Capítulo 18

Narra Mateo

El fin de semana hablé con mi padre de los cambios que voy a realizar en mi vida y al parecer le agrado la idea, hasta me autorizó el dinero para comprar el departamento y me felicitó por lo organizado que había realizado todo, hasta se sorprendió por que le comente que había pedido ayuda para realizar todo ese presupuesto.

Esta semana ya tendré mi departamento de soltero y eso me emociona muchísimo.

Desde el viernes he estado conversando con la amiga de Natalia con Lucía y es una chica muy interesante, es muy agradable y puedo hablar con ella fácilmente de cualquier cosa.

El lunes y el martes pasan con total normalidad, el miércoles estamos esperando que llegue Natalia y no llega, es extraño porque ella siempre es puntual.

Narra Carlos

Estoy en clases y es extraño que Natalia no haya llegado, le pregunto a Lucía si sabe algo de ella y me dice que puede suceder que tenga migraña, suele tenerla a veces y no va a clases.

Le escribo a Alberto para que le envíe un mensaje porque perdí su número al dañarse el otro teléfono.

Espero un rato e intento concentrarme en la clase que estoy viendo, pero lo único que hago es ver su asiento vacío.

Termina la clase y salgo a buscar a Alberto a ver si sabe algo mientras llega el otro profesor.

Lo veo y me acerco a él, me dice que tuvo que hablar con su mamá y le dijo que ella había quedado en casa con una migraña horrible, que a ella le da cada cierto tiempo y debe estar durmiendo, por eso es que no contesta el teléfono.

Nos ponemos de acuerdo para ir a su casa luego de clases, vemos a Mateo y le informo lo que hemos planificado.

Nos dice que se anota y se devuelve a sus clases.

Se terminaron las clases y me extrañó que estaba Lucía preparada para ir a casa de Natalia, ella se fue con Mateo.

Mateo y yo llegamos a su casa, Alberto llegó unos minutos después, fue donde la madre de Natalia a buscar las llaves de la casa, que confianza tiene con esa señora.

Subimos a su casa y el abre la puerta con toda la confianza del mundo, pasa y veo que entra se dirige a una habitación para luego volver a salir.

Alberto: Natalia está dormida

Carlos: ¿tu como sabes cual es su habitación?

Alberto se me acerca y me dice: si hubiera pasado algo te apuesto que te habría avisado a ti primero y en persona para ver tu cara

Carlos: muy gracioso, no creo que puedas pasar de ser un amigo de la familia

Alberto: pero por lo menos tengo la confianza de entrar a su casa, sino fuera por mi no estuvieras aquí.

Le habíamos comprado unas pastillas, una sopa y un peluche con un globo enorme que dice mejórate pronto.

Carlos: no es por querer salir corriendo pero tengo que ir a trabajar

Alberto: yo también, no sería bueno que alguien se quedara con ella

Los dos volteamos a ver a Mateo y a Lucía que al parecer estaban en otro mundo ellos hablando.

Alberto: ¿tu tienes algo que hacer hoy? La respuesta es no y te vas a quedar aquí con Natalia para que nos avises como sigue y quedas con buena compañía

En ese momento Carlos y yo nos vamos a trabajar

Narra Mateo

Me quedo en la casa de Natalia con Lucía, pasamos la tarde hablando y de pronto vemos que Natalia se ha levantado, tiene mala cara.

Lucía se levanta rápidamente y la saluda, la abraza preguntandole como sigue, a lo que ella responde que mejor.

Ve el peluche y el globo lo que la emociona, yo me levanto y la abrazo para saludarla entregándole las pastillas y la sopa.

Ella me lo agradece y se va a la cocina a calentar la sopa, dice que no ha comido nada en todo el día.

Nos ofrece café, Lucía se va a la cocina y monta café mientras la acompañamos a comer, se toma la sopa y luego se toma las pastillas con un café.

Se va a dar un baño y al salir se ve con mejor cara, nos ponemos a ver televisión y cuando ha pasado un rato noto que se quedó dormida.

Recibo una mensaje de los muchachos preguntando por ella y les mando una foto donde aparece dormida, comentándoles que ya comió y se tomo una pastilla.

Pasan las horas y vemos que llegan Carlos, Alberto y la madre de ella, su mamá se acercó y la despertó.

Saludó a todos con cara de sueño, su mamá comenzó a realizar la cena mientras nosotros estábamos hablando con ella, tenía mucho mejor cara.

La cara de su mamá era un poema, parecía que nunca había tenido tanta gente en su casa y se le veía contenta.

Cuando estuvo lista la comida cenamos todos en una mesa super pequeña, hubo que buscar sillas en las habitaciones para sentarnos, pero fue bastante agradable el momento.

Al terminar la cena nos fuimos Lucía y yo, quedándose Carlos y Alberto haciendo la visita.

En ocasiones me gustaría deshacer esta apuesta, no me gustaría que todo se supiera y perder a Lucía, ella está comenzando a hacerme sentir cosas que no había sentido antes y me agrada sentirme así.

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