Ahora el que te besó fui yo

Ethan: después de pasar un gran rato hablando con mi amigo salí a despejar mi mente, sin Daiana aquí conmigo me siento solo sin rumbo como si algo me faltara, llegó a un parque y veo a niños jugando con sus padres, ¡cuánto daría! Por tener una familia normal, pero a mí se me ha negado esa oportunidad, me levanto del asiento y salgo a cruzar la calle, sin percatarme que otra vez casi soy arrollado de nuevo, pero esta vez por un autobús, aunque, sin embargo, esta si hubiera sido por mi culpa, pero al igual que la vez pasada fui salvado adivinen por quién ¡sí! Otra vez mi gordita y quedamos en la misma posición con la diferencia que fui yo él que la beso, este duro mucho más que aquel otro, cuando nos separamos para tomar aire la volví a tomar con mis labios era como una necesidad, como cuando tienes sed y por más que tomes aguas no se te quita está reseque dad en mi garganta es como si solo fuera ella y nadie más cuando me levanto le ayudo a ella y le pregunto su nombre, pero sale corriendo. Sin contestarme nada, esta mujer, tiene algo que ocasiona que mi cuerpo reaccioné a ella hasta mi pantalón se me hizo pequeño en la parte de abajo…

-Linda: como siempre vengo de la universidad, últimamente se me antoja un helado de vainilla con chocolate, cuando me siento a lo largo, visualizo a la persona qué se ha alojado en mis sueños, veo en su mirada tristeza él está observando a unos niños jugando con sus padres, me parece ver qué a él se le sale una lágrima o por Dios semejante Adonis no debería llorar él está para amarlo y adorarlo toda la vida, se ve que es un hombre tímido porque a su lado han pasado cualquier cantidad de mujeres hermosas y él ni siquiera las vuelve a ver, ¡yo aquí comiendo mi helado con más ganas que de costumbre! Y apreciando el buen paisaje, lo veo levantarse y caminar a un cruce peatonal, pero él no se percata que está en rojo, Dios otra vez tuve que lanzarme encima de él para salvarle la vida, cuando me encontraba encima de él con los labios muy cerca a los míos él ¡¡¡sí él me besó!!!! Y fue ¡¡¡guau!!! Mucho mejor que la vez pasada no tuvimos que separar por falta de aire, pero apenas lo tomamos, él me volvió a besar hasta que otra vez nos volvimos a quedar sin aire él me ayudó a levantar y antes de que me dijera algo camine rápido él me preguntó el nombre, pero no le quise contestar, para qué si alguien como él no se fijaría en mí y lo prefiero sin nombre no vaya a ser que en esas noches se me salga el nombre y hay si mi madre me mataría o me atacaría con sus preguntas quién es como lo conociste, ja, ja, ja, qué le voy a decir que es un extraño que cada vez que le salvó la vida nos comemos a besos y mis bragas se humedecen ja, ja, ja, ni loca lo prefiero así ¿por qué estaría tan triste??…

-Ethan: que me pasa con ella, es como un imán para mí, no me pude detener mi cuerpo, la necesitaba, pedía más de ella y sus labios, ¡por Dios! Esta vez sabían a vainilla con chocolate, mi sabor favorito, llegué a mí, empresa y me estaba esperando Leandro, él nota algo en mí, mirada.

-Leandro: amigo porque traes esa cara, pareces un niño al que le acaban de compartir un dulce.

-Ethan: otra vez casi soy arrollado, pero esta vez por un autobús.

-Leandro: pero en vez de asustado traes otra cara como si hubiera sido lo mejor que te haya pasado en la vida.

-Ethan: otra vez me salvaron la vida y no sabes quién fue la que lo hizo.

-Leandro: no me digas que la gordita roba besos.

-Ethan: exacto ella misma.

-Leandro: no me digas que se volvió a aprovechar de ti.

-Ethan: ¡No! Fui yo el que se aprovechó de ella, esta vez yo la besé y ¡¡¡qué besó!!! Me separé de ella cuando no podíamos respirar y mis ganas de volver a besarla hicieron que la volviera a besar, hasta que otra vez nos quedamos sin aire, la ayude a levantarse y le pregunté su nombre, pero no me lo dijo solo se fue.

-Leandro: amigo, creo que te estás enamorando a lo que me has dicho, ella no es como tu mujer de espectacular, dime cuándo besas a Daiana has sentido algo igual o parecido a lo que esa gordita produce en ti, porque déjame decirte, que cuando llegaste traías una gran erección que se notaba a kilómetros y no creo que eso lo produzca el susto que te dio el autobús porque salgo a la carretera para que se me ponga así como la traías tú, ja, ja, ja...