El amor que perdí.

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__¡¡No voy a dejar que tus berrinches de adolescente, te lleven por un mal camino!!, esa vagabunda no entrará en esta familia.

Carlos daba tremendos gritos a Emilio.

Emilio era su hijo favorito, lo amaba, en parte por ser idéntico a él, por ser un muchacho de espíritu libre y lo más importante, era suyo.

__Por favor Emilio, escucha a tu padre, él solo quiere lo mejor para ti, estudia y prepárate para dirigir la empresa que será tuya.__Agregó Lorena.

__No les estoy pidiendo permiso, ustedes planearon mi vida sin tomar en cuenta mi opinión, escucha bien papá, ¡¡yo no me voy a casar con Danna, jamás!!.

__¡¡¡Vuelve aquí Emilio !!!.

Ni todos los gritos juntos de sus padres hicieron a Emilio volver. Estaba decidido a casarse con Rubí, una humilde chica que conoció en la universidad.

Rubí era de un pueblo apartado, los rarámuris eran su etnia, indígena desde el cabello hasta los pies, pero indudablemente hermosa.

Emilio y Rubí se enamoraron, por su puesto que Carlos no iba a permitir tal relación.

Él ya tenía algo mejor para su hijo y eso era casarse con la hija de los Villa, David nunca fue su primera opción. Pero reconsideró su plan e hizo que David se casara con Danna al no poder hacerlo Emilio.

Cuándo Carlos supo del noviazgo de Emilio con Rubí, enfureció, más cuando supo que él se había fugado con ella.

Emilio vivía con Rubí en un modesto departamento en una colonia popular, ella trabajaba vendiendo artesanías y él se dedicó a todo lo relacionado con motocicletas.

Carlos les hizo llegar una invitación, una trampa de la Rubí no saldría con vida.

__Esta cena es más para reconciliar nuestra familia, tú eres parte de ella ahora así que bueno, debes acloparte a todo esto.

Lorena no hizo más que insultar a Rubí, bajo un falso comportamiento maternal.

Cuando era la hora de marcharse, Carlos le ofreció una última copa de vino a su hijo, sabiendo que el efecto del somnífero no lo dejaría conducir.

Pero Emilio era muy saludable, fuerte, tomó el vino y a pesar de los ruegos de Lorena, monto una honda azul brillante y salió hacia su terrible destino.

En una de las más concurridas avenidas, Emilio no pudo seguir controlando sus pesados párpados, mientras el semáforo estaba en verde, Emilio pisó el acelerador, luego no supo nada más.

En las noticias se habló de un terrible accidente, un muerto y un herido, una pareja de enamorados, ambos drogados y ebrios habían causado un accidente.

Emilio despertó cuatro días después, sin una pierna. Lo peor estaba por venir.

Carlos trasladó a Emilio al hospital más caro de la ciudad, mientras que Rubí, estaba en un hospital público, conectada a una máquina que mantenía su corazón latiendo.

David hizo de todo para que su hermano no supiera la bajeza que Carlos había hecho, el mismo lo mandó a buscar luego de confesarle que había puesto algo en su vino para drogarlo y así Emilio se quedara en casa, mientras que Lorena iba a persuadir a Rubí para que lo dejara, a cambio de dinero.

Nunca pensaron en lo terco y necio que era Emilio.

__Ayúdame David, por favor, quiero que la lleves al hospital dónde está Danna, haz que me lleven a mí también, por favor hermano te lo ruego, ella está embarazada...

David se rompió con esa confesión, así que llevó a su hermano y a su cuñada a Boston, rogando por un milagro, que lastimosamente no llegó.

Juan Carlos el cardiologo que ante día a Danna, también recibió a Rubí y le dio a David la noticia que jamás quiso oír.

__Ella no va a sobrevivir, tiene muerte cerebral, la columna rota, las piernas hechas trizas y el cráneo fracturado, yo no me explico como es que su corazón sigue latiendo.

Le sugirió a David que pensara en la posibilidad de donar los órganos de Rubí.

Esa decisión no estaba en sus manos.

Lo habló con un muy enojado, pero consiente Emilio.

__Tu bebé no sobrevivió, si ella todavía siente...Emilio ella está sintiendo un dolor que nadie de nosotros se imagina, ella no merece eso...__Con todo el dolor de su corazón Emilio tomó la decisión de desconectar a Rubí y donar todos sus órganos.

Fue lo más horrible que pudo hacer. Él quería morir.

Pocos días después, por capricho del destino, Emilio oyó a su madre decir que el cuerpo de Rubí fue llevado a su pueblo, luego escuchó a su padre, decirle a David que jamás revelara su secreto por el bien de su hermano.

Usó su única pierna para arrastrarse hasta el ventanal, en su nublada memoria estaba la imagen de Rubí, sosteniendo la prueba de embarazo que había comprado días antes del accidente.

