CAPITULO 4

No saben lo que se siente estar solo, sin apoyo de nadie, tener un mayor sueño, el de poder ser alguien en la vida, aveces me preguntaba;

- Si nadie ve que estás ahí, de nada sirve levantarse toda las mañanas y ser puntual para las clases, si nadie ve tus logros.

Puedo sacar miles de calificaciones buenas, pero a quien se las dedico, no tengo amigas, no tengo novio, no tengo verdaderos compañeros de escuela. Y mis padres, es como si no tuvieran. Me levanto aveces sin ánimo, sin deseos de asistir a la escuela, pero igual es preferible estar en ella rodeados de gente que te ven como si no existiera a estar sola en casa. Entre cuatro paredes.

Llegó el día de mi graduación no estuvieron mis padres como siempre sospeche que sería, guardaba la esperanza pero fue en vano, yo veía como mis compañeros llegaban con sus padres, hermanos felices, orgullosos de sus hijos y hasta los premiaban con algún obsequio de parte de ellos, cómo flores, chocolates, globos y lo más importante besos, abrazos y mucho amor.

Recuerdo a ver escuchado a la mamá de Iris decirle;

- Y esa niña con quién viene?. A caso no tiene papás?

Y ella dijera con voz burlona;

- Ella es nadie, nadie la quiere, no tiene familia, por eso está sola es la invisible. Ni su propios padres la quieren.

Mamá de Iris: ay no que feo caso!, Lo bueno que tsi tienes quien te quiera mi vida.

Se me hizo un hueco en el corazón oír esas palabras, y estuve apunto de salir corriendo pero para mí mala suerte, mencionaron mi nombre en la mesa del presidium así que me sequé las lágrimas y me dirigí por mi certificado, en el trayecto senti que alguien tomo mi mano y sin voltear a ver recibí mi certificado, y al bajar alze a ver quién era y ahí estaba él, Jorge, tan guapo como siempre, me puse roja de lo mismo y solo alcance a decirle gracias, mientras escuchaba como las demás chicas le decían que por qué lo había echo y el solo dijo que por lástima. Mi tristeza siguió así que salí de ahí, no espere más.

Me dirigí a casa, me quite mi uniforme y me quedé viendo hacia el techo, pensando lo de siempre mejor dicho preguntándome porque yo?, Porque me pasaban estás cosas a mi?.

Empecé a imaginar muchas cosas bonitas, entre ellas ver a mis padres más atento de mi, tener tan siquiera una amiga en la escuela, carajo que fuera tomada en cuenta, no ser excluida.

Llegó el momento de entrar a la universidad, así que se me vino la idea de estudiar en otro lugar, en otro país, cómo por ejemplo Canadá, me gustaba los idiomas y sin alagarme, siempre sacaba 10 en inglés, así que investigue todo sobre Canadá y me apunte para una beca para estudiar haya en Harvard, hice el trámite en línea y solo me quedaba esperar a ver qué pasaba.

Mientras me conseguí un trabajo en una biblioteca, atiendo al cliente a los lectores que ahí llegaban, no ganaba mucho pero me servía para pasar el tiempo, las personas seguían ignorandome y rechazandome por mi apariencia, pero le empecé a dar menos importancia a todos. Todo marchaba bien, yo trabajaba y con mi sueldo la mayor parte lo ahorraba para cuando me dieran la beca y tuviera que irme a Canadá, sabía que me ilusionaba a lo tonto pero aún así no perdí las esperanzas.

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