Capítulo 1 - presentación

Mi nombre es Natalia, tengo 22 años y estoy en el último año de contaduría publica en la universidad, puedo decir que soy una chica normal, común y corriente.

No soy de esas mujeres que están pendientes de estar maquilladas o de las que usan la ropa de moda, soy bastante sencilla, me siento cómoda con unos jeans, una franela y unos zapatos deportivos, uso lentes por obligación no como otras que se los colocan por moda.

Suelo llevar mi cabello recogido en una cola o en una trenza, ya que suelo salir apurada en las mañanas de mi casa, puesto que vivo algo lejos de la universidad y no tengo carro.

Tengo el cabello castaño y largo hasta la cintura, mi piel es clara sin ser tan blanca y mis ojos son de color miel, tengo una buena figura aunque no la muestre.

Estudio en la mejor universidad de la ciudad porque conseguí una beca completa y debo mantener unas notas excelentes para conservarla, lo que no se me hace difícil ya que siempre he sido buena estudiante.

En las tardes trabajo en una firma de contadores como transcriptora de datos para poder ayudar a mi mamá con los gastos de la casa.

Mi padre murió hace cinco años por un accidente de tránsito, perdió el control cuando iba manejando bajo la lluvia al salir del trabajo, lo que hizo que nuestra vida se hiciera bastante difícil ya que él era quien mantenía la casa y cuando él falleció mi mamá y yo tuvimos que salir a trabajar para mantenernos.

Por lo que últimamente o estoy trabajando o estoy estudiando, mi madre me dice que debo salir a disfrutar con mis amigos porque soy joven, pero tengo que estudiar debo conservar mi beca y graduarme con honores para poder acceder a un buen cargo en la firma donde estoy trabajando.

Nunca he tenido novio, bueno hace algunos años antes de que muriera mi padre salía con un chico, pero no llegamos a nada él solo quería sexo y yo no me sentía preparada para eso.

Un día llego a la universidad y pude notar que habían llegado los populares, esos que integran el grupo élite, los que más dinero tienen y los que pasan las materias por los favores que les hacen a los profesores.

Paso por su lado como siempre y pude notar como uno de ellos se me queda viendo y me guiña un ojo, yo lo miro extrañada y puedo ver una gran sonrisa que muestra en su rostro, de verdad que ese hombre parece todo un modelo, es alto, blanco, cabello negro, ojos grises y un cuerpo espectacular que debió haber sido elaborado por los mismos dioses.

Yo volteo y sigo mi camino a mi salón ya que debo repasar algunas cosas para la clase de hoy, tengo un examen y necesito pasarlo con la mejor nota.

Estoy concentrada en mis cosas y veo como el mismo chico atractivo se sienta a mi lado y me pide un lápiz prestado, yo lo miro extrañada y le presto uno, después de eso no puedo concentrarme y hago como que estoy leyendo mis apuntes.

Pero siento que me están mirando, volteo y puedo verlo mirándome fijamente, sé que se llama Carlos, es lo único que sé ya que hemos visto varias materias juntos y es la primera vez que voltea a verme en todo este tiempo.

Puedo notar que llega el profesor y comienza la clase.

Al terminar salgo del aula para ir al baño y veo como otro de los chicos populares me saluda, este es Alberto quien es rubio, tiene los ojos azules y unas hermosas pestañas, es bastante alto diría que más que Carlos y también está buenísimo.

Yo lo veo, miro a los lados y sigo caminando, es extraño que me salude por lo que lo ignoro y voy al baño.

Cuando salgo está en la entrada del baño y me pregunta mi nombre, yo le contesto y sigo caminando de regreso a mi salón de clases.

El día sigue pasando, termino de ver mis clases, voy saliendo para comer y luego dirigirme a mi trabajo como todos los días.

Al salir de la universidad estoy en la parada del autobús y pasa otro chico que no se como se llama, pero es del grupo de los populares también y detiene su auto frente a mi, baja la ventana y se ofrece a llevarme a donde vaya.

De verdad que algo extraño esta pasando hoy, esos hombres nunca habían volteado a verme y ahora hasta quiere darme la cola.

Yo le digo que gracias que no se preocupe por mi pero puedo llegar por mis propios medios a mi lugar de trabajo.

En ese momento llega el autobús, me monto y me voy, me siento en el lado de la ventana y voy pensando en lo que me ha pasado hoy, es extraño que esos chicos me hayan dirigido la palabra ya que no soy del tipo de chica que ellos suelen tratar.

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