Capítulo-10 quiere guerra, guerra tendra..

Cristián

No Creo que sea Emma, desgraciada que se cree rompiendo las reglas.

Estoy tan furioso, que no voy a mi apartamento de soltero, me dirijo a mi casa, si no está ahí, juro que le haré la vida miserable.

— Sucede algo, señor Collins, pregunta la secretaria de mi padre.

— No te interesa, así que cierra la boca.

Todos saben que no doy explicaciones, que me vale tres tiras de ve**a si ofendo o no a alguien, simplemente me obedecen y punto.

Solo asiente y para enojarme más, hay un accidente por la cuadra donde quise llegar más rápido, maldición digo pegándole al volante, después de 30 minutos y los cuales son eternos, llego a mi destino, esta vez menuda idiota me las pagarás si saliste con alguien.

Pero veo una luz encendida en el primer nivel.

— Quiere que suba a su habitación señor Cristián- pregunta Lauren.

No mentirte cogí con ella unas dos veces aquí, para fastidiar a Emma.

— Espérame arriba, le digo molesto.

Lauren sabe que me casé y que si habré la boca que se acostó conmigo, se queda en la calle por el resto de su vida, sabe que no me llevo con Emma y las veces que salió de casa, no lo hizo en escondidas, salió como una invitada normal, no sé si Emma le vio la cara, pero me vale.

Ingreso a la casa y ella sube al dormitorio como ordené, la casa es grande, después de la entrada, a un pasillo se encuentra la sala, después la cocina y el minibar al lado.

Me encaminó a la cocina, paso la sala, cuando la veo en el minibar sirviéndose un whisky.

Me le voy acercando, cuando...Veo su atuendo, estúpida, si salió y si era ella, ese atuendo le queda exquisito, la sangre me hierve, imaginando que la toco, que toco algo mío, porque no la amo, pero es mi propiedad.

— ¿Con quién estabas? Pregunto molesto.

— ¡Eso a ti no te importa!

Se toma el trago y me da la cara, se fue arreglada y hasta aquí siento su loción.

Pasa cerca de mi, la quiero tomar, pero se safa de mi agarre, pero soy veloz al atraparla, cuando se acerca a la sala.

— Te hice una mal***a pregunta, así que me la respondes.

— Yo no te debo ninguna explicación a ti, ni a nadie.

— Yo soy tu marido, entiéndelo.

— Tú no eres nadie.

— A no soy nadie, la empujo al sillón, me subo en ella y le tomo la cara, a mí no me verás la cara de idiota.

— Y que si te la veo, si de igual manera tú no tienes esposa, oh se te olvida que nadie me conoce, oh se te olvida que esto no es Real, es un maldito contrato.

— Pues me vale una p**a mi**da que sea, tú me obedece y me respetas.

— Vete a coger y déjame en paz, me dice gritando, porque eso es lo que mejor haces.

— Pues sí, quiero coger, pero te quiero coger a ti ahora mismo.

— Pues yo no, hay alguien más el que mueve ese deseo en mí.

Que lo diga hace que explote, me dio en el ego, porque a mí ninguna mujer me desprecia.

La beso salvajemente, con una mano sujeto sus dos manos y con la otra, toco su muslo, su vestido me da acceso, así que toco donde yo quiera, sin dejar de besarla, pone fuerza para zafarse, pero yo soy más fuerte que ella.

Mi erección duele, amenaza con salirse, ya no está poniendo tanta fuerza, así que esto me da la pauta que ella está también quiere lo que mi hombría aclama.

La suelto y tiene los labios rojos, por mis besos, cambio los papeles y la atraigo sobre mí, queda de piernas abiertas, subo su vestido, y juro que me dará un infarto, su mini tanga la siento, subo su vestido, sintiendo sus enormes glúteos, no dejo de besarla, cuando el deseo y la lujuria te invaden, todo se nubla, no razonas, no piensas, solo eres tú en ese momento, donde nadie más esta, donde nadie te importa, simplemente deseas sacar todo lo que llevas dentro.

La tomo del cabello con brusquedad, ella se contonea en mi cadera y eso me va a matar, tomo con fuerza su muslo, sin dejar su cabello, la aprieto aún más a mí, suelto su muslo y empezó a desabrochar mi cinturón, sin dejar de besarla, cuando..... Escucho los pasos de alguien que se aproxima y....

