La clase S y sus dormitorios.

Llegamos a la gran construcción, la cual estaba rodeada de grandiosas y hermosas fuentes, tenía grandes ventanales y estaba iluminado con varias luces de colores. Al entrar, nos topamos con el gran lobby muy parecido al de un hotel o al de una empresa prestigiosa. Estaba llena de salas de estar, con máquinas expendedoras de sodas y golosinas. Los ventanales permitían ver el movimiento del agua de las fuentes y estaba perfectamente alumbrado, También se encontraban algunas macetas con pequeños arboles de colores.

Estábamos impresionadas y maravilladas por la belleza del lugar. Había demasiadas personas, más de las que esperaba de hecho, varios estaban sentados en grupos, charlando y tomando bebidas. Algunos otros estaban aislados, observando el lugar con asombro, leyendo o escuchando música. – Seguramente son todos los de nuevo ingreso. – Pensé.

Frente a nosotras se encontraba una especie de recepción con una gran pantalla arriba. Al parecer era la que había mencionado el profesor, donde se encontraban los puestos disponibles de trabajo, pero eso no era lo único que mostraba, ya que estaba dividida en dos y la otra parte tenía la palabra “Misiones” en la parte superior. No contenía ninguna palabra, más bien tenía números que aún no teníamos idea de lo que significaban.

Nos acercamos al mostrador, en el cual se encontraban dos chicas y dos chicos. Nos acercamos al único que estaba desocupado.

– Bienvenidas al edificio central, mi nombre es Max Smars y estoy para ayudarlas en lo que necesiten. – Dijo el chico dirigiéndonos una gran sonrisa. – Nunca las había visto por aquí, deduzco que son de nuevo ingreso.

– Así es, somos recién llegadas. – Dije respondiéndole la sonrisa.

– ¡Perfecto!, entonces deben estar buscando sus habitaciones, ¿correcto?

Todas asentimos con la cabeza.

– Ok. Necesito que me den sus nombres y clase, por favor.

– Am, todas somos de la clase S, y yo soy Kira…, Kira Gastrell. - Cada vez se me dificulta más mencionar mi apellido, pero pude observar que él no le tomo importancia a ello.

– ¿¡So-son de la clase S!? – Pregunto Max, reflejando gran sorpresa en su rosto y voz.

– Pues, es lo que nos dijeron. – Dijo Mia mientras reía. – Ah, y yo soy Mia Sallow.

El chico prosiguió registrando nuestros nombres en una computadora, pero nunca desapareció su asombro, incluso se encontraba algo nervioso.

– Mi nombre es Tokyo Raymer.

– El mío es Kamiko Spinster.

– Y Chanwoo Chadburn.

– Bi-bien, son las primeras de su clase en registrarse. Sus habitaciones se encuentran en la zona C-4 del edificio. En la sala común de su clase se encontrará un portallaves, ahí estarán las llaves de cada habitación, podrán elegir la que sea de su preferencia. La escuela les otorgara puntos para que decoren de acuerdo con sus gustos. Eso sería todo…, ah, otra cosa que les ayudara en el futuro. Mi compañero y yo nos hacemos cargo de otorgar misiones y las recompensas, mientras que mis compañeras del lado derecho se encargan de la contratación de cada trabajo disponible. – Sonrío. – Fue un placer conocerlas, nos veremos seguido por aquí. Los elevadores muestran a que zona llevan cada uno.

– Oh, muchas gracias, Max. – Dijo Tokyo.

Después de que cada una agradeciera a Max por la información, nos apresuramos a los elevadores. Encontramos el que se dirigía a C-4. Subimos y esperamos.

– Vamos llegando y ya me he enamorado del guapo chico del mostrador. – Menciono Tokyo con gran emoción.

– Bueno, admito que es muy guapo, y más por sus profundos ojos cafés. – Dijo Kamiko. – Pero antes de “enamorarnos” debemos establecernos y ya habrá tiempo de conocer chicos. – No pudo evitar reír, y todas seguimos con ella.

