capitulo 14

El Bentley entro en la mansión, los gemelos, bajaron del auto y entraron sin esperar a su padre.

— jefe, creo que los niños están enojados con usted.

— entra, mantén la boca cerrada y sigue el juego, sabes lo que pasará si las cosas no salen bien.

Amaya puso los ojos en blanco dentro de si, pero Asintió.

queria ver que tipo de juego estaba haciendo.

Ambos entraron a la mansión, los gemelos esperaban educadamente en el sofá

Alejandro se sentó frente a ellos, encambio amaya no iba a sentarse a su lado.

— siéntate junto a mi.

Ordenó, ella que se había sentado en el sillón más apartado, se levantó rápidamente y se sentó junto a el.

— niños, cómo pueden ver, Amaya y yo habíamos estado saliendo, ella quería conocerlos y tratar de llevarse bien con ustedes por eso entro en la mansión fingiendo ser su niñera.

Los niños no le creían, por eso la miraron, de igual manera Alejandro.

Los tres pares de ojos la observaron.

" Dónde me vine a meter, si respondo mal iré a prisión, ¿o les miento o voy a prisión? Tocó el primero".

Ella respiro hondo.

— niños lamento haberlos engañado, quería conocerles tal y como eran, yo...

Ella dejó de hablar y se seco la lágrima inexistente.

— pero cuando papá llegó por qué no se reconocieron (aidan)

" Pequeño astuto, pero lastima voy un paso por delante".

— me alegra que mi actuación haya Sido tan perfecta, le pedí que fingiera no conocerme.

Los ojos de los gemelos se pegaron a su cuerpo.

— no te quiero como madre

grito aidasn, Se levantó y subió a su cuarto, aiden lo siguió.

Ella levanto los hombros, no podía hacer nada más.

— bueno jefe, lo intente...

Alejandro la observó.

— ya te los ganaste una vez, hacerlo una segunda vez no será difícil.

— está demente, sabe cómo son cuando se quieren deshacerse de alguien.

— son mis hijos claro que lo sé.

— en fin, por que fui ascendida a madre de repente.

Dijo mientras llevaba un mechón de cabello detrás de su oreja.

Alejandro se puso de pie y arreglo su traje.

— los niños corren peligro, necesito alguien que los proteja, tienes buenas baces, por eso te elegí a ti.

— ¿entonces que ganaré?

— cuánto quieres

— quiero una villa a las afueras de la ciudad *A* y dinero para vivir el resto de mi vida bien.

Alejandro Asintió.

— ¿enserio?

— si

— no estás bromeando ¿verdad?

— no

— genial

" Quien diría que ganaría tanto, solo por cuidar niños,"

— no se preocupe jefe los trataré como si fuera su propia madre.

Alejandro se detuvo, su mirada se mostró solitaria por una fracción de segundo.

— no intentes imitar a esa mujer, pero si tendrás que cumplir tus deberes como madre, estaré al pendiente.

Dejando esas palabras salió del lugar.

— ¿aún extrañara a su esposa? Que tristeza.

Su mirada se quedó en la espalda solitaria del hombre, luego regreso a su habitación, no tenía tiempo para pensar en otras cosas.

Al día siguiente Amaya miro el desorden en su habitación, varios cuadros se habían roto, muebles dañados, había pintura por todas partes, y telarañas de pégamento extra fuerte en las paredes, su cabello antes negro ahora era de un color rojo, este goteaba pintura, su rostro y pijama estaba irreconocible.

— lo sentimos (aiden)

— si lo siento( aidan)

Amaya tomo un pañuelo y limpio su rostro.

— no se preocupen estos accidentes pasan.

Los dos niños se miraron y había burlas en sus ojos.

— pero que hacer, la habitación es un desorden y yo no pienso limpiar.

Su hermoso rostro dibujaba una sonrisa cálida, pero a los ojos de los niños simplemente era un monstruo.

— entonces ya que ustedes hicieron el desastre, que les párese arreglar todo.

Aidan cubrió a su hermano

— no podemos es mucho.

— lo hubieran pensado cuando lo estaban haciendo.

Dijo mientras, lanzaba el pañuelo en la mesa roja que antes era blanca.

Hubo un ruido abajo, ella camino hasta la puerta de la habitación pero no la abrió.

— Por qué este lugar mantiene tan vacío ¿no hay gente?esos dos demonios no tenían trampas en la entrada eso es nuevo.

La voz de una mujer llegó a sus oídos.

— quédense aquí.

Cuando salió, observo a la mujer que entraba a la habitación de aiden.

— detener.

Su voz fría resono en el pasillo, La mujer asustada cerro la habitación.

— quien eres.

Rugió la mujer, Amaya recorrió a la desconocida, la mujer era bajita, de ojos rasgados, labios gruesos, su cabello estaba atado en un moño, vestía un traje de color verde brillante, con un bolso naranja y tacones naranja.

— eso debería de preguntar yo, quien rayos eres.

Su voz era helada, sus ojos llevaban el aura de una asesina.

Los gemelos temblaron y cerraron la puerta, le iban a decir quién era la mujer, pero no se atrevieron a salir.

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