Capítulo 12

Abigail Miller

Veo que Paulo viene hacia mí sin Apolo.

-Paulo, ¿dónde está Apolo?

Paul Soares

-Abigail, tenemos que hablar.

Le cuento todo y me mira sorprendida.

Abigail Miller

-Paulo, lo siento, pero no puedo quedarme contigo. Sé que éramos novios antes del accidente, es que después de todo lo que he pasado, no puedo olvidarlo.

Paulo Soares

-Sólo eres olvidadiza Abigail, pero un día tus recuerdos volverán y ¿qué harás?

Abigail Miller

-Yo, yo.

Apolo Becker

-Tiene razón Abigail, tienes que volver a Brasil con él, si fuera yo en su lugar, haría lo mismo.

Abigail Miller

-Necesitamos hablar con Apolo, a solas.

Apolo Becker

Miro a Paul, que me hace un gesto con la cabeza para que hable con ella.

Abigail Miller

Le cojo de la mano y le conduzco a una habitación del pasillo y le digo:

-¿Me amas?

Apolo Becker

-Abigail, por favor no hagas esto más difícil.

Dios, te quiero y me estaba destruyendo por dentro.

Abigail Miller

Me acerco a él, lo abrazo y le digo:

-Apolo te quiero, por mucho que tenga un pasado que no recuerdo, no quiero vivirlo, te quiero a ti, a nuestro hijo Adam.

Apolo Becker

-Abigail, no puedo hacer esto, ¿te imaginas cuánto debe haber sufrido tu prometido, pensando que estarías muerta?

Abigail Miller

-Lo siento mucho por todo lo que ha pasado y por lo que estás pasando ahora, pero lo único que sé con seguridad es que te quiero, y no quiero tener que alejarme de ti y de Adam.

Lloro mientras Apolo me toca la cara.

Paulo Soares

Yo estaba escondido, escuchando todo y oyendo de su boca que lo ama, me puso inmensamente triste, pero entiendo que no se acordaba de mí, así que me acerqué a ellos y les dije:

-Puedo quedarme aquí en Alemania unos meses, tú vives conmigo Abigail y puedes ver al hijo de Apolo, si no te acuerdas de mí, en seis meses me iré y olvidaré que una vez fuimos novios.

Lo hice porque no quería verla llorar más, no podía cambiar todo lo que vivía con Apolo que pensaba que era la tía de su hijo.

Apolo Becker

Le miro sorprendida, debe quererla tanto como para hacer esto por ella.

-¿Qué opinas Abigail?

Abigail Miller

-¿Podemos dormir en habitaciones separadas?

Paul Soares

-No haré nada, lo prometo, pero tendremos que dormir en la misma habitación, ya que quiero que te acuerdes de mí, estaremos cerca.

Ella acepta y después de la fiesta abraza a Apolo y se va conmigo.

Pasa un mes...

Apolo Becker

Este último mes ha sido duro, Abigail me llama todas las noches antes de acostarse y me ha dado miedo, porque no puedo olvidar que está viviendo con su prometido, no hago más que pensar que si se acuerda de él, yo seré sólo un momento en su vida.

Mientras tanto, en la casa que Paul compró en Alemania para vivir con Abigail...

Paulo Soares

Nos íbamos, hoy iba a ir conmigo a la empresa para ver si se acordaba de algo, ya que nos conocimos en el trabajo.

Abigail Miller

Al cabo de unos minutos estábamos en la empresa de Marketing de Paulo y todo me resultaba familiar, había una habitación mía en la empresa de Alemania, según él la utilizaba cuando tenía que venir a la sucursal de aquí.

Paulo Soares

Voy a la oficina de Abigail y la veo sentada en su escritorio sosteniendo un marco de fotos que tenía en su escritorio.

-Oye, ¿todo bien aquí?

Abigail Miller

-¿Quién es la señora que está a nuestro lado en esta foto?

Paulo Soares

-Es tu madrina, tus padres murieron de tuberculosis y ella es la que te ha criado.

Abigail Miller

Miro la foto y cierro los ojos, mis pensamientos se dirigen al pasado y veo a mi madrina diciendo que me cuidaría, que todo estaría bien, fue el mismo día que mis padres enfermaron, después de ese día, ya no vi a mis padres con vida.

Abro los ojos y Paulo estaba muy cerca de mí.

Paulo Soares

-¿Estás bien Abigail?

Hablé preocupado.

Abigail Miller

-Sí, acabo de recordar algo.

Paul Soares

-¿Te has acordado de mí, mi amor?

Hablo con mi cara cerca de la suya.

Abigail Miller

Estaba a punto de decir que no, entonces me besó.

Lo aparté de mí.

Paul

-Lo siento, pensé que te acordabas de mí.

Abigail Miller

Le miré y le dije:

-Cuando me besaste me acordé de ti.

Paul

-Entonces deja que te bese de nuevo para que tengas más recuerdos míos.

Abigail Miller

-Paulo, incluso después de nuestro beso, todavía no puedo olvidar...

Paul Soares

-¿Olvidaste a Apolo?

Abigail Miller

-Lo siento Paulo, no puedo dejar que sigas haciéndote daño, creo que es mejor que dejes de luchar por mí, eres un buen hombre, pero mi vida ha cambiado, todo ha cambiado y tú también tienes que seguir adelante.

Paul Soares

-Así que nunca me quisiste, ¿verdad?

Abigail Miller

-No puedes preguntarme eso, no puedo responder a esa pregunta.

Paul Soares

-Eres libre, Abigail, no te buscaré más, sé muy feliz.

Abigail Miller

-¡Adiós Paul!

Salgo de allí lo más rápido que puedo, tomo un taxi y me dirijo a la empresa de Apolo.

Recepcionista

-¡Hola! Buenos días, señorita. ¿Qué puedo hacer por usted?

Abigail Miller

-¡Hola! Buenos días. ¿Puedes decirle a Apolo que estoy aquí y que quiero verlo?

Recepcionista

-Hoy no vendrá por la mañana, ¿quieres dejar un mensaje?

Abigail Miller

-No, gracias.

Me voy y tomo un taxi hasta su mansión.

Después de unos minutos llego a la mansión, el ama de llaves me abre la puerta y pregunto:

-¿Dónde está Apolo?

Ama de llaves

-En su habitación, señorita Abigail.

Abigail Miller

Subo a su habitación y entro.

Apolo Becker

-¿Abigail? ¿Qué pasa?

Abigail Miller

-Te quiero Apolo, me acordé de Paulo, pero te sigo queriendo.

Apolo Becker

-Te quiero Abigail.

Me acerco a ella y le beso la boca y el cuello.

Continua...

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