?y yo su empleada no puedo tomarlo-

el la miro fijamente fulminando con sus ojos como siempre, se acerco y toco sus mejillas, le dijo

-tus lo necesitas más que yo ahora vámonos si no quieres resfriarte-

ella asintió, y bajaron los dos juntos, él le abrió la puerta del auto ella replico que podía volver sola, el, la reto a que, si llegaba antes que ella para la cena tenía muchos problemas, entonces sin quejas se subió al auto.

En verdad a pesar del ruido y las luces de los edificios también eran bonitas las estrellas de esta solitaria ciudad ¿o eso se sintió por la compañía?

Con quien decidas compartir algo, hace al momento que sientas de determinada manera.

Mientras iban en el auto y llegaban a su hogar por un instante Eva bajo y corrió apresurada hacia la casa y gentilmente saludo a Rosa, quien ya los esperaba en la puerta para recibirlos como siempre lo hacía, lo que Evangelina no noto en su arrebato de comportamientos todavía inmaduros que componían parte de su personalidad es que dejo a Darian atrás,

pero alguien si sospechar aquella escena fue la nana, quien vio por primera vez a su señor embelesado por una joven, con tal magnitud que hasta no se daba cuenta que se había quedado inmóvil parado junto a su auto con la puerta abierta del lado del acompañante, claro él se bajó primero y como todo un caballero le había abierto la puerta a la damita que ni siquiera volteo a verlo o agradecer el gesto, pero eso no importaba,el aún seguía hacia donde ella corrió y se miraba perdido en sus pensamientos hasta dejo el auto en marcha con el aire acondicionado prendido que se escapó por esa puerta, como ese aire Eva se le escaba de entre sus manos, se escabullía como lo hace el viento de entre sus manos, y no la podía alcanzar, solo podía mirarlas de lejos, solo eso,

-como sabrías que te metiste en cada rincón de mi ser, en los más profundo de mis pensamientos, que me robaste sin mi permiso mis sentimientos de amor como mi entero corazón, ja como lo sabrías mocosa distraída, que yo ya te amo como un loco desesperado, y tu solo me regalas el codiciar tu sonrisa y dejas a cambio solo tu fragancia, pero te perdono, a ti, te esperare hasta el final de mis días-

Al ver esto, Rosa se acercó sigilosamente para no hacer enojar a quien este momento la dejo desconcertada, y no sabía cómo iba a reaccionar con la interrupción,

-ejem, joven amo ¿se encuentra bien?¡Por favor no me asuste ya estoy muy vieja para que me asuste tenga piedad de mis nervios, señor!-

El reacciono y no respondió de inmediato, sino que lo único que atino a hacer es cerrar su auto

-cómo no voy a tener en cuenta tus nervios, han sido mis compañeros toda mi vida, gracias Rosa, pero estoy bien entremos-

La nana le dio una palmada en su hombro como si quisiera impulsarlo a moverse de lugar para que entrara a la casa a cenar y descansar, le costó un poco por la altura de Darian, quien se agacho por un breve instante, ya que era una costumbre entre ambos,

-Si la cena se debe estar enfriando junto a la señorita Evangelina-

, sonrió con sarcasmos Rosa.

-No sabía que podías tener cuentos comportamientos astutos, mmm que le estoy provocando a mi pobre nana, hay de mí, vamos, jajá…

Rosa quedo unos pasos atrás y vio que aun así quedo el auto encendido, y en marcha e hizo que uno de los empleados se encargara de eso,

-estos jóvenes de hoy en día, no son capaces de reconocer lo que tienen frente a ellos-

Esa noche se sentaron a cenar como si nada ocurriera nada en absoluto, había una paz al menos momentánea en el ambiente de la residencia, Evangelina disfruto de la cena, junto a Darian, ya Rosa quien seguía avergonzando a su señor con historias de su infancia, lo que paso después fue que, al terminar la cena, y ya en su habitación Eva se percató de algo

-qué casualidad, la cena era uno de mis platos favoritos, hoy es más agradable, y además pude disfrutar una riquísima comida como la que estaba acostumbrada comer en mi pueblo, mañana le buscare un regalo de agradecimiento a Rosa, y a sus manos que son excelentes para la cocina-.

En la mañana Eva se levantó muy temprano, se vistió con un conjunto muy bonito, conformado por un lindo vestido formal de un tono beige claro y un sacón largo color blanco que hacia resaltar su bronceada piel así como también sus largos cabellos negros sedados y radiantes, que debieron llevar sueltos junto con una vincha para sujetar un poco los flequillos de su frente y así poder estar atenta en el día difícil que tenía que lidiar por delante, y debía estar al menos presentable porque se trajeron de una reunión muy importante, no quería avergonzar a nadie.

Entonces se miró a los pies y lo pensó bastante, pero optó por ponerse unos zapatos con tacones un poco más altos de los que acostumbraba, pero era necesario

-solo por hoy, estarás bien-

salió de la habitación, y unos segundos más tarde volvió a entrar y tomo sus zapatos desgastados con prisa

-por si acaso en algún momento ya no pueda aguantar esos tacones, solo por si acaso-

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