Elías
Mario y Elías trescientos años atrás.
Mario y Elías están sentados sucios y agotados, la tarde está cayendo y a lo lejos el sol comienza a ocultarse detrás de las montañas en un día otoñal.
Ya no hay ruidos, espadas, escudos, armaduras y moscas abundan por todos lados en el campo de batalla. Miles de soldados han muerto en la combate, otros que aún conservan sus vidas gritan de dolor por las heridas y las amputaciones que han sufrido a mano de sus oponentes.
No hay felicidad ni risas ni cantos ni bailes todos están demasiado cansados para siquiera intentar moverse de sus lugares.
A su alrededor hay cuerpos de soldados muertos y heridos, hay partes de cuerpos , todo está bañado en sangre y dolor de los soldados han participado.
Ambos combatientes están sentados espalda contra espalda agitados luego de combatir por horas, llevan puestas sus armaduras y a su lado están las espadas manchadas de sangre luego de la pelea que duró varios meses.
Están sucios y sus respiraciones son agitadas. Elías tiene una herida en su hombro pero sabe que no morirá por ella, Mario tiene una especie de corte con forma de cruz pero sabe que solo dejará cicatriz que no puede vencerlo.
- maldita bruja- protesta Mario nuevamente - si ella no me hubiera maldecido antes de nacer no habría necesitado de tu ayuda.- es la misma queja de siempre que ambos amigos pelean juntos.
- de nada ya me estaba aburriendo solo en casa- dice Elías intentando relajar la situación mirando su mano herida y sucia luego de la batalla.
- cuando la encuentre le haré pagar en esta vida o en la próxima - amenaza el joven vampiro- pero sé que volveremos a encontrarnos con esa maldita.
Mario se seca el sudor de su frente su piel pálida está cubierta de mugre y sangre seca como la de todos los guerreros que han sobrevivido.
De una guerra no se sale igual o sin heridas.
Desde niños Elías y él se han entrenado juntos, Mario no ve por eso Elías lo acompaña guiando sus movimientos y pelean juntos siempre.
- juro que cuando encuentre a la cambia formas pura te la llevaré para que puedas recuperar tus ojos y tus poderes.- repite Elías su promesa de siempre a su amigo que lo escucha sentado junto a él y luego afirma con la cabeza en señal de aprobación.
- y yo prometo que cuando encuentres a tu compañera la respetaré y la defenderé con mi vida... solo espero que ella lo valga.- ese es su chiste recurrente cada vez que hablan del asunto- imagina y es fea no digo fea feisima y no te queda de otra que llevar la fiesta en paz y apagar las luces por la noche.- Mario comienza a reírse de su amigo y de sus supuesta compañera fea.
- te lo juro amigo - dice Elías con una sonrisa traviesa en sus ojos - ella va a ser la mujer más bella que haya pisado esta tierra y lo verás con tus propios ojos eso te lo prometo.- Elías sabe que sin importar las apariencias él amará a su compañera porque así son las relaciones amorosas para los licántropos.
- entonces...- Mario parece pensar unos momentos-este será nuestro parabatay- dice Mario girando para estar más de frente a Elías- y sellaremos nuestra promesa con sangre.- Elías parece conforme con la propuesta de su amigo y luego él también afirma con la cabeza.
- y cuando esto suceda el reloj de arena comenzará a marcar el tiempo.- dice Elías más convencido que antes - y sabremos que hemos cumplido o roto nuestras promesas con este parabatay.
No es la primera vez que ambos amigos pelean codo a codo desde hace siglos han sellado su amistad.
Y aunque son de familias distintas siempre se han sentido como hermanos.
- sé que está vez llegarás a tiempo- dice Mario que lamenta la soledad de su amigo.
Elías estuvo a punto de encontrar a su pareja años atrás pero cuando finalmente llegó a la aldea todo había sido reducido a cenizas. El hedor de los cuerpos calcinados estuvo a punto de enloquecer a su amigo.
- esto es obra de esa bruja maldita- protesta Mario- estoy seguro de que ella está detrás de todo esto.
Elías grita de dolor cayendo al suelo.
Es la segunda vez en este siglo que llega tarde y no puede salvar a su compañera.
La misma bruja que maldijo a Mario en el vientre de su madre, maldijo también a Elías años después.
- no deberías confiar en un ser egoísta que necesita beber de la sangre de otros para vivir- le dijo la bruja.
- Mario es mi amigo te aconsejo que guardes tus palabras amenazó el futuro rey licántropo muy enojado.
- él solo es tu amigo por interés, solo te usa para sentirse seguro- dijo la mujer más bella, cuya belleza y poder sobrepasaba todo lo conocido.- y te lo advierto aléjate o lo pagarás con lágrimas de sangre.
- Mario y yo somos amigos- Elías defiende su amistad- y nada de lo que digas cambiará eso.
-entonces estarás condenado a caminar solo sin tu compañera y allí veremos cuánto vale tu amigo Mario.- Melva la bruja volvió a sentenciar- no creas en nada de lo que te diga, te necesita porque no tiene sus ojos pero cuando realmente encuentre lo que busca verás que lo que te digo es verdad. Mario es un demonio disfrazado de Ángel.
Melva es una de las mujeres más hermosas del mundo mágico y terrestre.
Una mujer generosa y pura que se volvió triste, amargada y vengativa cuando la madre de Mario tomó su vida por diversión la vida de su esposo.
Entonces Melva buscó a Eugenia para pedirle explicaciones que nunca recibió ni disculpas, ella maldijo al hijo de Eugenia en su vientre esperando que le pidiera perdón pero no cambió en nada las cosas entre ambas mujeres .
-Todo los actos tienen consecuencias.- dijo Melva y sus ojos brillantes mostraban odio- si tu orgullo te ciega, tu hijo, por lo tanto, llevará la misma ceguera que su madre.
- ¿cómo te atreves?- se ofendió Eugenia- no hay nada que puedas hacer para cambiar el destino de este niño.
- ese niño nacerá ciego y enfermo- dijo Melva señalando con su dedo el vientre de la mujer- solo la pureza cambia las formas, la sangre pura renueva la vieja y al transforma. La mujer correcta cambiará la historia pero todo aquel que se deje llevar por la misma ceguera pagará con lágrimas de sangre su destino.
- ¡cállate! No eres más que una amargada que se cree con el poder de intervenir los destinos ajenos.- atacó Eugenia acariciando su vientre- mi hijo será perfecto.
- dejaremos correr el tiempo - dijo Melva poniendo frente a ella un inmenso reloj de arena- cuando tu ceguera pasé pasará también el tiempo y los siglos. No voy a perdonarte no hay perdón para aquellos que matan por diversión.
Melva desapareció frente a Eugenia dejando solo unas nubes grises .
Eugenia no creyó en nada de lo que Melva le había anunciado, su orgullo le impedía sentir miedo o tener dudas. El niño en su vientre no sería un simple vampiro ese niño estaba destinado a ser un poderoso demonio.
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Updated 82 Episodes
Comments
Dervy 🇩🇴
Wuao Luna que jugada.
2023-09-10
3
Francisca Alcantara
Es mejor que Elías se aleje de ese mal amigo
2023-08-05
0
Carolina Infante
Auctora no me diga que el vampiro es la pareja del lobo
2023-02-21
3