Canción de cuna

Ya estando de regreso en el reino, Aria e Isabel bebían té bajo la luz de luna en el balcón de una habitación.

-Esas tierras son hermosas- Dijo Isabel en medio de la conversación.

-Lo son, están en trato con la familia Turner del reino vecino.

-Que mal, me hubiera gustado comprarlas- Decía mientras hacia una mueca de resignación.

-Aunque sabes, es extraño que hayamos encontrado a Dereck bajo ese árbol.- Comentó con la mirada perdida

-¿Que quieres decir?- Preguntó confundida

-La historia de mi familia es larga, pero en resumen, en ese lugar quedó el cuerpo del último integrante de la familia Rouge, Erik.

-No le des más vueltas, algo más me quieres decir.

-Nadie va a parar a ese lugar por casualidad, todos los Blanc tienen el camino al árbol en el corazón.

Después de aquello, Isabel quedó en silencio, tenía miedo a preguntar que era lo que Aria pensaba, miró fijamente a su amiga, cada día estaba más delgada y evidentemente cansada.

-Deberíamos ir a descansar-

-A un no, solo quiero mirar las estrellas, sé que él también las estará mirando.

Aria perdió su mirada, la brillante luna reflejaba en sus ojos, en noches como esa, arrullaba a su pequeño bebé, cantando canciones de cuna en la oscuridad besaba su frente.

Isabel no sabía cómo intervenir ante su tristeza, el amor interrumpido de una madre jamás encuentra descanso.

También le aterraba la idea sobre Dereck. ¿Cuál será la respuesta a la pregunta que rondaba su cabeza? ¿Podría con ello? Todo eso apretaba su pecho, que su amado hijo sea participe de algo desconocido entre los Blanc.

A pesar de todo, decidió calmar su mente y descansar un día más, pronto será el regreso a su reino.

...****************...

Dereck no la estaba pasando bien, sudaba frío y la cicatriz en su pecho ardía con intensidad, entre sus sueños, se veía a si mismo en aquel bosque, todo estaba nevado y una canción de cuna sonaba a lo lejos, tan triste, tan sola...

Aquella voz era la de un hombre totalmente derrotado, tan destrozado que al escucharlo un nudo se hacía en su garganta. ¿Cuál será la pena que tiene a ese hombre en ese estado?

Decidió seguir el sonido, caminando tiritaba de frío, la nieve se acumulaba en sus pies y el aire frío congelaba su cara.

Llegó a una casa enorme, se veía lújubre, en la sala del lugar, había mucha gente entre ellos un joven, con cabello tan rojo como el fuego, sin embargo, la voz provenía de la parte alta de aquella enorme casa.

Estaba concentrado en la ventana, cuando una enorme pantera apareció en su campo de visión, le enseñaba los dientes de forma agresiva, gruñia y se acercaba, sin duda lo atacaría, pero no sentía temor.

La canción se dejó de escuchar y ambos se miraron, el y el animal parecieron hacer un silencioso acuerdo de paz, la pantera se alejo y se hizo polvo que entró por otra ventana del lugar.

El no sabía que significaba, pero sin duda, era el sueño más extraño que haya tenido

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