capítulo 9

...Ceremonia...

Tan pronto como concluyo el discurso, el nuevo matrimonio camino por la larga alfombra saludando y agradeciendo por las felicitaciones.

Si bien ambos solo actuaban tan bien que todos se creyeron aquellas sonrisas felices.

Pero excepto, el amigo fiel de Sebastián y su abuelo quienes sabían la verdad detrás de aquel matrimonio arreglado.

Si bien solo Paul Walker tenía conocimiento del contrato que el nuevo matrimonio había hecho.

Se encontraban en el salón de recepción del palacio en el que el padre de Sebastián vive con sus hermanos y esposa.

En la ceremonia, ellos estaban sentados en la mesa del pastel viendo como los demás bailaban con alegría mientras la cara de Aleida mostraba felicidad a lo contrario de su esposo quien solo miraba el líquido en su copa.

— Damas y caballeros, presentando el vals de la bella pareja de recién casados!!!

Sonó el micrófono y Aleida miró a su esposo quien solo miraba la copa, ella sonrió y tomó el brazo de su esposo fingiendo felicidad

— Cariño nos están viendo

— Ah que

Dijo volteando a ver a la mujer a su derecha, él la miró y recordó en donde estaban, miró al público que rodeaba la pista de baile

— De que me perdí

— Quieren que bailemos, tu padre está viéndonos por no hacemos lo que piden

— Dijimos que nada contacto físico

— Es eso o que tu padre venga y te obligue Sebastián y te recuerdo que estoy cumpliendo con mi papel de esposa

Ella sonrió y se levantó de la silla, Sebastián Compbell tenso la mandíbula y se puso de pie, ambos tomados de la mano sonrieron y caminaron hasta el centro de la pista.

Aleida colocó su mano en el hombro del masculino, mientras que él colocaba la suya en la estrecha cintura de la femenina, al ver que ella estaba alejada, con un gramo de su fuerza la acercó a su cuerpo.

El pecho de Aleida topo con su tórax que se mostraba fuerte ante todo y todos.

La música sonó, los violines, piano, violonchelo y el arpa sonaban con sincronización una linda melodía.

Sebastián Compbell respiro profundo y sus pies se movieron aún lado guiando el baile, la femenina solo se dejaba guiar por las enormes pasos de Sebastián quien sintió la armonía de sus cuerpos al bailar al ritmo de aquellas cuerdas sonaban.

En eso Sebastián levantó su rostro y miró al público despistadamente y una vez más volvió a ver a aquella persona entre el público, al verla giró rápidamente su rostro y miró a la rubia quien solo miraba un botón de su uniforme, soltó su mano derecha colocándole en la cintura de su esposa y la cargo en aire dando vueltas con ella ganando así aplausos, Aleida se sorprendió tanto que se abrazó a su cuello por el temor a ser soltara y caer al suelo.

En aquel momento Sebastián Compbell solo quería esconder su rostro en el momento que vio a aquella mujer, él la bajo, pero aun así él permaneció abrazado a aquel pequeño cuerdo que de alguna manera le brindaba tranquilidad.

Al terminar el baile, ambos volvieron a su mesa donde partieron el pastel.

La fiesta siguió armoniosa hasta el momento en el que una mujer en especial se acercó a ellos, Aleida al verla miró a Sebastián quien mostró un rostro afligido al verla

— Petra

— Felicidades, Sebastián Compbell y señora Compbell

— Gracias, señorita de

— Ah disculpa mis modales, soy Petra Montenegro

— Mucho gusto Petra

La mujer vio a Sebastián y después de dar una pequeña reverencia se fue desapareciendo del salón

Sebastián Compbell la siguió con la mirada claramente, Aleida pudo verlo y así descubrió quien era aquella mujer, delgada.

El soltó la mano de su esposa y se fue por el mismo camino que la mujer se había ido.

...Beso...

Petra Montenegro caminaba por el jardín tomando el aire fresco que la noche brindaba, pero su momento de paz y tranquilidad desapareció al sentir como la mano de alguien sumamente conocida para ella la había tomado con ligereza de su brazo.

Al girarse pudo ver aquel rostro que anhelaba con verla devuelta.

— Sebastián

— Petra, mi vida, no sabes cuanto te he extrañado

Basto solo una simple y corta conversación para que Sebastián Compbell la besara con anhelo, desesperación y amor.

Sus labios se tocaban con una química inigualable para aquella prohibida pareja, sus cuerpos se unieron al punto de volver a sentir aquel deseo de tomarse el uno al otro con desesperación.

— No Sebastián, estamos en tu boda, esto no está bien

— No me importa nada en este momento más que tú, cuando te vi en la recepción, no sabes cuanto tuve que contenerme para no correr detrás de ti, el verte me alivia muchísimo

— Tienes una esposa Sebastián, esto no está bien

Dijo tratando de soltarse de aquellas manos que la sostenían con el miedo de perder la de nuevo.

