CAPÍTULO 18

Ashley con las manos cruzadas. “¿Sabes?, eres muy amargada hermana, y no creo que por ser amable con un hombre debas decirme que sonrío como una tonta.”

Marie interviene. “Emma tiene razón, por muy mate que sea, estás siendo demasiado descarada con Leno, deja de sonreírle de esa manera o pensará que lo que quieres es que te tome en cualquier sitio como a una de las que se le ofrecen cada noche.”

Ashley ofendida. “¿Cómo puedes decir eso, cuando tú no haces más que comportarte como una niña caprichosa y arrogante ante Bruno?, no me extraña que huya de ti.”

Sara cuando nota que la guerra verbal entre ellas estaba a punto de explotar. “veamos, ¿qué les pasa a las tres?, ¿tan difícil es admitir entre ustedes que les gustan esos guerreros y que por eso se comportan así?.”

Ansley  resignada suspira. “Lo admito. Me gusta Leno, es tan guapo, tan simpático, tan maravilloso, que caería rendida en sus brazos.”

Marie se suelta de repente. “Yo también lo admito, desde pequeña siempre me ha gustado ese gorila, he soñado que él fuera mi mate, que un día llegará para declararme su amor, pero en vez de eso, ha llegado para declararme la guerra”.

Al escucharla, Ashley y Emma se miraron soltando una carcajada.

Sara se acerca a su cuñada. “Tranquila Marie, comienza a conocer a los hombres y creo que si combates bien, la guerra la ganarás tú,” sonrió abrazando a su cuñada. “Pero te recomendaría que pensaras las cosas antes de decirlas”.

 “Eso mismo me recomendó Evander la otra noche”. Sin querer decir eso se le escapó a Emma.

Las tres mujeres clavaron la vista en ella.

Sara sorprendida acercándose a ella preguntó. “¿Evander?”

Ashley pregunta “¿La otra noche?”

Marie añade. “¿Cuándo has estado tú con Evander?”

Emma: gruñó al mirarlas. “Hace dos noches, mientras paseaba con lord Draco, me encontré con él por casualidad en el bosque, hablamos y me acompañó un trecho del camino.”

Ansley reclama. “Eso no me lo habías contado, ¿pasó algo?”

Sara comenzaba a entender la frustración de él cuándo ella no lo miraba y salía corriendo. “Emma, ¿por qué te dio ese consejo?”

Emma desviando sus ojos al suelo susurró. “Él me dijo que mi pelo era del color de su caballo y lo empujé, le chillé y me besó.”

Marie está asombrada. “¿te besó?, por la diosa luna, ¿te ha besado el Lobo fiero y no nos lo has contado?”.

En ese momento, se abrió la puerta y ante ellas aparecieron las dos primas de Marie, las feas y envidiosas Gerta y Landra, dejándolas a todas con la boca sellada.

Gerta llevaba un vestido oscuro, nada favorecedor. “Sara el vestido es precioso, estás bellísima.”

Sara tocando con delicadeza la seda en la falda. “El vestido lo hizo Emma.”

Landra sentía envidia de la prometida de su primo, la diosa luna la había bendecido con gran líder y a ella le mando un pobre campesino, que al enterarse lo rechazó delante de la luna, pensó yo merezco algo mejor. “¡Bonito vestido! y tu cabello está precioso, ¿de qué hablaban cuando llegamos?” mirando de reojo a Emma, que tenía un cabello espectacular por su densidad y sus rizos negros.

Sara al ver las miradas de cada una de las mujeres, respondió. “De lo nerviosa que estoy”.

De nuevo la puerta se abrió, Nick buscaba a sus hermanas.

Emma todavía acalorada por lo contado, se acercó a su hermano. “¿Qué pasa Nick?”.

Nick las miraba con los ojos muy abiertos. “¡Qué guapa estás!” silbó al ver a Sara vestida con aquel lindo vestido.

Sara rio tocándole el pelo con delicadeza. “gracias, jovencito.”

Ashley dice. “Nick, ¿ocurre algo?”.

“Vine a traerles esto,” dijo Nick abriendo su manita, donde reposaban los colgantes que días antes habían originado todo el jaleo con los comerciantes. “el guerrero me los dio cuando nos llevó a casa y me dijo que los guardará hasta el día de la boda, pero esta mañana se habían ido antes de que pudiera hacerlo.”

Ashley gritó eufórica cogiendo uno color verde. “¡Oh, gracias, Nick!, ¡es precioso!”

“Nick, deberías habérselo devuelto al Señor Brownes”, - regañó Emma con cariño a su hermano, que encogiendo los hombros sonrió.

Nick respondió. “Lo intenté, pero me obligó a guardarlos para ustedes.”

Sara cogiendo aquel colgante de la manita de Zac para ponérselo a Emma en el cuello, - “ponte esto ahora mismo y deja de buscar las cuatro patas al gato, Evender lo compró para ustedes, es un bonito detalle, por lo que deberías darle las gracias cuando tengas oportunidad”.

Emma suspiro. “De acuerdo,” cogiendo a su hermano para besarlo antes de que éste escapara por la puerta muerto de risa.

En ese momento sonaron unos golpecitos en la puerta era una de las sirvientas que indicaba todo estaba preparado, instantes después Sara salió de su habitación sonriendo, seguida por las demás mujeres.

Al llegar al salón, las esperaba un guapísimo Evander, que ejercía de padrino, se le paró el corazón al ver a Emma y comprobar lo bellísima que estaba con aquel vestido Azul, su oscuro y rizado pelo negro lucía un entrelazado de flores que flotaba a su alrededor convirtiéndola en una reina, aturdido ante su belleza, fijó sus ojos en su redondo escote, que revelaba una piel suave y sedosa, unos senos firmes y hermosos, donde descansaba el colgante que le había dado a Nick, avergonzado por haber quedado atontado, miró a Sara, que con una agradable sonrisa le agarró del brazo y juntos caminaron hacia la capilla donde un nervioso Alan, con un emocionado Magnus, la esperaban con una grata y encantadora sonrisa.

Durante el intercambio de votos, Megan se mantuvo junto a Marie y Ashley, frente a Evander, Bruno y Leno, el remolino de sentimientos y miraditas que había en aquella capilla era electrizante.

Evander no podía apartar su penetrante mirada de la mujer del pelo azulado, que en un par de ocasiones había rozado con sus dedos el colgante que reposaba sobre su pecho, haciendo que se le secara la boca, como haría para acercarme a ella sin que me lo rechace.

Bruno inquieto, procuraba no mirar a Marie que estaba bellísima con aquella tiara de flores alrededor de su rubio cabello y con aquel vestido rosa, mientras Leno sonreía anonadado a una chispeante Ashley, que cada vez le parecía más fresca y radiante.

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