Capítulo 11: Matrimonio Parte 1

Como lo indicó, el emperador envío a una dama noble a la residencia Baldit. Está dama era Serafine Blum. Dueña de la boutique más famosa del imperio Sena. Además solo ella podía encargarse de los atuendos para la familia imperial. Pero ella llegaría con un invitado inesperado.

—Señorita, mi nombre es Serafine Blum. Su majestad el emperador me envió para aquí para confeccionar el vestido de bodas que usará.

—Muchas gracias por venir. Pero... su excelencia Felipe también está aquí?

—Señorita Baldit, o debería llamarla "esposa" ¿ahora?

—Aún no estamos casados su excelencia. Por favor mantenga sus modales. Hay otra dama presente.

—Jajaja. Está bien. Solo porque tú lo dices.

—Muy bien, pero su excelencia ¿a que debo su visita?

—Disculpe señorita, pero su excelencia también se probará hoy su traje para la ceremonia.

—Así es señorita Phenia, quiero que nosotros llevemos vestuarios a juego. ¿Así no nos veremos más enamorados cuando hagamos los votos matrimoniales?

—Ah ya veo...

—No se preocupe señorita Phenia es común la combinación de vestuarios en pareja. Además el emperador ordenó que los vestuarios sean de la misma tela.

—Entonces entremos. Pase porfavor mi habitación se encuentra de este lado.

La madre Phenia que se encontraba esperando la llegada de la señora Blum con ella, también las acompañó para la prueba de vestuario. En ese momento el padre de Phenia y su hermano no se encontraban en la residencia. Cuando Phenia dijo pasen, no especificó quienes. Así que Felipe naturalmente entraría a su habitación. Madame Blum se daría cuenta y detendría a Felipe.

—Disculpeme su excelencia pero usted no puede pasar. Haré la prueba de vestido para la señorita. Usted puede esperar en la otra habitación. No sé preocupe ya dí órdenes específicas a mi asistente. Su traje estará listo pronto.

—Madame Blum no sea tan dura conmigo. Me sentiré solo en la otra habitación. ¿Qué opina mi esp–, digo la señorita Phenia? Las palabras Felipe eran sutiles bromas picantes.

—Ah... Phenia estaba cansada de seguirle la corriente a Felipe. Después de todo tenían que aparentar. Permitiría a Felipe estar en la habitación pero sin antes recordarle su espíritu libre.

—Su excelencia puede permanecer en la habitación. No es como si no hubiera visto el cuerpo desnudo de una señorita. El circulo social es así después de todo.

—Pero señorita aún así, mientras que una pareja no se encuentre casada, un hombre y una mujer no pueden estar a solas en una habitación.

—No se preocupe Madame Blum,su excelencia permanecerá del otro lado del vestidor. Y prometerá no actuar vergonzosamente. ¿no es así su excelencia?

—Hump! Es cierto Madam Blum. Yo... prometo comportarme. Felipe pronunció esa última frase con picardía nuevamente. Cómo si la rompería en cualquier momento.

—Bien. Siga a mi asistente su excelencia. Y no se preocupe ya dí órdenes para que todo vaya perfecto para usted.

—Bien bien...Pero antes...

Felipe había visto a la madre de Phenia. Y para no dejar cabos sueltos, la saludó al terminó de la conversación diciendo:"Señora"

Felipe tomó la mano de la madre de Phenia, la acercó a su rostro y la besó con cortesía. "Perdone mis modales, no la ví hasta que entre en su residencia"

—Esta bien su excelencia, no se preocupe. La madre de Phenia contestó con nerviosismo y cautela. "Sigan porfavor".

—Señorita comenzaremos por tomarle sus medidas. Extienda sus brazos porfavor.

—Sí.

Así es como se empezó a trabajar en el proceso de confección para el vestido de Phenia. Feminidad, sutileza, brillo esos serían conceptos que Phenia elegiría para su vestido. Phenia tenía un cuerpo delgado pero esbelto. Sus proporciones hacían juego con cada vestido que se pusiera. Su piel blanca iluminaba los vestidos oscuros.

El vestido elegido será de fina tela de seda floral blanca con encaje. Se entallará a su cuerpo a para dar conocer que fue confeccionado directamente sobre el. No llevará un cuello alto, para lucir su esbelto cuello y un escote femenino. Las delicadas mangas julieta cubrirán por completo sus brazos. Los pliegues sobre su delgada cintura serán cubiertos con tela fina transparente bordada darle volumen y un sutil movimiento. Pequeñas rosas blancas se bordarán sobre todo el vestido sin opacar el frente. El velo de encaje Guipur aumentará el misterio a la hora de caminar.

