Capítulo 16 El beso

Emma

Ambos nos vemos y no decimos nada, Cristián toma mi mano y nos dirigimos al centro, otras parejas bailan, pero nosotros somos el centro de atención.

El padre de Cristián le dice algo al oído a un empleado y el otro asiente, ambos llegamos al centro, las luces se apagan y los reflectores se encienden, solo para iluminar a las parejas.

Siento la luz muy fuerte, me pongo nerviosa, él me toma de la cintura y me acerca a él.

De un momento a otro cambia la música y suena una canción que no recuerdo donde la escuche, pero al escucharla sé de cuál se trata y carajos no sé por qué la pusieron.

...Rod Stewart- for the firts time....

Empezamos a movernos, la canción suena en instrumental, pero se escucha romántica y elegante.

— Por lo menos no es una canción de niñatos, comenta Cristián.

— Ruedo los ojos, por cierto no debiste golpearlo.

— Me importa un carajo, él me provoco, poniendo canciones de niñatos en mi evento y tocando a mi esposa.

— No soy tu esposa, soy un contrato.

— Lo que seas, eres mía y lo mío no se toca, no se mira y no se desea.

— Entonces seré "tuya" por unos meses más, por qué ya cumpliremos cinco años de casados, ya se terminará el contrato y seré libre de ti y....

— Si quiero que se acabe el contrato se acabara, si no quiero te quedas y punto.

— Eres lo peor, pero te informo que conmigo no estarás de dominador, por qué yo haré lo que quiera y Con quien quiera.

— Eso jamás, me aprisiona más, o que tanto te gusto que te besara, o que te dedicaran canciones de niñatos.

— Si me gusto.

Siento su enojo por la forma en que me aprisiona a un más a él.

— Pero jamás te besara como yo lo hago.

Me besa con hambre, no puedo apartarlo, su agarre es muy fuerte y tampoco pienso hacer el ridículo, la canción sigue sonando y no puedo ver quien nos observa por los reflectores, intenta tocar mi lengua, pero no lo permito, me deja de besar y me dice.

— Cuando te bese ese idiota otra vez, desearás que sea yo, pero eso sí, cuida que no te vea, por qué le parto la cara.

— Eres un... Idiota, tú a mí no me vas a decir que y como, por qué tú puedes hacer todo y yo que, tengo que estar a tu merced, pues olvídalo.

La canción termina y me aparto de él, salgo de la pista con él detrás de mí.

— Cuidado haces un show enfrente de todos o de que te vean con otro, porque no permitiré que me veas la cara y salga en las revistas mi nombre difamado, por qué...

— Ya lo sé, sé actuar ya te lo dije, todo lo haré en escondidas, iré por una bebida, no me sigas.

Se queda donde mismo y me marcho, voy por un trago, me tomo el whisky y me encaminó al tocador, cuando siento un jalón.

— Pero que....

— Hola Bonita.

— ¡¿Patrick?! Pero que haces aquí, quieres que te maten o que.

— Eso jamás pasará.

— Pero mira tu rostro, ese idiota te golpeo muy fuerte.

— No importa preciosa, tenía ganas de verte y en serio te presentaste como su esposa.

— Es una larga historia, pero no quiero que nos vea juntos y te lastime.

— Eso no pasará, Emma me gustas y mucho, esperaré a que te divorcies de él, para poder estar contigo.

— Patrick eres muy lindo y me agradas, pero no quiero problemas.

— No te daré problemas, prometo ser cuidadoso, lo dice acercándose, está a punto de besarme.

— Nos pueden ver.

— Sígueme por este lado.

Sujeta mi mano, pero me suelto sé la suya.

— En serio no quiero problemas, por qué...

— Él puede presentar a su esposa y luego irse a besar con otras.

Abro los ojos como platos, que dices.

— Si no me crees ve por este camino recto, a la derecha hay un lugar solitario, ahí está Cristián, con una mujer, ve y míralo con tus propios ojos si no me crees.

Mi corazón palpita fuerte, es un maldito si eso es cierto, aunque no sé por qué dudo, si de ese idiota se puede esperar todo.

No le digo nada a Patrick simplemente mis pies caminan por si solos, el enojo me abarca, él puede revolcarse con cualquiera y a mí me prohíbe todo.

Camino por donde me dijo Patrick y.....

