Presentación

En el largo trayecto, el nerviosismo empezó, todos iban muy callados, su escolta personal fue prohibida a venir y solo eran acompañados por soldados del reino, aparentemente nuevos, ya que nadie hacia nada para hablar con él.

En las entrada a la capital del reino, un silencio se hizo presente, sin duda, había algo extraño en el ambiente.

-Hemos llegado- Pronunció uno de los caballeros de la nada, justo cuando pasaban frente a la gran plaza principal.

-Bienvenidos, jóvenes príncipes, está celebración fue hecha especialmente para ustedes- Dijo un hombre con ademanes alegres

-¿Que es lo que está pasando?- Preguntó completamente alertado

-Como sabrá su majestad, usted ya está en edad de presentarse a la sociedad, demos la bienvenida a los reyes- Dijo señalando una pequeña calle.

Su mirada preocupada se transformó en horror, al ver un pequeño escenario, con un marco en forma de cuadrado con dos cuerpos colgados de gruesas sogas, los ojos apagados de sus padres miraban el suelo, simplemente atroz.

-¡TODOS, TODOS APLAUDAN!- Gritaba aquel hombre entre carcajadas

-¡HAGAN REVERENCIA ANTE SUS REYES!- Decía abriendo sus brazos al cielo

Toda la guardia rodeó a Dereck y el carruaje, el caballo estaba empezando a ponerse nervioso, hasta que uno de los hombres lo apuñaló en un costado y en su dolor, tiró a Dereck al piso, quien no hizo nada por detener su caída haciendo un crujido.

-Al parecer al príncipe no le gustó su sorpresa, sí que son malos padres- Decía mientras se acercaba a los cuerpos.

-¡RECIBIRÁN UN CASTIGO!- Sacó un látigo de cuero con varias puntas afiladas cómo navajas y empezó a azotarlos furiosamente

Ambos se balanceaban por la fuerza de los golpes, aún Dereck estaba en el suelo.

-¡Hermano! ¿Que está pasando? ¿Porqué no me dejan salir?- Se escuchaba la angustiada voz de Mabel desde dentro del carruaje

-¿¡Que es ese ruido!? ¿¡Quién está hablando!?-Gritaba cada vez más fuerte.

Desde el piso, Dereck comenzó a sangrar, estaba en shock, su vista se nublaba, parecía que en cualquier momento se desmayaría.

Cuando de repente, una figura comenzó a acercarse, era aquella mujer de cabello rosa que no había visto desde hace muchos años.

Sabía que era ella, pronto su figura fue tapada por los guardias, quienes lo rodearon para golpearlo y escupirle, cerró los ojos, ¿Cómo es que de un momento a otro todo cambió así? ¿Que debería de hacer? Mabel gritaba ahora, solo gritos salían de su garganta de forma desgarradora, como si en cualquier momento fuera a romperse.

Estaba cayendo en la desesperación, cuando un beso se posó en su frente, haciéndolo reaccionar.

-Estaré contigo siempre...

Una voz femenina invadió sus oídos, un par de lágrimas cayeron de su rostro, tocando el piso. Un círculo, con un inmenso color rojo apareció a su alrededor, desintegrando hasta los huesos a los hombres que lo rodeaban.

Mientras, el hombre que golpeaba a sus padres estaba en el éxtasis, sin darse cuenta de lo que pasaba detrás.

-¿Ya terminaste?- Escuchó una voz detrás de su nuca, mientras un ardor invadió su cuerpo

Era Dereck, quien estaba detrás, con una mano hundida en su espalda, a la altura del corazón.

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