— No, esto no es lo que tú piensas mi vida, este matrimonio solo es un acuerdo, para que mi padre me deje en paz

— De todos modos estamos en la fiesta de tu boda, esto no está bien, tengo que irme

— Entonces porque viniste, porque me felicitas si sabes que está mal

Dijo Sebastián Compbell tomándola de sus brazos con amabilidad y amor.

Petra lo miró con tristeza y coloco una mano en su mejilla dando una suave caricia en ella.

— Por qué no quería irme sin ver tu rostro una vez más

— Entonces mírame y no me dejes devuelta, quédate conmigo

— Sabes que no puedo, tu esposa está ahí adentro al igual que tu familia

— Solo espérame, me divorciaré y después escaparemos solo seremos tú y yo

— No, no, estás escuchando lo que dices, esa mujer te ama

— No, ella no me ama ni yo a ella, solo actuará como mi esposa los años que sean necesarios, pero solo será ante el público, yo cada vez que la veo te veo a ti como mi esposa, mi igual, la mujer a la que amo, Petra yo te amo, te amo tanto que no te imaginas cuanto he llorado por tu partida

Sebastián Compbell mostró por primera vez su tristeza después de que su amada se había ido de su lado, la abrazo con fuerza queriendo no soltar aquel cuerpo que extrañaba con necesidad.

Petra Montenegro, coloco sus manos en la espalda del hombre y sin que el la viera sonrió con victoria y maldad, sabía que aquel hombre frágil estaba más que enamorado de ella, entonces dijo con cinismo.

— Ye también te amo Sebastián

Bajo la atenta mirada de Paul Walker, él escuchó y vio aquella pareja bajo las estrellas del cielo.

Sabía perfectamente que clase de mujer era aquella a la que su amigo amaba con tanto empeño, pero al intentar hablar con él sobre ese tema, él la protegía con arduo esfuerzo creyendo que su amada era lo mejor que le había tocado en la vida.

— Tenemos que volver, si no sospecharan de tu ausencia

— Como quisiera quedarme solo un momento más contigo

– Pronto será cariño, por ahora esperaré a que volvamos estar juntos

— Ve tu primero de acuerdo, iré detrás de ti

Ella asintió, pero antes de irse se fundieron en un beso profundo y largo.

Así Petra Montenegro regreso a la fiesta con una sonrisa de victoria al ver que aún tenía en sus manos al hombre que la sacara de su infierno.

Sebastián Compbell tocó sus labios y cerró los ojos para que su imaginación volará devuelta a aquel beso que su amada y él compartieron.

Unos pasos sonaron entre las piedras de aquel jardín, aquello alertó a Sebastián quien se giró y miro al masculino, sus manos estaban el los bolsillos de aquel pantalón, pero la mirada del hombre mostraba frialdad.

— Que es Paul

— Eh, sido tu amigo por años y sé perfectamente cuando estás enamorado

— Nos viste

— Hasta el final

— Ah~ y que dirás que estoy obrando mal, que no debería verla, que debería de olvidar la

— No te lo pediré por qué sé que no lo aras, pero ahora estás en un matrimonio Sebastián, aquella mujer está siendo su mayor esfuerzo por aparentar el papel de esposa enamorada, mientras que su esposo juega a los amantes

— Petra no es ningún amante, es la mujer que amo

— Ciego, estúpido, por dios Sebastián, crees que esa mujer te ama, si te amara no se hubiera ido, hubiera interrumpido en la ceremonia de unión, donde estaban ella para impedir este matrimonio

— Basta no escucharé más de esto

Dijo caminando, por un lado, de su amigo rumbo al salón donde el evento se llevaba a cabo.

No pudo hacer su cometido porque su mejor amigo lo tomó del brazo con fuerza.

— Cuidado Sebastián, puedes estar jugando con fuego

— Eso no significa nada

— Si significa algo, mañana estarás en tu luna de miel mientras que tú eres inmoral

Sebastián Compbell quitó aquellos brazos y miro a su amigo con tal frialdad que su mirada podría matarlo si de eso fuera posible.

Así la fiesta siguió, mientras que Paul miraba a la pequeña mujer rubia al lado de su amigo, sabía que no se amaban ni una sola pizca, pero no pudo evitar pensar lo peor al ver el rostro y la sonrisa cínica de aquella peli naranja.

Más populares

Comments

Miraval 💃🇦🇲🇦🇲🇦🇲

Miraval 💃🇦🇲🇦🇲🇦🇲

Me encanta "ver" a estos idiotas enamorados cuando se le cae la careta a la "mujer que aman", pero odio cuando la tonta enamorada lo perdona por amor. /Frown//CoolGuy//CoolGuy/🇦🇲🇦🇲

2024-05-08

1

Anonymous

Anonymous

Sebastián muy de ka milicia y tan estúpido que no se da cuenta del juego de petra

2024-05-15

0

Bradamanta del Este

Bradamanta del Este

ojalá Aleida se quede con Paul y sebastian se quede solo por tonto

2023-03-25

8

Total

descargar

¿Te gustó esta historia? Descarga la APP para mantener tu historial de lectura
descargar

Beneficios

Nuevos usuarios que descargaron la APP, pueden leer hasta 10 capítulos gratis

Recibir
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play