capítulo 12 ( compañeros de habitación )

la noche había llegado, era hora de que todos los sirvientes y esclavos descansarán. Ezekiel, estaba aún sentado en su cama a su frente se encontraba Fatima, que al igual que él, no podía dormir.

- Dime, ¿Cuántos años le has servido al principio Anzel? - le pregunta a su compañera

- 4 años, 5 meses, 18 días; lamentablemente no tengo las horas precisas

- wow, tú si cuentas tu tiempo, ¿cómo fue que terminaste siendo esclava de juegos, del príncipe? - Ezekiel, hace preguntas para seguir la conversación

- fui entregada como regalos en el cumpleaños 15 de su alteza - responde Fátima, recordando la última conversación que tuvo con Adalia antes de su despedida

- ¿qué se supone que debes hacer? - dijo un poco intrigado, en saber su labor actual

- entretener a su alteza - dijo sin más detalles, lo que aumentó la curiosidad del esclavo

- ¿con qué?

- antes jugábamos todo el tiempo en el jardín - dijo con una sonrisa que se borró a los segundo, dejando amargura en su rostro - ahora ya ha crecido por lo que solo me limito a leerle los libros que él desea, y acompañarlo en té

- me sorprende que aún estés aquí - Fátima, hace una expresión confusa porque Ezekiel, le aclara - normalmente las esclavas de juegos son temporales en lo que el niño crece deja de necesitarla, como un juguete, pues ya a su edad adulta no está para juegos - Se percata de sus palabras y trata de cambiar el ambiente - por eso me pregunto ¿por qué te conserva?, debes ser alguien especial

- para nada, solo sigo siendo de utilidad por eso me conserva

- entonces así son las cosas con el príncipe, solo podrás estar a su lado si eres útil, eso es un poco deprimente, no crees

- no creo, es mi deber servir a su alteza el príncipe Anzel - lo dice con su mirada perdida y con un tono de voz firme y fuerte

- suenas como un manual, debes ser una esclava de nacimiento para que tengas esas ideas tan...no agradables - en el momento de su pestañeo se da cuenta de la extraña conducta de su compañera.

Se levanta de la cama, acercándose a ella, y su mirada sigue al frente mirando a la nada, Ezekiel, pasa su mano frente a su cara, pero no hay reacción por parte de ella. Para asegurarse de una teoría que pasaba por su mente le pregunta.

- ¿cuál es tu deber?

- complacer a su alteza el príncipe Anzel Kana - contesto de forma metálica, provocando un escalofrío es Ezekiel

- ¿qué es lo que deseas?

- complacer a su alteza el príncipe Anzel Kana - al escuchar aquella respuesta, nota que algo no esta bien, comienza a analizar cada movimiento hasta que se percata de una línea peculiar en el cuello

- podrías mover todo tu cabello para un lado y dejarme ver tu nuca

- ¿es una orden? - pregunto, en ese momento el esclavo sabía cómo debía actuar ahora con ella

- si es una orden enviada por su alteza el príncipe Anzel - dice lo último con molestia, al escuchar esto de inmediato obedece.

Los ojos de Ezekiel, mostraban sorpresa y horror al ver un sello de obediencia absoluta, escrito en la parte de atrás del cuello de su compañera, y lo más impactante fue que el sello es de cicatrices provocadas con algún punzante. Se aleja de Fátima, no podía creer lo que acaba de ver.

- ¿ha pasado algo? No te veo nada bien - dice Fátima, al verlo tan enojado

- no es nada, no debes preocuparte, vete a descansar es una orden.

Al terminar esa oración el cuerpo de Fátima, cae dormido en la cama, Ezekiel, la ayuda acomodarse.

¿Cómo es posible algo así? Ese príncipe le hizo eso, la familia real no tiene límites.

Pensaba el esclavo mientras trataba de dormir, pero por su mente solo pasaba que el podría él ser el próximo que le realicemos aquella atrocidad.

Desde ahora debo ir con mucho cuidado.

○ ○ ○

Dalia, se encontraba en su oficina revisando los últimos reporte de la contabilidad de sus tierras, a pesar de saber de su condición, descansar no era una opción, seguir como si nada estuviera pasando era lo mejor para mantener la situación bajo control.

Desde ahora debía ser más cuidadosa con sus alimentos, Elden, se encargaría de verificar que nada extraño este en las comidas de la Duquesa.

- Duquesa, debería descansar - le recomienda Elden, al verla entre los papeles de su escritorio

- ahora no puedo, estoy revisando el presupuesto actual del ducado

- puede hacerlo mañana, es importante que descanse por su - se calla al percatarse de que alguien más podría escucharlo - solo le recomiendo que descanse, Duquesa Dalia.

Escuchar como otra vez menciona su nombre, la alegra que decide hacerle caso a su recomendación, deja a un lado el bolígrafo y el tarro con tinta para retirarse del escritorio.

- Tienes razón en que debo tomar un descanso - abre la puerta del despacho - pídele a Luciana, que prepare un baño, quiero tomarme una ducha antes dormir

- como ordené Duquesa.

° ° °

La princesa, se encontraba en su biblioteca personal, leyendo varios libros en especial de los de flujo de magia, pero ninguno tenía alguna información que ya no supiera, todo hablaba sobre los movimientos de la magia en su cuerpo pero ninguno en como liberarlo un flujo de magia retenido.

La frustración y el cansancio no son una buena combinación, el libro que tenía en la mano lo avienta golpeando la pared que estaba a su frente.

- Su alteza, ¿se encuentra bien? Desea que le prepare algo en especial para la cena - le pregunta, Adalia, quien ahora se encuentra hospedado en la residencia de la princesa

- una sopa de granos

- como ordené su alteza - hace una reverencia para retirarse a la cocina.

Nada en esta biblioteca, podía ayudarla a encontrar la manera de salvar a Dalia, pensó en la biblioteca y los libros confiscados de medicina que estaba guardados en el Palacio Real, no dudó un poco en lo que podría hacer. Miro su calendario y una sonrisa se mostró en su rostro, mañana será miercoles y como lo ordenó el emperador un día a la semana debía ir a tomar el té con sus hermanos.

El miércoles es un buen día para tomar el té.

- Su alteza la cena está servida - hace aparición nuevamente Adalia

- Necesito que me aliste la ropa para mañana, debo ir a visitar a Anzel y a su majestad, apenas termines tus deberes puedes irte a descansar

- como orden su alteza - acto seguido se retira del lugar.

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