capitulo 15

El rostro de la mujer palidecio y dió un paso hacia atrás.

— yo...yo soy la tía de los niños.

Su voz entre cortada, trato de decir su identidad.

— ¿su tía?

— si, si.

Asintió la mujer fuertemente, Amaya se acercó a la mujer, miro de arriba hacia abajo.

— no recuerdo a esta tía, cómo te haces llamar.

La mujer se alejo un poco.

— mi nombre... nombre acacia caven, es mi nombre.

— veo, pero aún así no te conozco, deberé reprender a esos guardias ya que dejan entrar a cualquiera a mi hogar.

— soy la esposa, del tío del padre de los niños.

— que trabalenguas.

Se burlo, luego Se alejo un poco, de hecho ya se había acordado quién era la mujer, pero era muy descortés entrar a las casas de otras personas sin avisar.

— enserio soy su tía

Remarcó de nuevo la mujer, por temir a qué Amaya no le creyera,

Los ojos de amaya volvieron hacer limpios e inocentes.

— así que eres esa tía, que te trae por aquí.

— los niños, los vine a visitar

— pero por qué no esperar en la sala, encambio subiste sin autorización, pude herirte, ya sabes eres un extraño, si el florero termina en tu cabeza no puedes culparme.

La mujer al sentir que ya no esta a en peligro gritó.

— cómo te atreves, ¿quien eres?

Amaya tomo un mechón de su cabello, pero este aún seguía mojado, lo soltó y se presentó.

— soy la esposa de Alejandro García, la madre de los niños.

El silencio cayó en el pasillo.

— JAJAJAJAJA

El rostro de Amaya se sonrojo, pero gracias a la pintura en su rostro no se notó tanto.

— ¿ese hombre casado? No te creo

— no me importa si no le crees, ese es tu problema.

La mujer se acercó y recorrió a Amaya con la mirada, y aunque está a llena de pintura, se podía ver su porte, se podía ver que era bastante bonita y tenía buen cuerpo.

— ¿es enserio?

Dijo con los ojos entre cerrados la mujer.

— si, nos conocimos en uno de sus viajes de negocios, nos enamoramos y luego nos casamos, pero llegué hace poco.

— entonces como te tratan los gemelos.

— son todo un amor

Acacia miro el desorden en el que se encontraba y se burló.

— si, que amor te muestran.

Sacudió su mano

— en fin, el punto de todo esto es que vine haber a los niños.

— bajaran enseguida, recuerda, no vuelvas a entrar aquí como si fuera tu casa, ahora estoy aquí y no me gustan los intrusos, porfavor ir al salón, te veremos luego.

El rostro de la mujer se puso rojo, luego sacudió su bolso y bajo al primer piso.

Los niños abrieron un poco la puerta, se notaba el miedo en sus ojos.

— ¿le tienen miedo a esa tía? no se preocupen no dejaré que les haga nada.

Los niños observaron su gran sonrisa, era totalmente diferente a hace unos minutos.

— no tenemos miedo es solo que siempre que viene quiere llevarse algunas cosas pero eso es todo, después de unos gritos se marcha.

— ya veo, iré a ducharme, regresen a su habitación.

Ambos asintieron, luego huyeron.

Amaya regreso a su habitación, después de que hizo una llamada, se ducho y bajo para atender a la mujer.

— la mento la tardanza.

vestia un vestido simple de color rojo, este combinaba con las partes rojas de su cabello que no pudo lavar.

— no te preocupes, entonces me estás diciendo que te casaste con el.

— si, Alejandro es todo un amor conmigo, tenía miedo de que saliera herida, por eso no me presento a su familia.

Acacia Asintió.

— ya que acabaste de llegar, tienes que asistir a nuestras reuniones, tendremos una mañana, de hecho Alejandro tiene muchas pretendientes tienes que estar presente, por qué si no lo haces, será un problema que más mujeres piensen que no existes.

— estaré encantada.

— ya veo, ya que todo quedó listo, te veré mañana, a las dos en en hotel ecuestre, todas estarán encantadas de verte.

Amaya Asintió, acacia se puso de pie y se alejo.

— que tragedia.

Dijo mientras veía a acacia salir.

************

Acacia miro hacia la mansión y subió en su auto, rápidamente marco a su amiga

— acacia que sucede

La voz de la mujer sonaba un poco ronca.

— a que no sabes de lo que me enteré

— que paso

— Alejandro se casó, la mujer está en la mansión con los dos demonios, la invite a la cena de mañana, ya sabes que hacer.

La mujer que recibía esa gran noticia, estaba en el SPA, al enterarse las piedras en su espalda cayeron al suelo.

— no te preocupes amiga, yo me encargo.

Después de colgar, marco a otra persona.

Para el final de la tarde, toda la ciudad sabía sobre la esposa oculta que tenía el Ceo García y que estaba estaba de vuelta.

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