Capítulo 18

Adam Becker

-¿Una mamá del bebé?

Abigail

-Sí, un hermanito o hermanita para ti.

Adam me toca el vientre y acerca su cabeza a él, poniendo su oído en mi vientre, como si quisiera escuchar algo.

Adam Becker

-¡Hey baby!

Abigail

Me quedo hablando un poco con Adam, le doy un baño y lo pongo a dormir, voy a la habitación, me ducho y me cambio de ropa, para volver al hospital.

Dejo a Adam con mi madrina y le pido al ama de llaves que se ocupe de todo y especialmente de Adam durante mi ausencia.

Me subo al coche y el conductor me lleva, voy todo el camino, pensando en todo lo que está pasando.

💭Dios, te pido que cuides a Apolo, no lo dejes morir.💭

Al cabo de unos minutos, Abigail llega al hospital y se dirige hacia Frank y Clara.

Frank

-Abigail, el médico ha venido antes para decirnos que la operación va según lo previsto.

Abigail

-Gracias Frank y Clara, creo que será mejor que os vayáis, yo me quedaré aquí para cuando lleven a Apolo a su habitación.

Miro el reloj y ya han pasado siete horas desde que entró en el quirófano.

Enfermera

-¿Es usted la enfermera que acompaña a Apolo Becker?

Abigail

-¡Sí!

Enfermera

-Acaba de salir del quirófano y ya está en su habitación, sólo le pido que espere al Doctor, vendrá a hablar con usted y luego podrá ir a su habitación.

Abigail

-Gracias.

Espero y cada minuto que pasaba y veía pasar a un médico, me ponía muy ansiosa y nerviosa, necesitaba noticias, necesitaba estar cerca de Apolo, voy a la recepción, pregunto por el médico, entonces escucho la voz de alguien que me llama.

Cuando me doy la vuelta era un señor que parecía tener unos setenta años, probablemente era el médico, ya que llevaba una bata de laboratorio.

-Hey Doctor, ¿está bien Apolo?

Doctor

-¿Estás emparentado con él?

Abigail

-Soy su esposa.

Doctor

-Su esposo, en este momento se encuentra en coma, ya que el disparo fue en la cabeza, que por suerte logré sacar el proyectil, pero como perdió mucha sangre, tendremos que esperar hasta que pueda volver del coma, lamentablemente no tenemos forma de saber cuánto tiempo estará inconsciente, como sucedió en su caso de tener un traumatismo de cráneo.

Abigail

-¿Puedo verlo?

Doctor

-¡Puedes hacerlo!

Llamo a la enfermera y le pido que te lleve a la habitación 209, donde está tu marido.

Abigail

Entro en la habitación, le doy un beso en la mano a Apolo y me quedo cogiendo su mano, dejo que caigan las lágrimas, mientras hablo:

-¡Apolo! ¡Apolo! Necesito que seas fuerte, necesitas serlo, los tres necesitamos que luches, no dejes de vivir. Te quiero.

Acerco mi cabeza a su corazón y lloro abrazándolo.

Después de un mes...

Era sábado por la mañana y Abigail estaba con Adam en la mansión, desayunando, todas las noches las pasaba junto a Apolo y por la mañana se quedaba con Adam.

Adam Becker

-Mamá, extraño a papá.

Abigail Miller

-Conozco a mi pequeño, no puedo llevarlo a ver, pero podemos hacer una hermosa tarjeta para él.

Miro a Adam que llora en silencio, lo abrazo y le limpio las lágrimas.

-Estará bien hijo. Sé que le echas de menos, pero no puedes ir al hospital, te prometo que mañana por la mañana le pediré al ama de llaves que te enseñe a papá en una videollamada para que puedas verlo.

Adam Becker

-¿Lo prometes?

Abigail

Me miró con sus ojitos llorosos, esperando una respuesta mía.

-Lo prometo, mi pequeño.

El día fue pasando y ya era por la tarde, cuando dejé a Adam en la cama, durmiendo, y fui a mi habitación, me duché y me cambié de ropa. Suena mi teléfono móvil y enseguida contesto.

📱¿Hola?

Enfermera

📱-Señora Abigail, buenas tardes, soy la enfermera Ana, le llamo para informarle que su marido ha despertado del coma, el médico le está haciendo las pruebas y ya ha preguntado por usted.

Abigail

📱-Muchas gracias por llamar, ya salgo de casa y voy a llegar pronto.

Cuelgo el teléfono, cojo mi bolso, paso por la habitación de Adam, cojo la tarjeta que ha hecho, le doy un beso que todavía está durmiendo y bajo, subiendo al coche, conduzco hasta el hospital.

Todo el camino me alegro de saber que despertó, todo el camino me pareció largo, hacía un mes que recorría este mismo camino, cada vez que iba al hospital, pronto llegaba, pero mi ansiedad por estar junto a él hoy era inmensa, el tiempo parecía haberse detenido, y me encontraba en cada semáforo en rojo del camino imaginando que el siguiente semáforo estaría en verde, después de unos minutos que me parecieron horas, llegué frente al hospital, aparqué el coche y subiendo, me dirigí hacia su habitación.

Al llegar a la puerta de su habitación, entro y nos miramos, quería ver la expresión de su cara, antes de besarlo.

Mi corazón se aceleraba, parecía que lo que me hacía sentir viva era simplemente tener su mirada, dirigida a la mía.

Apolo Becker

-¿Quién eres?

Enfermera

-Sr. Becker, esta es su esposa.

Abigail

Le miré sonriendo. Pensé que era una broma suya, pero su mirada ya no era la misma que cuando llegué, parecía no reconocerme.

Apollo Becker

-No es mi mujer, conozco a mi mujer e incluso puede parecerse un poco a ella, pero no es ella.

Enfermera

-Voy a llamar al médico, puede estar confundido.

Abigail

-Apolo, ¿no recuerdas nada?

Apolo Becker

-¿Dónde están mi hijo y mi mujer?

Abigail

Mirándole, dejé que las lágrimas corrieran por mi cara.

Doctor

-Señorita Abigail, buenas tardes.

Hablo con Apolo y lo examino, sólo muestra pérdida de memoria.

-¿Cómo se llama su esposa Apolo?

Apolo Becker

-Mi mujer se llama Áurea

Doctor

-Apolo, su esposa se llama Abigail.

Miro a su mujer y me llama para que salga de la habitación.

Abigail

Fuera de la habitación con el médico, hablo:

-Aurea era el nombre de su difunta esposa, cuando lo conocí ya era viudo.

Doctor

-Entonces lo que le ocurre, lo llamo amnesia anterógrada, sólo puede recordar el pasado.

continua...

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