Capitulo 4

Mara se tocó los labios mientras veía la espalda de Mario a la distancia...

-¿Que ha sido eso? El... El es muy diferente a lo usual.

Pensó Mara mientras ella caminaba a paso lento a su oficina. "Debería ir directo a casa, no creo tener ánimo para hacer algo ahora" penso Mara mientras veía unos archivos sobre su escritorio "creo que mejor me los llevo a casa, tendré que revisarlos allá".

Mara salió de la oficina y se subió a su coche donde su chófer la estaba esperando para llevarla a casa.

Mara volvió a su casa y se dio una ducha fría olvidar la sensación que Mario le había dejado en sus labios.

-¿Como lo voy a mirar mañana?

Parecía ser tan reservado, obediente y tranquilo pero...

Mara recordó a Mario contra ella mientras la besaba en la oficina y su cuerpo se extremesio al recordar aquella sensación de calor sobre sus labios.

-Debo tranquilizarme, el es solo un empleado, mientras haga bien su trabajo y el olvide lo que paso todo debería estar bien sierto.

Mara miró su rostro en el espejo y vio sus mejillas sonrojadas.

-"no pensé que tuviera ese tipo de fetiche"

"¿A que se refería el cuando dijo esas palabras?" pensó Mara mientras trataba de buscar la tranquilidad perdida en sí interior.

Al día siguiente Mara llegó temprano a la oficina y se encontró con su asistente esperándola en recepción.

-Srta. Mara el señor Gonzalo la a estado esperando.

-¿Que, mi padre porque? ¿Te a dicho algo?

-No jefa no ha dicho nada, solo que le avisaramos de inmediato a usted para que se dirigiera a su oficina.

Respondió la asistente.

-Bien entiendo.

Dijo Mara mientras con un rostro molesto se dirigía a ver a su padre. Al llegar a la oficina y ver a su padre en su escritorio está lo saludo, mientras que el por su parte fue directo al grano.

-Dejate de eso, eh venido porque tu abuela quiere que te cases.

-¡¿Queee?! Oh no, no, no padre que ni se te ocurra decirlo.

-Debes buscar un esposo pronto.

Respondió el padre de Mara mientras está fruncia el ceño en desaprobación.

-Ni lo piensen, esa decisión solo depende de mi, ustedes no tienen nada que ver.

-Oh querida princesita, pero si jamás nos haz presentado un novio, si sigues así jamas podré ser abuelo siquiera.

Respondió su padre mientras está daba vueltas molesta en la oficina.

-Eso no tiene que ver con ustedes, aún soy demasiado joven, demasiado padre, aparte quiero vivir mi juventud porque tendría que pensar en hacerte abuelo solo porque tu lo quieres.

-Ok es suficiente Mara, ya aguante demasiado tu forma de vivir, dices que quieres vivir tu juventud y desde que eras adolescente siempre haz estado encerrada entre cuatro paredes, dime ¿haz viajado para divertirte, vas a fiestas, tienes amigos siquiera?

Grito el padre de Mara dentro de la oficina mientras su voz hacía eco en las paredes.

-Eso, yo... A mi me gusta mi vida así papá, es mi vida soy feliz así.

-¿Feliz? Llamas a estar encerrada aquí ser feliz, Mara hija te adoro solo quiero lo mejor para ti, por esa misma razón tu abuela y yo buscaremos al hombre apropiado para ti.

Mara bajo la mirada ya que sabía que no podría convencer a su padre de lo contrario y se terminó despidiendo de él mientras ella volvía a su escritorio para trabajar.

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