Es cierto, escucho su voz y la de una mujer, la puerta no está del todo cerrado y no hay personas por aquí.

Empujo un poco la puerta y... Ahí está el idiota, besándose con ella, no la había visto antes, ingreso y le digo, lo bueno que eres discreto.

— Emma, se sobresalta, largo le dice a la zorra que está a su lado.

— No, no, continúa, yo solo vine aprender del maestro, como ser discreta, no tengas pena, solo cierra la puerta que alguien puede verte y no deseo el hazme reír de todos.

Me doy la vuelta para marcharme.

— Emma espera.

— Que no te vean con otras mujeres, por qué no quiero salir en primera plana y ser la burla de todos, digo sin verlo.

— Largo le vuelve a gritar a la mujer, Emma regresa grita.

Salgo y cierro fuerte la puerta, idiota me besa y luego se viene con otras, salgo enojada, furiosa y no entiendo por qué, él no debe importarme.

Llego donde se encuentra Patrick y está donde mismo.

— Tenías razón y no sé por qué tuve que ir a comprobarlo.

— Lo sé, es mejor ver para comprobar y...

No dejo que termine la frase cuando me le voy encima, con un beso que no rechaza, es más me toma de la cintura y me besa con las mismas ansias, pero.. Sus besos son tiernos, no como los de Cri.... No quiero pensar en ese idiota.

Cristián

Se marcha por el trago y me voy por un trago, pero a la otra barra, cuando siento unas manos tocándome, volteo y... Joder.

— ¿Qué quieres?

— Así no se trata a una dama, pero veo que anunciante a tu esposa, no me digas que la amas.

— Yo no amo a nadie.

— Que bueno escucharlo, que te parece si vamos a revivir viejos tiempos.

— Largo que no tengo tiempo, para idioteces.

— Hace unos meses no pensabas lo mismo, hasta follamos en tu casa de casado.

— Bien lo dijiste, hace meses.

— Creí que podías con tu mujer y con otras, pero veo que te queda grande el darle un beso a un viejo acostón.

— A mí no me queda nada grande.

— Demuéstramelo, o quieres que te seduzca en persona.

— No me Jodas Lula.

— Pues no te molestaré más, vamos a un lugar más privado, te enseñaré algo que te gusta.

— ¡Que no, acosa no entiendes!

— Está bien, entonces olvida un negocio importante, si te interesa ve al fondo de la derecha, es el punto más apartado nadie nos verá, no por qué haremos algo más, si no por qué es negocio.

Ruedo los ojos y se marcha, me tomo mi trago y yo no soy un hombre de menospreciar negocios ni mujeres, pero.. No entiendo por qué no aprovechar un acoston.

Así que me voy por donde me dijo, veo si Emma no está y saber dónde rayos se metió, llego donde está Lula.

— Sabía que vendrías.

— Ve al grano.

— Pero que enojado, pues te diré que los Walkers tiene una empresa muy grande y yo estoy en uno de esos negocios, puedes gobernar ahí si quieres.

— Jaja me le burlo, conozco a los Walkers y ya hecho negocio con ellos, así que tus escusas no sirven de nada.

Se me acerca y tengo días que solo me toco, pensando en la rubia de ojos grises, necesito un desahogo.

— Tan urgida estas que tienes que buscarme con historietas estúpidas.

— Pues no te lo negaré, pero muero por qué me cojas duro.

Se levanta la blusa y me deja ver sus enormes senos, lo cual hace que mi hombría despierte de inmediato, pierdo la razón y la beso.

La llevo hacia la librera, la beso salvaje como los besos que me gusta darle a esa revoltosa, mientras la beso, no sé por qué rayos me imagino a Emma, me imagino cogiéndomela aquí y duro, la beso aún más fuerte, cuando...... Escuchó su vos y me alejo de Lula.

Maldigo en mi mente, le pido a Lula que se largue, pero Emma se va y cuando le pido que se quede, la llamo por su nombre y se larga sin decir nada más, cierra de un somatón, no que nadie nos vería idiota le digo a Lula.

— Acaso te importa ella.

— A ti que te importa si me importa o no, largo de mi vista antes que pierda el control.

Lula se marcha y yo gritó maldiciendo, no me tenía que ver, diablos Emma, porque te estás metiendo en mi mente, no me tiene que importar nada.

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