Capítulo 12. No eres tú, soy yo. Terminemos

Capítulo 12

No eres tú, soy yo. Terminemos

Ran pensó que lo mejor era pedir lo que iban a comer y esperar a que ella le contara lo que había pasado. En estos días seguramente una vez más el CEO de su empresa la habría estado tratando mal. 

Estaba seguro de que ella se lo contaría todo en cuanto se sintiera un poco mejor. Esa pastelería siempre les había encantado a los dos. Viendo que Alexa ya había pedido su café le preguntó:

- ¿Quieres otro?. Yo voy a pedir un café latte de tres shot y esencia de vainilla. ¿Qué quiere mi princesa?. Coulant de chocolate, brownie, lemon pie, carrot cake... ¿Cuál va a ser esta vez? 

- Pide lo que tú quieras. Cualquier cosa está bien para mí

Así es que él se levantó, fue a la barra y pidió cinco tipos de tartas distintas. Cuando Alexa se encontraba en ese estado depresivo siempre se sentía mucho mejor inmediatamente después de comer dulce, así que pidió de todo un poco. 

Mientras esperaba para hacer el pedido a la camarera echó un vistazo rápido a la mesa donde ella se encontraba. Sintió realmente que esta vez su novia se encontraba muy mal y le dio pena pensar en cómo abusaba de ella su maldito jefe, al punto que en ocasiones había querido ir a romperle la cara y ponerlo en su sitio. 

Pero ella siempre lo detenía y le decía que estaba loco riéndose a carcajadas ante la idea. Imaginaba imaginando a su amado Ran rompiéndole la boca al imbécil del CEO. Sólo esa imagen era suficiente para reconfortarla y hacerla reír, olvidándose de todo. 

Aún así, hacía mucho tiempo que no la veía tan decaída y tan triste. Hizo el pedido y volvió a la mesa para sentarse frente a ella. Le cogió las dos manos, pues pensó que esta vez realmente necesitaba su apoyo y sentir su amor. 

Ella dejó las manos un momento y luego suavemente las retiró velozmente cuando llegaron los postres. Un gran plato de muchas tartas diferentes y un aromático café para Ran.

Alexa tomó un sorbo largo de su café y se decidió por fin. No podía seguir alargando esto mucho más.

- Ran. - lo llamó. Él levantó la cabeza de la tarta que ya estaba comiendo y la miró con total inocencia.  

- Dime

- Lo que te voy a decir es importante para mí. Te ruego que me escuches atentamente y con cariño ¿si?

- Por supuesto. Sabes que estoy para ti siempre. 

- Ajá.  Lo sé. - Alexa cogió aire. - Escucha. Sabes que te quiero y que eres una persona muy importante.  Desde hace tres años has sido la persona más importante en mi vida. - él asintió con los ojos brillantes y expectante. 

"¿Ella se iba a declarar por fin? ¿Aceptaría su propuesta de matrimonio? Él llevaba bastante tiempo intentando que dejara su trabajo y le aceptara como esposo. Lo habían hablado varias veces pero nunca le dio un sí definitivo. Quizá ese imbécil de su jefe con su comportamiento hacia ella había acelerado las cosas y hasta le debía agradecer..." Ran iba pensando en esto mientras ella seguía hablando.

- Pero las cosas cambian, yo he cambiado. Siempre serás alguien a quien tengo afecto y recordaré con cariño. Pero nuestros objetivos de vida son diferentes y siento que ya no somos adecuados el uno para el otro. Creo que eres una gran persona. Eres muy inteligente y tienes muchas virtudes, soy yo la que está en otra historia. No eres tú, soy yo. Lo he pensado bien antes de tomar esta decisión y es definitivo. - lo lanzó todo sin respirar y sin dudar mientras que la cara de Ran revelaba miedo e incredulidad. Respiró hondamente y soltó:

- Terminemos.

- ¿Qué...? - escupió él.

- Te deseo lo mejor Ran. - Alexa se levantó y con paso firme y decidido le abandonó allí dirigiéndose a la puerta y saliendo al frío aire de la noche, sin mirar atrás.