Se quiso morir.

Obligó a David a contarle la verdad, David era su hermano, no pudo mentirle.

Emilio dejó el hospital y desapareció, lo buscaron por todos lados y él jamás volvió, Carlos lejos de asumir su culpa, decidió poner la pesada carga en los hombros de David.

__Es tu culpa que él se haya ido, te dije que jamás le hablaras de eso, pero eres un completo inútil, no sé que mal estoy pagando contigo carajo, a veces creo que no eres mi hijo...

Mientras Emilio vagaba por el mundo, el corazón de Rubí latía fuerte y sano en un nuevo cuerpo.

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__Me da gusto que estés aquí, lamento...

__No, por favor, no con lástima señora Rosalinda, eso no me hace bien, mejor cuénteme, ¿como es que sus joyerías se mantienen en el anonimato?.

Emilio dio un golpe bajo. Nadie, además de Danna y los hermanos Blanco, sabían que ella era la propietaria de una marca, costosa y exclusiva de joyería.

__Prefiero que no lo sepan aún, todavía lucho con la sombra que empaña nuestro apellido.

__Ojalá y puedan encontrar las pruebas suficientes para así poder decir con libertad, que Omar no era un asesino.

Jade y Danna platicaban en el jardín.

__El me da un poco de miedo, siento como si lo conociera, pero jamás en mi vida lo había visto...

__Es un alma nómada, va por el mundo buscado algo que perdió y que no va a volver a encontrar...

__¡ El amor que perdí !__Dijo Emilio a sus espaldas.

Jade sintió arder su rostro.

__Lo siento, no era mi intención...__Dijo avergonzada.

Danna se levantó tomando la jarra de limonada vacía.

__Voy por más galletas, ¿quieren café?.

Jade asintió, Emilio igual.

Juan Carlos e Iván se habían quedado dormidos y Danna no se atrevió a despertarlos. Los dejó en la sala y solo apagó la luz.

Fue a la cocina, donde Rosalinda todavía seguía.

__¿No puedes dormir mamá ?.

__En realidad, sigo sin creer que Emilio esté aquí, ¿dónde lo hallaste?.

__Hahaha, mamá, no lo hallé, él estaba en el mismo lugar donde fuimos los chicos y yo, hay mamá el se ve tan triste, bajo toda esa tinta y ese hombre rudo, el sigue sufriendo, me dan ganas de matar a esos padres que le tocaron.

__Yo igual cariño, yo igual.

Emilio no podía dejar de ver a Jade, sus ojos le parecían conocidos, ella le daba una paz que él estaba buscando, mirar su rostro fue la cosa más bella que había experimentado en mucho tiempo.

Jade se apretaba los dedos, muy nerviosa, la mirada de Emilio era casi como si la estuviera desnudando.

Entonces Emilio no soportó más...

Tomó aire y se acercó a Jade, dejando que sus labios se estrellaran con los de ella.

Fue como si un volcán estallara alrededor, Jade no sabía besar, sus dientes chocaron en dos ocasiones, pero Emilio no la soltó, en cambio, tomó su nuca y el beso subió de intensidad.

Estaba besando a alguien que no conocía, pero que le llamaba, su cara ardía, igual que todo su cuerpo.

Danna venía con la charola de galletas y vio a dos personas, uniendo más que sus labios, estaban encontrándose, al fin después de tanto tiempo.

David entró a la casa de los Villa, enojado, el guardia de seguridad no lo quería dejar pasar.

Fue hasta el jardín, que era de dónde venía la música.

Vio la espalda de su hermano, su mente se nubló, solo pensó que estuviera besando a Danna y toda su visión se tornó color rojo.

__¿Que demonios te pasa imbécil?__Gritó y se le fue a los golpes.

Danna soltó la charola y corrió hacia Jade.

__¡¡No puedes ser más idiota David !!, aghhh, como siempre, tienes que arruinar todooooo.

Se había equivocado, golpeó a su hermano por celos.

Emilio se levantó del suelo y le dio la mirada más profunda, cargada de odio, rencor y envidia que jamás le había dado.

__No vuelvas a tocarme David, nunca más.

La seguridad de Danna llegó rápido hasta ella.

__Saquen a este hombre de mi casa, jamás volverá a poner un pie aquí, ¿lo entienden?.

__Si señorita.

Rosalinda bajó en cuanto oyó el escándalo.

__Danna ¿estás bien?, tú de nuevo, mañana quiero todas las llaves de todas las casas en mi oficina, ¿qué es lo quieres David?, dale el maldito divorcio a mi hija quédense con todo pero déjala en paz....__Tenía un leve tono de decepción en su voz.

David sintió un profundo dolor, Rosalinda estaba dispuesta a perder todo por la libertad de su hija.

Era la demostración de amor que el jamás vió.

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