Capítulo 15

Robert

Después de mucho tiempo, acompaño a Bastián para unos negocios, él pensó que sería bueno para mí pues es un viaje al otro lado del mundo.

He empezado a retomar mi vida, esa que hice a un lado desde que mi Tamy me dejó. Hoy nos toca visitar un centro comercial en la capital de este país.

Varias personas de la administración local nos guían por todo el lugar, explicándonos planes y métodos de venta de acuerdo a cada producto. –¡De este lado por favor!- dice una de las empleadas que no ha dejado de mirarme desde que empezamos el recorrido. El asunto ya me tiene molesto y volteo hacia otro lado.

Mi corazón se detiene e inmediatamente empieza a golpear fuerte en mi pecho. Al frente hay una mujer idéntica a mi Tamara, la diferencia es que esta mujer se ve más madura y su cabello es de color rosa. Empiezo a calmarme, pues no es la primera vez que esto sucede, he visto a esa niña bonita en otras tantas ilusiones que mi crea mi mente al extrañarla tanto.

Seguimos caminando y cuando volteo al mismo lugar la chica ya no estaba ahí. Doy unos pasos más y me detengo, estoy seguro de que eso no fue una ilusión, esa era mi niña. -¡Robert!-. Grita Bastián mientras salgo corriendo hacia la planta baja buscando a mi mujer.

Corriendo por los pasillos, alcanzó a ver a la niña de cabello rosa subir a un taxi y alejarse de mi otra vez. Maldigo a todo y a todos por eso. -¡Robert, hermano! ¿Qué te pasa? ¿Qué fue eso?-. Bastián agitado me encuentra y trata de calmarme. -¡La ví, ella está aquí! Pero la perdí otra vez, se subió a un taxi y se fue!- mi amigo me mira con lástima. -¡Robert, esto ya pasó antes, deja de hacerte daño amigo!-. Mis lágrimas caen y me encuentro en desespero total. -Bastian, esa mujer si era real, enserio era mi Tamy-.

Mi amigo me ayudó a conseguir los vídeos de vigilancia para comprobar si fue una ilusión o si era ella en realidad. -¿Es ella?- Nos acercamos a mirar la pantalla y ambos quedamos en shock, era ella, la niña que ha puesto de cabeza mi mundo, la niña que me abandonó y desapareció del radar. Ahora que la encontré no la dejaré ir de nuevo.

Dante

La torpe y yo hemos estado planeando el evento de graduación de Santiago desde que llegue. Pareciera que esa sabandija y yo no nos llevamos bien por el hecho de que siempre estamos peleando, sin embargo me he encariñado mucho con ella, es como si también fuera mi hermana y por eso me gusta molestarla. Sé que a ella también le agrado, aunque no lo dice, sus acciones hablan más que sus palabras.

He visto su evolución en cuanto al manejo de los negocios, gracias a ella es que mi empresa ha salido de bache en el que había caído y que ha crecido de manera importante, colocándola entre las mejores empresas a nivel internacional.

Así también, he visto su manera de manejar las cosas y su trabajo siempre lo lleva a cabo con sangre fría y cierta maldad.

Hubo una empresa que intento sacar provecho y dejar mal parada a la empresa. Esa vez me animé a llevarla a la reunión con los posibles socios. Cuando cayó en cuenta de lo que trataban de hacer los exhibió sin reparo, los humilló y los sacó prácticamente a patadas del restaurante. Al terminar la reunión, se dio a la tarea de destruir a esas personas, destapó sus fraudes y actividades sospechosas y los envío a prisión, no sin antes comprar su empresa con todo y sus empleados a un costo de remate y colocarla como una subsidiarias de la nuestra como si fuera un trofeo de su hazaña.

Es capaz de todo por conseguir lo que quiere sin cruzar las líneas legales, usaría cualquier método siempre y cuando sea justo. Trabajando a su lado puedo ver lo aterradora que puede ser cuando la hacen enojar, no muchos saben sobre su influencia en mi empresa y la imagen de esa malevolencia la tengo que cargar yo.

Recibo una llamada de uno de mis asistentes encargado de vigilar los movimientos de Robert. -¡Jefe, el señor Brener está en la misma ciudad que ustedes, ha estado buscando información sobre una mujer de cabello rosa. Ya hemos borrado toda la información y registro de la existencia de la niña, lo mejor es que busquen un lugar más seguro!-. ¡Maldición, esto no puede estar pasando, han pasado años y ese tipo la sigue buscando. -¿Qué pasa, por qué estás así?-. Entra Santi y me ve haciendo una rabieta. -¡El está aquí y está buscando información de tu hermana!-. Digo sin poder ocultarle nada y con un tono de frustración.