Para cuando Ran fue capaz de reaccionar y salió disparado detrás de ella, Alexa simplemente se había esfumado. Sintió como si su pecho fuera aplastado y cayó de rodillas en la acera sin aire. Todavía no podía creerlo. 

No sabía qué hacer. Lo único que pudo pensar fue en marcar a su segundo número favorito en el móvil y rezó para que le contestaran. 

......................

Ran, estaba sentado en un banco fuera de la cafetería cuando su hermano mayor llegó a recogerlo. 

Azaki no le dijo nada, simplemente le puso una mano en el hombro y le hizo una señal con la cabeza para que fuera detrás de él hasta el coche. Realmente se preocupó cuando Ran lo llamó a esa hora. Era muy poco habitual que su hermano pequeño lo llamara puesto que se veían a diario en la empresa o en casa de sus padres. 

No recordaba haber quedado con él o tener ningún asunto pendiente, así que se sorprendió bastante cuando descolgó el teléfono y le preguntó si pasaba algo con un poco de tensión en la voz. 

Su hermano pequeño casi no podía hablar así que Azaki intentando no perder la calma, simplemente le pregunto, "¿dónde estás?". Ran le dio la dirección y él salió como alma que lleva el diablo a buscarlo. 

No tenía ni puta idea de lo que le pasaba, pero no era nada bueno. No era nada con sus padres porque él mismo acababa de hablar con ellos. Y en cuanto a su novia Alexa, tenía entendido que llevaban una relación muy sana y envidiable. 

Detuvo el coche en doble fila. Y entró por el callejón caminando a buscarlo, puesto que los vehículos no tenían acceso a esa zona peatonal, empedrada y muy bonita. Y precisamente para conservarla así no se permitía entrar a ningún coche. 

Divisó a su hermano pequeño desde lejos sentado con la cabeza agachada y con un rictus de dolor en la cara. Absolutamente desesperado y con un aspecto lamentable. Ninguno de ellos era dado a demostraciones emocionales sobre todo en público y por eso se asustó un poco viéndolo así. 

Lo llevó hasta el coche y se dirigió a su apartamento previniendo  que iban a tener una larga conversación y era mejor que fuera a solas y en privado. Ya sabía que era algo con su novia y que su hermano le contaría todo. Iba a ser una larga noche, suspiró. Aunque se moría por saber que pasaba entre ellos también sabía que debía respetar su tiempo. 

Llegaron a su edificio y subieron hasta el lujoso apartamento de Azaki. Ran aún no había dicho una palabra ni había abierto la boca siquiera. Su cara daba a entender que estaba realmente mal. Tenía los ojos llorosos y su boca que normalmente se abría solo para dejar ver sus dientes blancos y su ancha sonrisa ahora estaba cerrada en una fina línea y las comisuras hacia abajo. 

Así que Azaki se preguntó si era tan grave el asunto porque de verdad eran muy pocas las ocasiones en las que hubiera visto a su hermano así. Se sentó en el sofá frente a Ran, sirvió un vaso de whisky para cada uno Y preguntó a bocajarro. 

- ¿Qué pasa con Alexa?

Ran lo miró asombrado. Como siempre su hermano ya sabía de la misa la mitad, sin contarle. Era imposible engañarlo. Cogió el vaso y se bebió el contenido de un solo trago. 

- Alexa me invitó hoy a un café y... y... terminó conmigo

Azaki no esperaba eso. Que él supiera, entre ellos no había problemas y sabía que Ran quería casarse. Miró a su hermano prudentemente.

- ¿Por qué? - le preguntó - creía que todo iba bien entre ustedes y jamás vi un problema. Parecían una pareja perfecta.

Ran, no lo miró. 

- Según ella hemos tomado caminos de vida diferentes, yo soy muy bueno, inteligente y capaz pero no somos adecuados el uno para el otro. Soy un gran hombre. "No eres tú,  soy yo" me dijo. - Su hermano lo interrumpió.

- Esas no son las razones. Todo eso son excusas. Te ha dejado sin decirte ni el porqué. ¿Sabes el motivo? 

Ran agachó la cabeza sin poder ni mirar a Azaki y temblando de vergüenza sólo dice una palabra.

- Blanca

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