cap 4

Aidan negó, estaba seguro de haber cerrado la puerta.

Amaya miro la enorme habítacion, era más grande que la de ella, era de esperarse.

— vamos, calentare el agua

Camino hasta el baño y lleno la bañera.

— venir

Ellos no lo hicieron, ella camino fuera del baño.

— no, nos bañaremos y no puedes obligarnos.

Amaya camino cerca y se inclinó hasta llegar a la altura de sus ojos.

— es cierto no puedo obligarlos, pero ustedes entraran por su propia voluntad.

Aidan que era el vas travieso e impulsivo hablo.

— ¿así? cómo lo harás

— si no entran al baño, desistalare casa trampa en este lugar, cómo la que tienen en el pasillo, en la sala, en la cocina y se dónde están las demás, cada una se irá, todo el esfuerzo que pusieron se desperdiciara.

Los dos se mordieron el labio, ambos se miraron y corriendo hacia el baño.

— esperen

Ambos se detuvieron.

— primero entraran a la ducha, la pintura debe irse, luego entren en la bañera, de prisa.

Ellos entraron, y encendieron la ducha.

— hermano, por qué la niñera no se va

Aidan negó, el no lo sabía que más podía hacer.

Cuando terminaron de bañarse, salieron con las tuallas, Amaya Asintió.

— pero si son todo unas bellezas, venir ponerse esto.

Ambos se vistieron, los ojos de Amaya brillaron.

Los gemelos tenían ambos un pantalón negro, camisa blanca y un blazer de color azul rey.

— pero que belleza, se ven tan lindos.

Ella sostuvo sus mejillas, Aidan golpeó su mano, miro a su hermano que tenía las orejas rojas y lo apartó de ella, luego bajaron a almorzar.

Ambos miraron el postre y lo tomaron, pero antes de que pudieran probarlo, desapareció de su vista

— que haces

Dijo Aidan enojado.

— primero comerán lo otro, el postre será de última.

Ambos se cruzaron de brazos.

— no queremos, comeremos el postre primero.

— no, harán lo que dije

— no, nos obligues.

— está bien, ya que no tienen hambre, tampoco comerán postre.

— le diremos a papá

— bien, ir a decirles, escuchen no se como los cuidaron sus otras niñeras, pero yo soy diferente, se comerá primero el plato principal, por último el postre, si no están contentos, no habrá más postres hasta nuevo aviso.

Los niños la miraron con burla y no movieron los cubiertos.

— está bien, si la comida se enfría, la comerán así, y el postre no habrá.

Ella empezó a comer sola, los niños se miraron, tenían hambre, las otras niñeras hacían lo que ellos querían, por qué está no era así.

Aiden fue el primero en rendirse, tomo sus cubiertos y empezó a comer, sus ojos se llenaron de deleite con el primer bocado, sus manos no pararon de moverse.

Pronto Amaya y Aiden terminaron, ella le entrego el postre y se comió el suyo.

— ¿terminaste?

— si.

Respondió Aiden.

— bien hora de ir a cepillar tus dientes, luego irás a descansar un momento.

Ella se acercó y lo cargo.

— yo... Yo puedo caminar.

— lo sé, pero quiero cargarte.

Ella lo llevo a su habitación, ambos tenían habitación separadas, la de la derecha era la de Aidan y la de la izquierda la de Aiden.

Ella lo entro en la de la izquierda, lo vio cepillar sus dientes y luego lo acostó.

— quieres que te cuente una historia

Los ojos de Aiden brillaron y Asintió.

— hace mucho tiempo, en un pequeño pueblo, vivió una niña llamada Lori, está niña era huerfana, los del pueblo siempre la trataron muy mal, con tristeza la niña ya no quería vivir, por lo que corrió hacia el bosque, dónde se encontraba las bestias feroces...

Ella miro al chico que nisiquiera pudo llegar a la mitad de la historia, lo cubrió con la manta y salió de la habitación, miro al otro niño que aún está en la mesa.

Aidan miro la comida, tomo los cubiertos y se comió el plato principal, de hecho sabía muy bien, era una lastima que ya estuviera frío, pero aún así lo termino, miro el postre y lo comió, cuando terminó miro hacia el segundo piso, al verla sonreír bajo la cabeza avergonzado.

— lo has hecho muy bien, cepillar los dientes e ir a dormir, revisaré luego.

Ella se alejo, Aidan la miro sorprendida, luego corrió a su habitación, se cepillo y se fue a dormir.

Cuando Amaya entro, el ya estaba dormido, cerro la puerta suavemente.

miro el desorden en la entrada y negó.

— me contrataron para ser niñera no la persona del aseó, pero nadie dura aquí, no puedo creer que incluso la persona del aseó caiga en sus bromas.

Tomo rápidamente varios materiales de aseo y limpio todo, luego regreso a su habitación, mañana tenía que comenzar todo.

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