— Lo siento, creí que algo le había pasado, es Lauren.

Emma tarda en reaccionar, pero cuando lo hace, se levanta inmediatamente, se baja el vestido y ahí, es cuando lo peor sucede.

Porque mi ira aumenta al cien, esa estúpida arruinó lo que tanto quería hacer, una vez teniendo sexo con Emma me quedaría satisfecho, por qué solo eso busco y quiero de ella.

Me levanto de golpe, quien te dijo que bajarás ahhh grito a todo pulmón.

— En serio, woo, no lo puedo creer, tú si eres un cínico, querías tener sexo conmigo, mientras tu amante esperaba su turno, eres un hijo de p***a, por eso te odio y ahora aún más, dice Emma muy molesta.

— Y tú, ramera, largo de mi casa, la empuja.

— Yo no me voy si el señor no me da las ord.... No termina de hablar lauren cuando Emma le lanza un bofetón tan fuerte que la hace caer al suelo.

— Te largas ya, por qué es mi casa y las pu***s no están permitidas.

— Pero.. Protesta Laura.

— Largo, le grita a todo pulmón.

De mi parte no recibe ni un sí ni un no, me ve, pero nadie la mando a que bajara, así que se lo gano, toma su cartera que boto y sale de la casa azotando la puerta.

— Eres lo peor en mi vida, dice Emma dándome un bofetón y después otro, intenta pegarme otra vez, pero la detengo, empieza a llorar.

— Eres un idiota, pero más yo, al dejarme llevar del momento, pero te odio con toda mi vida, eres un cínico, querías fo***me y luego a ella, que clase de poco hombre eres.

No respondo nada, simplemente me mantengo en mi lugar.

— Respóndeme, que clase de poco hombre eres, vuelve a gritar.

— No te debo ninguna explicación de nada, si vine aquí fue por qué te vi con un tip....

— O sea que te ibas a ir a coger con esa, pero como me viste decidiste venir a verificar que no estuviera el hombre con el que salí, luego te irías con ella, lo dice sin dejar de llorar.

— No quiero verte con nadie, aprende a respetar las regla....No me deja terminar nuevamente.

— Pues me valen tus reglas, por qué desde ahora, me valdrán tus reglas, tus sobornos, saldré con el que yo quiera y así como tú me ligaré a medio New York.

— Me le acerco, no te atrevas a tocarme los cojones, por qué el que me busca me encanta.

— A mí no me amenazas, por qué el que me busca a mí también, me encuentra, yo ya no me dejaré de ti.

— Perfecto, entonces ve despidiéndote de la casa de tu padre, que si te acuestas con él, pierdes todo.

— Se limpia las lágrimas, no me importan tus amenazas, dormiré Con quien yo quiera, de igual manera, esta farsa pronto llegará a su fin.

Aprieto los puños del enojo que me ocasiona, me da la espalda y se marcha.

— ¿A dónde vas?

— No te importa, por qué en unos meses el gran CEO se divorciará, de la esposa que nunca conocieron y es mejor así, puedes decir que hasta morí, por qué a mí tampoco me interesa que sepan que fui la esposa de un poco y mujeriego hombre.

Sale de la casa, azotando la puerta, maldición grito a todo pulmón, tiro al suelo un jarrón, me voy al minibar, me tomo dos Whisky sin parar.

Emma

En el mundo hay mujeres estúpidas que aguantas a hombres así y pues aquí hay una más, que por un beso lleno de deseo caí, su beso me hizo sentirme deseada, la forma en que me tocó me hizo sentirme una mujer, no pensé en nada ni en nadie, no recordaba que soy virgen, sus manos supieron como prenderme en menos de nada, pero recordad que así toca a otras me enfurece demasiado.

Voy manejando a mi restaurante, en mi oficina tengo un sillón cama, ahí dormiré, no quiero regresar a casa y verlo.

Llego a mi restaurante y sigo llorando porque me dolió verla, me dolió entender y comprender que siempre será así, él solo quiere probarme, pero después sigue otra.

Subo a mi oficina, todo está en silencio hago el sillón cama y me acuesto con sentimiento, lloro hasta sacar todo.

Ya no seré la misma, la que deja que lleve a sus rameras, la que obedece, eso jamás, Emma ya no será la misma, quiere guerra, pues guerra tendrá.

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