ADAPTÁNDOME

No entiendo a los autores de estos libros, siempre todos los hombres se tienen que enamorar de la protagonista, aveces envidio a la protagonista, lo que haría yo con varios hombres en mi cama - decía Ingrid, cuando terminaba de leer el libro "DULCE ENCANTO"

- Podrías decir tus pensamientos para ti misma, esto es una biblioteca - La regaño la bibliotecaria.

Ingrid no le respondió solo puso el libro en su lugar y se dispuso a salir de la biblioteca, mientras iba de camino a su casa la cual ella odiaba llegar ya que solo la esperaba la soledad... Ingrid solo se tenía a ella misma con 25 años había perdido a sus padres, le gustaba ir a refugiarse en la biblioteca después del trabajo. Mientras iba en camino pensando en el libro que había leído no miro que el semáforo estába en verde y cruzo la calle... Después sintió un fuerte golpe y todo se volvió oscuridad.

- Señorita... Despierte por favor, hay que organizarla - decía una voz

- Organizarme... Tan grave estoy que me tienen que organizar para operarme - dijo Ingrid aún con los ojos cerrados

- No se de lo que está hablando señorita, pero su padre nos pidió que la organizaramos de inmediato - volvió a decir aquella voz.

- Mi padre... Pero si el murió, espera porque no me duele nada - dijo ingrid abriendo los ojos, encontrándose en habitación antigua y una mujer al lado de ella vestida de servidumbre.

- Por fin señorita!! Vamos tenemos poco tiempo - dijo aquella mujer, sin darle tiempo de reaccionar ya estaba en el baño siendo bañada por aquella mujer, después la saco de allí y la vistió y después la peinó.

- Esto es un sueño verdad... Voy a pellizcarme y despertaré en el hospital donde debo de estar - dijo Ingrid pensando que estaba soñando, pero al momento de hacerlo seguía en la misma habitación.

- Señorita Angelina hoy si que se levantó más rara de lo normal - dijo aquella mujer mientras le peinada el cabello.

- Angelina... Espera tú vestida así, este cuarto, este cuerpo - decía Ingrid mientras se miraba en el espejo.

- Solo falta que aparezca un dragón y me la termino de creer - dijo riéndose.

- Me llamaste ama... - dijo un dragón apareciendo en su ventana.

- Hahaha... Un dragón, un dragón, corre desconocida... - le dijo Ingrid a la mujer que antes la estaba peinando.

- Angelina comportate... Tú padre está afuera esperándote y tú acá jugando con tu dragón, es hora de irnos - dijo aquella mujer cogiendo de la mano a Ingrid para salir de la habitación. Afuera la esperaba un hombre en un carruaje.

- Angelina porque te haz demorado tanto - le dijo apenas la vio llegar.

- Perdón duque pero la señorita Angelina no durmió bien anoche y casi no despierta - dijo aquella mujer.

- Está bien vamos, sube que se nos hace tarde - dijo el hombre, Ingrid solo obedeció tenía mucha información que procesar, mientras iba en el carruaje, pensó en todo lo que había pasado desde que desperto.

- Todo esto se parece mucho a la novela que leí en la biblioteca, no puede ser que haya reencarnado en ella y lo peor en la villana yo y mi mala suerte - decía Ingrid en sus pensamientos mientas hacia gestos de tristeza.

- Que es lo tanto que estás pensando - dijo el duque al verla hacer esos gestos

- Emm... Nada, nada - respondió Ingrid.

- ¿Hacia dónde vamos padre? - le pregunto Ingrid.

- ¿Como que adónde vamos? Tu misma me dijiste llorando todo lo que él principe te hizo y vamos hacia donde el emperador arreglar el problema - le dijo el duque.

- Hay no... La historia ya va así de avanzada - se dijo así misma Ingrid.

Después de unas horas estaban entrando al Palacio el cual era bastante grande, Ingrid podía ver todos los guardias que habían desde la entrada hasta el Palacio al llegar bajo con la ayuda de su padre del carruaje y pudo ver las miradas de asco y rabia que le transmitían todos los que la miraban.

- Mírala ya debió quejarse con su padre y ahora viene a armar más problemas - decían los sirvientes del palacio, Ingrid pudo escuchar todos esos rumores.

- De verdad que se hacía odiar Angelina... - se dijo así misma.

- Atención!!!! El duque Óliver y la señorita Angelina están aquí - dijo un guardia, las puertas se abrieron y entraron el duque y Angelina.

- Sean bienvenidos al Palacio - dijo el emperador.

- Larga vida a su majestad - dijeron al mismo tiempo Angelina y el duque, gracias a los recuerdos del cuerpo de Angelina sabía cómo comportarse.

- Duque dígame qué es eso tan grave que tenía que decirme - le pregunto el emperador, a su lado está a su hijo preparado para recibir su castigo mientras miraba con odió a Angelina. El duque iba hablar pero Angelina lo interrumpió.

- Majestad creo que mi padre ha exagerado un poco las cosas, lo único que venimos a decirle es que ya mi padre no tiene intenciones de oficializar ningún compromiso con el principe, nuestra familias seguirán llevándose de la manera de siempre - dijo Angelina, haciendo que el principe Dylan se sorprendiera por sus palabras.

- ¿Es cierto lo que dice su hija, duque? - le dijo el emperador, el duque miro a su hija enojado pero está solo le hizo pucheros y decidió hablarlo con ella a solas.

- Es cierto su majestad, si asi usted lo desea - respondió el duque.

- Pues si ustedes están de acuerdo no veo porque oponerse, está bien el compromiso no se hará - dijo el emperador.

- Gracias su majestad, nos retiramos - dijeron al mismo tiempo el duque y su hija para después salir de aquel salón.

- Padre, no creo en las palabras de ella quien sabe que está tramando en contra mío - le dijo el principe Dylan a él emperador.

- Deja de decir estupideces, agradece que no vinieron a poner problema por lo que le hiciste a la señorita Angelina, por fin se hizo lo que tú querías así que deja de molestar - dijo el emperador un poco enojado

- Me retiro padre - le dijo el principe Dylan, el emperador asíntio con la cabeza, indicándole que podía marcharse.

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