Phenia tenía puesto el vestido elegido. Al otro lado Felipe escuchó los susurros de las asistentes hacía Phenia, y le dió curiosidad saber porque lo hacían. Felipe echo un vistazo hacía al otro lado, y sus ojos siguieron aquella hermosa silueta vestida de blanco. Phenia lucia perfecta en aquel vestido. Y Felipe así lo pensó:

—Debo admitir que se ve hermosa, su simple apariencia sobresale. "Pero todo esto es una farsa" "Ella no es nada para mi"

—Su excelencia por favor no se mueva.

Los asistentes de Felipe aún no terminaban con el, su traje a medida era difícil. Debido a el cuerpo fornido de Felipe. Sus marcados músculos habían crecido y las medidas tenían que tomarse nuevamente, para asegurar la talla indicada. Su altura era otro problema del cual encargarse.

Felipe llevaría un traje blanco estilo Chaqué. Con una camisa de dobladillo.Su corbata será un bordado floral que hará juego con el encaje del vestido. Chaleco en corte "V" para resaltar el pecho. Y saco a la medida. La camisa tendrá el detalle de doble puño, para llevar un par de gemelos en ello. El traje de Felipe se culminó exitosamente, y a un hombre como él, simplemente le quedaba perfecto.

Los asistentes habían terminado su trabajo, y rápidamente informarían a Madame Blum.

—Madame Blum, el traje de su excelencia está listo, ¿desea verlo?

—Su excelencia porfavor venga aquí, necesito cerciorarme que el traje sea de su agrado.

Felipe caminó hacia el lugar designado para Phenia. Felipe encajaba perfecto con el traje. Y Phenia se daría cuenta de eso. Pero Felipe solo era un hombre más ante sus ojos.

—¿Y bien señorita Phenia, que le parece?

—Se ve muy guapo su excelencia. Dijo Phenia. Aunque era cierto ella no lo sentiría así.

—¿Le incomoda en algún lugar su excelencia? Preguntó Blum.

—Para nada. Está perfecto para mí, pero no quiero opacar a mi querida Phenia. Las palabras picantes de Felipe durarían hasta el final. Pero Phenia simplemente las dejaría pasar.

—............

—Muy bien. Eso sería todo señorita Phenia. La joyería la elegirá su alteza la emperatriz, es por eso que cambiará su atuendo en su palacio el día elegido. Además su majestad el emperador me encargo decirle que su alteza la emperatriz es quién la bendecirá antes del comienzo de la ceremonia. Para su excelencia será lo mismo, los gemelos que usará los elegirá el emperador, también los broches y cadenas que llevará en el traje.

—Esta bien, lo entiendo.

—Me despido hoy. Pero la veré en el palacio de su alteza la emperatriz el día de la ceremonia.

—Sí, comprendo.

Felipe pondría en marcha su última carta. Felipe se acercó a Phenia se inclinó ligeramente hacia ella y repetiría el acto que hizo en Hell. Susurraría con una voz ligeramente alta al oído derecho de Phenia: "Nos vemos dentro de unas semanas querida esposa". Dijo Felipe.

Pero Felipe no esperaba lo que Phenia haría. Felipe vestía un traje simple, tenía la camisa semi abierta, Phenia se percató de esto. Tomaría una parte del cuello de la camisa y la jalaría hacia ella y con un rostro sombrío pero amable contestaría a Felipe: "Nos vemos en la ceremonia, futuro esposo"

Felipe sonrió frívolamente y dijo: Entonces nos retiramos.

—Que tenga un buen viaje Madame Blum.

*Reverencia"

Felipe también se despediría con picardía de la madre de Phenia: "Señora, fue gustó verla".

—S-sí su excelencia.

*Reverencia*

Madame Blum y Felipe montaron el lujoso carruaje imperial enviado y partirían.

•••

⚜️La prueba del vestido para la ceremonia había terminado. Y Phenia se sentía agotada. No esperaba la presencia de Felipe y sus acciones descaradas frente a Madam Blum. Pero no todo fue cansado, ya que las acciones de la pareja serían informadas al emperador, así que esté sería engañado a la perfección.

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