Cuando el elevador se abrió, dio camino a un pequeño pasillo que llevaba solo a una puerta. Al acércanos, apreciamos que, del lado izquierdo de la puerta, cerca de donde estaba la manija para abrir, se encontraba un pequeño aparato, el cual tenía la indicación de introducir el dedo índice de la mano izquierda.

– Al parecer es para abrir la puerta. – Dijo Tokyo. – Está claro, solo nosotros y supongo que profesores, tenemos acceso a esta área. Es genial.

Introduje el dedo e inmediatamente la cerradura se abrió. Al parecer, solo hace falta que una persona registre su huella para poder acceder en un gran grupo, ya que logramos abrir la puerta y entrar todas.

Lo primero que se encontraba frente a nosotras, era una gran sala de estar, con un gran televisor y una chimenea debajo, dos máquinas expendedoras (sodas y golosinas justo como en el lobby). Al lado de la TV, se encontraba una puerta que llevaba a otra habitación. Nos encaminamos a ella, era grande y de cristal así que era fácil ver lo que se encontraba del otro lado. Entramos y nos encontramos con un televisor aún más grande que el de la sala común, varias consolas de videojuegos, hockey de mesa, ping pong y billar.

En la esquina derecha frente a nosotras, había dos cabinas de realidad virtual. También se encontraban cuatro máquinas arcade, y una de ellas era de baile. Era el paraíso de los videojuegos.

– Ya se dónde pasare mis días y noches. – Dijo Tokyo mientras admiraba todo.

– Creo que esta escuela nunca dejara de sorprendernos. Pero ahora deberíamos elegir nuestras habitaciones, tuvimos la suerte de llegar primero, hay que aprovechar. – Dije con una gran sonrisa mientras corría a la sala principal.

Volviendo de la sala de juegos, del lado derecho estaba el gran portallaves que menciono Max. Arriba de este se encontraba un pequeño letrero de madera que decía: “Habitaciones de chicas”. Se dividía en dos, primer y segundo piso. Decidí tomar la llave de la habitación ocho, en el segundo piso.

– No hemos visto las habitaciones. – Dijo Mia. – Pero parece que Kira ya eligió una.

– Oh, no sabía que tenemos un segundo piso. – Menciono Chanwoo mientras observaba el portallaves.

– Pues, al parecer hay cinco habitaciones abajo y cinco arriba. – Observe mi llave y a las chicas. – Y nosotras somos cinco…, ¿les parece si tomamos el piso de arriba? – Dije mientras reía y hacia girar mi llave.

– Me parece una maravillosa idea. – Tokyo tomo la llave de la habitación diez.

– Perfecto, seremos vecinas todas. – Dijo Kamiko quien tomo la llave de la habitación seis.

Mia eligió la habitación siete y Chanwoo la restante.

– Ahora hay que averiguar cómo se llega a nuestras habitaciones. – Chanwoo comenzó a reír y todas le seguimos.

A un lado de la gran tabla donde colgaban las llaves, se encontraba otra puerta de cristal, así que entramos. Había un largo pasillo el cual llevaba a todas las habitaciones de abajo. Todas ellas contenían su respectivo número en la puerta. Caminamos hasta llegar al fondo, donde encontramos un elevador de nuestro lado izquierdo, entramos a él y subimos al segundo piso.

– Bueno, aquí están nuestras habitaciones. Entremos cada una a la que elegimos, dejamos nuestras cosas y después damos nuestra primera impresión. – Tokyo estaba tan emocionada por ir a su habitación, que fue la primera en salir corriendo. Así que todas nos dividimos y dirigimos a nuestros cuartos.

Bonus:

Demostración del primer piso: Realizada por Tokyo para no perderse ya que es un poco torpe (aunque es demasiado fácil de recordar).

Nota: Los pequeños cuadros que se encuentran dentro de las habitaciones son los baños privados.

Nota de la nota: Tokyo decidió no agregar más detalles en el mapa ya que se le hizo demasiado laborioso.

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