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Del Odio Al Amor

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Capítulo 13 El baile parte 2

Cristian

Me encaminó a nuestra casa, subo en brazos con ella, la empleada aún sigue en casa.

— Que le ha pasado a la señora pregunta.

— Se desmayó, trae alcohol le informó.

Subo y entro a su habitación, la acuesto y se ve pálida.

— Aquí está señor, la señora se ve pálida, no será el vestido, se le ve muy ajustado.

— Retírate, yo te llamo si te necesito.

— Como ordené.

Empiezo a retirarle el vestido, está demasiado ajustado para ser verdad, hasta a mí me cuesta sacarlo, llego al último zíper y se afloja, se lo retiró de los hombros cuando..... Joder, sus pechos rosados, grandes y apetecibles caen ante mis ojos, joder, no me puedo ponerme así ahora, mi erección se hace presente, le saco el vestido y..... Su miniprenda de encaje negro lo veo también, tiro el vestido y la recorro con la mirada, mi entrepierna endurece aún más, paso la mano por mi rostro y la cubro, deseando no hacerlo.

Paso alcohol por su nariz, sujeto su rostro, me posó cerca de ella, tarda en despertar, pero...

— Mi cabeza, se queja, donde... Me mira, Cristián.

— Sí, soy yo, o que, querías que fuera ese idiota.

— Yo.. No tenía idea que fuera tu evento y no pedí ser besada.

— ¿Es tu amante?

— Mi que, se levanta molesta, pero aún no se ha dado cuenta de que está desnuda, tú eres un sínico que se acuesta con muchas y viene a... Que mie***a que hago desnuda, se tapa como puede.

— No deberías estar usando ropa tan ceñida, pero no cambies el tema, me levanto y me le acerco, te gusta Patrick, tienen algo.

— Si tuviera algo o no, a ti no te interesa.

— Me interesa por qué eres mi esposa.

— Tu contrato querrás decir.

— Lo que sea eres mía y te prohíbo estar cerca de él.

— Tú a mí no me dices que hacer o que si, porque tú si puedes irte a coger media ciudad y yo que, yo no puedo.

— Claro que puedes coger.

— Pues lo haré.

— Pero conmigo, la atraigo a mí, besando sus labios y quitándole la sábana, manoseado toda su piel, pero siento un mordisco fuerte, pero... Que carajos, le digo molesto.

— Yo no soy tu juguete Cristián, hoy me besas, mañana estas con otra, yo no quiero seguir siendo la segunda opción ni tu juguete, así que lo mejor sería que...

— ¿Qué? Pregunto molesto.

— Que adelantemos el divorcio, que lo diga hace que me enoje aún más.

— ¡No!

— ¿No? ¿Por qué no? Ya tienes todo, tienes la empresa, conseguiste lo que soñaste, a mí ya no me necesitas y...

— Si te necesito, el viernes te presentaré cómo mi esposa y tendremos un heredero.

— Jajaja, tendremos jamás, puede hacerlo con otras, pero conmigo no.

— Tu eres mi esposa y a ti te quiero como madre de mi....

— Jamás, eso implica acostarnos y...

— Eso es lo que más quiero me le acerco, deseo tu cuerpo, deseo hacerte gemir, deseo que digas mi nombre mientras te hago mía una y otra vez.

Su respiración se le agita y mi entrepierna duele.

— Cristián yo no quiero ser solo cama, yo deseo ser la única mujer en el corazón de un hombre y..

— Yo no puedo ofrecerte más, yo....

— Es por eso Cristián, cuando éramos más jóvenes me enamoré de ti, te lo quise decir, pero me ignoraste, fuimos amigos y entiendo que no puedas ofrecerme ser la primera, la única y la última y tampoco te estoy pidiendo que lo hagas, pero déjame poder saber que se siente que te amen, que te hagan el amor, que....

Que confiese que estuvo enamorada aumenta más mi hombría y mis ganas de poseerla, pero yo… Yo no soy de promesas y de una sola mujer.

— Lo siento pero no te daré el divorcio, te presentaré el viernes como mi esposa y listo.

Asiente respirando profundo.

— Lo único que si te digo, es que no te daré hijos, para que crezcan en familia separada, para ser la burla de la prensa, la mujer que el marido le pasa mujer tras mujer en la cara.

— Ya hablaremos sobre mi heredero, por qué si debo acostarme únicamente contigo, lo haré.

Respira agitada, cuando le doy un beso en los labios, no quiero que nadie más te toque y espero que quede claro.

— Yo no prometo nada Cristián, yo no seguiré esperando a envejecer y no haber probado en mi vida un p**e, lo dice furiosa, porque tu si puedes estar con mujer tras mujer y yo debo....pero se sorprende ella misma de lo que dice, es decir que... Debo probar más dice como si ni ella se lo creyera.

Mis pensamientos me traicionan, ella... es Virgen, no lo creo y si lo es....

— No prometo ser romántico, no soy de ese tipo, pero si me dejas dormir contigo, puedo intentar estar solo contigo, mi padre ya me amenazó sobre un heredero así que....Mie**a se me salió pienso.

— O sea que el heredero es porque tu padre quiere nietos y si no perderás tu imperio, como siempre, eres un malnacido, al que únicamente le interesa el mismo y no, conmigo no cuentas, puedes dormir con todas las que quieras como lo haces, por qué a mí no me tocas.

— Ya veremos, yo nunca pierdo y si no tengo un heredero juro que si tu cuerpo.

— Solo quieres sexo y me dejas en paz.

— No es sexo Emma, quiero tu cuerpo, te quiero completa, le digo aún más cerca.

— Pues yo no quiero ser usada por ti y botada, así que olvídate de mí y de mi cuerpo, puedo fingir ser tu esposa, pero jamás acostarme y tener hijos.

Me alejo de ella y me encaminó a la puerta, ya veremos si jamás te acostara conmigo, le guiño un ojo y salgo se su habitación.

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Capítulo 12 El baile

Capítulo 14 Ella es mi esposa