capítulo 13

Mientras tanto en la empresa de Paulo en Alemania...

Clara Soares

Entro en el despacho de Paulo.

-¿Dónde está Abigail?

Paulo Soares

Me doy la vuelta limpiando mis lágrimas.

-Se acordó de mí, pero todavía quería quedarse con Apolo.

Clara Soares

-Lo siento, hermano mío.

Paulo Soares

-Vuelvo hoy a Brasil. Yo también compré tu billete.

Clara Soares

-¡Muy bien!

Paulo Soares

Oigo que alguien llama a la puerta.

-¡Entra!

Frank

-¡Hola! Buenos días.

Paul

-¡Hola! Buenos días.

Frank

-¿Has hablado con él Clara?

Paulo Soares

-¿De qué?

Frank

Miro a Clara, que se pone roja.

Clara Soares

-No es nada.

Frank

-¿Así que mi propuesta no es nada?

Paul Soares

-¿Estáis saliendo?

Clara Soares

-¡Sí! He venido a decírtelo, pero he pensado que era mejor no decir nada más.

Paulo Soares

-Me alegro por ti hermana, Frank es un buen hombre.

Los abrazo a los dos y salen de la habitación, después de decirle a Clara que no hace falta que vuelva conmigo a Brasil.

Estoy a punto de salir y aparece mi secretaria informándome de que hay una mujer que quiere hablar conmigo y le pido que pase.

Sabrina

-Hola Paulo.

Paulo Soares

-¿Te conozco?

Sabrina

-En realidad, sólo tenemos algo en común.

Paulo Soares

-¿Qué quieres entonces? Te pido que seas breve, tengo que viajar pronto.

Sabrina

-¿Cuánto quieres a Abigail?

Paul Soares

-¿Qué interés tienes en conocer mis sentimientos?

Sabrina

-Depende de tu respuesta, al fin y al cabo soy yo quien ha acudido a ti.

Paulo Soares

-Te quiero, pero no puedo obligarte a sentir lo mismo por mí.

Sabrina

-Me llamo Sabrina, era la novia de Apolo hasta que llegó su prometida y cambió todo lo que sentía por mí, así que ahora están a punto de casarse.

Paulo Soares

-No creo que me conozcas Sabrina, no soy ese tipo de hombre. Para mí, si el amor no es verdadero y recíproco, no vale la pena luchar por él.

Sabrina

-¿Quieres decirme que no estás dispuesto a luchar por la persona que amas? Por eso no te quería, eres débil.

Paulo Soares

- Tus insultos no cambian mi carácter, ahora si me disculpas, quiero que te vayas de mi compañía.

Sabrina

-No te necesito para nada, fue un error perder mi tiempo viniendo a hablar contigo.

Paulo Soares

-Créeme, fue un error mayor para mí tener que escucharte.

Dejo la empresa y me voy directamente al aeropuerto.

Mientras tanto, en la mansión de Apolo...

Abigail Miller

Estaba tumbada a su lado, abrazada a su cuerpo.

-Apolo, estaba pensando, si yo no soy la tía de Adam, ella fue la que murió en el accidente de avión, ¿le dirás a Adam la verdad?

Apolo Becker

-Es demasiado joven, ya ha pasado por la pérdida de su madre, no pienso hablarle de su tía, al menos no ahora, cuando es feliz.

¿Lo entiendes?

Abigail Miller

-Sí, lo entiendo.

Apolo Becker

-Mi amor, quiero casarme cuanto antes, ¿podríamos casarnos mañana y dentro de un mes en la iglesia, qué te parece?

Abigail Miller

-Te quiero Apolo, lo que más deseo es ser tu esposa.

Apolo Becker

-Sabes que te amo, saber que me amas, sólo me motiva a querer estar a tu lado como mi esposa, ante la ley del mundo y ante Dios.

Abigail Miller

-Sé que fue difícil para ti conocer y ver la existencia de mi ex-prometido, no sabía que tenía un prometido, pero quiero que sepas que incluso cuando recordé su existencia, mi corazón seguía deseándote.

Apolo Becker

- Abigail, no puedo mentir que por varias veces temí que al recordar a tu ex, tus sentimientos por mí, fueran como un grano de arena arrojado al viento en el desierto, que nunca pudieras volver a encontrar, ya que yo era sólo una mota en tu vida, que de paso pasaba.

Abigail Miller

-No puedes ser un grano de arena en mi vida, desde que te conocí, no sé lo que es el desierto, pues vivo en el paraíso, donde tú eres la que se ha vuelto inolvidable y no hay otra palabra para describirte en mi vida como la que siento por ti. Eres mi amor y ni siquiera el recuerdo que me arrebataron, el accidente que resultó ser una tragedia, fueron capaces de hacer que nuestros destinos no estuvieran ligados el uno al otro. Por eso quiero que sepas que, pase lo que pase, trajiste a mi vida nuevos recuerdos, los mejores recuerdos que pude tener y tu amor es tan intenso y cálido, tu toque me hace sentir feliz, realizada y no puedo pedir nada más que largos años a tu lado, para que juntos, podamos dar amor a Adam y ser una familia.

Apolo Becker

Toco tu corazón y pongo tu mano sobre la mía y hablo:

-Abigail, te prometo que mientras mi corazón lata, haré todo lo que pueda para ser el mejor padre y marido que Adam y tú os merecéis.

Abigail Miller

Le toco el pecho, le beso el cuello, y él me tira encima, rozando sus labios con mi piel y bajando lentamente hasta que mi cuerpo se estremece

mi cuerpo se estremecía y sentía sensaciones de euforia y felicidad, él tocaba con sus labios y lengua, mi cuerpo desnudo, mientras me volvía loca de placer solo con su agarre en cada parte de mi cuerpo, hicimos el amor en la cama y luego en la bañera.

Apolo Becker

Después de hacer el amor, hablo:

-Mañana, después de nuestro matrimonio civil, quiero hacer un viaje contigo. ¿Dónde le gustaría ir?

Abigail Miller

-Quiero ir a Brasil, tengo que ver a mi madrina, puede que me necesite, no quiero que piense que estoy muerto.

Apolo Becker

- Muy bien, mi amor, mañana viajaremos a Brasil, como tú prefieras.

Mientras tanto, Paulo subió al avión y siguió pensando en todo lo que le dijo la mujer que fue a su empresa en Alemania.

Mel

-Disculpe, ¿le importaría cambiar de asiento conmigo? Es que mi hermano es más joven y es su primera vez en un vuelo.

Paulo Soares

Me pongo de pie, mirando a la chica que me resulta familiar.

Mel

-Paulo ¿eres tú?

Paulo Soares

-¡Sí! ¿Te conozco?

Paulo Soares

-¿Recuerdas el día en que una joven casi se cae por las escaleras en el instituto, cuando era apenas una estudiante nueva en el nuevo colegio, y un joven me levantó, evitando que me cayera? Ese joven era yo.

Paul Soares

-¿Eres Mel?

Mel

-¡Sí, ese soy yo! Vaya, pero te ves diferente.

Paul Soares

-No puedo decir lo mismo de ti, sigues siendo la misma que cuando te vi por primera vez, pero claro, ahora eres una mujer.

Continua...

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